Capítulo 38

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Roc Me Out – Rihanna




Todos se encuentran en el jardín, desayunando con el mar de fondo y las gaviotas sobre sus cabezas. El césped me hace cosquillas en las plantas de los pies mientras camino adormilada hasta la mesa. Tengo el pelo enmarañado, cayendo en su mayoría sobre mi cara. Me froto los ojos y miro a todos cuando me dejo caer en la silla libre que hay entre Terrence y Mitch.

Thomas arquea las cejas, sorprendido por mi aspecto, y mira a su hermano. Mitchell frunce el ceño, comentando algo que no llego a escuchar mientras hago el esfuerzo de estirar el brazo sobre la mesa y tomar una tostada entre mis manos a la que poder untarle un poco de mermelada de melocotón. Ignoro el silencio repentino que ha invadido el lugar, haciendo una mueca de dolor al abrir la boca para darle un bocado a la tostada. Inconscientemente, me llevo una mano a la mejilla, acariciando con las yemas de los dedos mi rostro. Siseo de dolor al sentir algo de ardor, notando que hay una ligera inflamación.

—Fiona.

La voz de Mitch es severa y me saca de mi ensoñación varios segundos, consiguiendo captar mi vaga atención matutina.

Pestañeo cansada.

—¿Sí?

Él me mira con los labios fruncidos y la vena de su cuello pronunciada. Sus pálidas mejillas lucen un rojo furioso que empieza a extenderse velozmente por todo su rostro, resaltando sus ojos azules.

—¿Qué te ha pasado? —Pregunta, mirándome con desconfianza.

Mi mente embotada intenta buscarle sentido a su pregunta, pero todavía necesito unos minutos más para despejarla.

Ante mi confusión, Thomas habla.

—¿Por qué tienes un marca en la mejilla? —Su voz es igual de severa que la de su hermano y su mirada se vuelve dura—. La marca de una mano —especifica.

La tostada se resbala de mi mano, cayendo sobre mi plato, mientras un escalofrío recorre mi cuerpo, erizándome la piel. Intento no mirar a Patrick en un impulso, así que giro la cabeza para observar la reacción de Terrence. Él parece preocupado. Su mirada refleja dolor al clavarse en mi mejilla, como si él sintiera mi ardor.

Boqueo como un pez, buscando las palabras adecuadas, y vuelvo a mirar a mis hermanos, que parecen dos lobos feroces a punto de perder la cabeza. Hay ira en sus miradas, rabia, protección.

—No lo sé —miento, sentenciándome.

Pero ¿qué otra cosa podría decir? Si tan sólo fuera una mera rojez, podría poner cualquier otra excusa. Sin embargo, la mano de Patrick está específicamente marcada en mi mejilla.

Patrick se aclara la voz, carraspeando para captar nuestra atención y aganarse las miradas de todos los presentes. Poniendo su mejor cara de preocupación, suspira y entrelaza los dedos de las manos, apoyándose ligeramente en la mese.

—Odio tener que decir esto, muchacho —dice, dirigiéndose a Terrence, y suspira—. ¿Tienes tú algo que ver con eso?

Las miradas de mis hermanos se clavan en Terrence y Mitchell da un fuerte golpe sobre la mesa, impacientado. Su hermano se ve obligado a retenerle, agarrándole por el codo, para que no salte sobre él.

Mi mandíbula cae, dejándome boquiabierta y aterrorizada. Un nudo en mi garganta me impide hablar y yo lucho contra él para desmentir esa acusación. Por su parte, Terrence les mira asustado y levanta sus manos con rapidez, mostrando inocencia.

𝐓𝐞𝐫𝐫𝐞𝐧𝐜𝐞 © [F #2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora