# 𝟐𝟕༉

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¡Capítulo veintisiete!


─¿Estás segura de que quieres estar sola con él?Katie se veía preocupada, Christopher estaba fuera de la casa, y le dije a Kat que platicaría con él.

─Todo estará bien, no te preocupes.─Le sonreí y dejé que siguiera su camino a la habitación. Respiré, inhalé, y exhalé para luego ponerme seria y caminar a la puerta. Al momento de abrirle la puerta, Christopher se lanzó a mi y sus brazos tomaron fuerte mi cuerpo en un abrazo. Yo obviamente no se lo devolví.

─Mierda, Eva. Nunca más vuelvas a salir así. ─Ahora resulta. Deshice el abrazo y caminé sin mirarlo hacia la sala de estar. Lo esperé sentada en el sillón pequeño y cuando Christopher apareció él se sentó en el sillón más grande. Crucé mis piernas y él junto sus manos y unió sus codos y se quedó un rato en esa posición.

─¿Qué querías decirme?─Dije seria.

Tardó un rato en contestar.

─Yo, enserio lo siento, pequeña.─Lo miré y me miró, sus ojos brillaban y se notaba arrepentido, pero no caería tan rápido. Yo necesitaba por lo menos una buena explicación. ─Yo, enserio no quise hacer eso, al verte con ese hijo de puta, abrazados, Evangeline perdón por desquitarme contigo. Es solo que..

─¿Quién es él?─Dejó de hablar y se acomodó en el sofá, me crucé de manos esperando su respuerta.

─Con él pelearé.

─¿Y por eso te pusiste como idiota? ¿Por qué tendrás un combate con él? Dime Christopher, ¿acaso yo me he puesto así con una de tus malditas ex clientas? ¡Porque yo no recuerdo ponerme así.

─No entiendes.

─¡Entonces explícame!─Grité enojada, alcé las mangas de la blusa hasta los hematomas que tenía en el brazo y le apunté a Christopher los moretones.─Esto no se quita con una disculpa, Christopher. ─Me cubrí de nuevo y el rostro de Christopher cambió, ahora tenía un gesto de preocupación. ─Me lastimaste, me asustaste, casi matas a ese chico que ni siquiera conozco y todo por un abrazo, Christopher.

─Eva.

─¡Callate!

─¡Evangeline trata de escucharme!

─No.─Dije seria.─Esta vez no creo que haya algo que me haga cambiar de opinión.

─Tienes que hacerlo, Isabel, tienes que hacerlo porque él es una persona muy peligrosa. Tanto para ti como para..─No dijo nada, noté la dificultad que tuvo al tragar y se levantó de su lugar. Comenzó a jugar desesperado con su cabello y se talló la cara.─Tengo algo que contarte y espero que me puedas entender, nada justifica mi comportamiento, pero necesito saber que te vas alejar de él. ─Se veía tan serio, asentí, en este momento debía escucharlo.

El silencio invadió por un momento la sala, Christopher se veía algo nervioso; movía sus piernas y jugaba con los anillos que traía en los dedos.

─Quiero contarte sobre...─Suspiró y me miró. ─Quiero contarte sobre Jessica, mi hermana.─Me impresioné un poco, yo no sabía que Chris tenía una hermana, durante estos meses nunca la mencionó. ─Nunca te he contando de ella porque esto se me hace muy difícil. Ella era mi hermana menor.

─¿Era?─Christopher me miró y sonrió, pero, no era una sonrisa alegre. La tristeza se dibujaba en sus ojos mieles.

─Jess, ella...─Se aclaró la garganta y sacó aire de su boca.─A ella la mataron hace cuatro años cerca de mi hogar, ella salió a comprar los deberes de la semana y no quise acompañarla. Mamá estaba trabajando y cuando ella regresaba salí a gritarle pero ya era tarde.. cuando el apareció. Salió de los arbustos con una pistola en la mano, todo fue tan malditamente rápido que cuando reaccioné ella ya estaba en el suelo mojada por su propia sangre. Su camisa favorita de flores azules estaba manchada en rojo. La sonrisa de Erick se hizo grande y desde ese día ese hijo de puta se convirtió en lo que más odio.─No dije nada, no tenía nada que decir.─Hicieron todas las pruebas contra el estúpido, pero el millonario padre de Erick sobornó a los jueces y fiscales de que pongan todo en contra de ella misma, catalogaron su muerte como un suicidio. Movieron todo para que pareciera que ella se suicidó en la puerta de nuestra casa. Mamá estaba tan destrozada que no sabía si saldríamos de ese dolor, ella lloraba todo el día, faltaba al trabajo. Yo tuve que dejar la escuela, las cuentas comenzaron a llegar y ella no tenía empleo. Todo estaba tan de la mierda y ese maldito hijo de perra se restregaba en su libertad, en su puta gloria de no estar tras las rejas. Por eso cuando me dijeron que él estaba de nuevo en la ciudad y como peleador, no perdí y conseguí pelear con él, pienso destrozarle la cara. Por eso cuando te vi en sus brazos no soporté y tenía ganas de matarlo.─No dije nada, en realidad no tenía nada que decir, mi cabeza dolía. Y me di cuenta de que Christopher era la persona más fuerte y valiente que había conocido, se mantuvo serio en toda la plática. Solo cuando mencionaba a su hermana una sonrisa iluminaba su cara y sus ojos tenían un brillo especial. No podía imaginarme el dolor que él sentía, solo sabía una cosa, y me daba mucho miedo;

Erick no es una buena persona.

Y Christopher lo quiere matar.

𝐝𝐚𝐝𝐝𝐲, 𝐭𝐚𝐤𝐞 𝐦𝐞.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora