Capítulo 49

6K 401 28
                                    

MONOPOLY – Ariana Grande, Victoria Monét

Bloqueada. Creo que esa palabra es la que me define justo en este mismo instante en el que mi boca se ha quedado abierta, queriendo decir mil cosas, pero sin llegar a dejarlas salir desde mi interior. Respiro con ansiedad, casi sin aire, bajo la mirada de Patrick, una que empieza a asustarme cada vez más. Su rostro se ha tornado de un intenso color rojo, pues su piel es tan clara como la de sus hijos, y sus ojos azules me miran con ira, inyectados en sangre. La saliva se acumula tanto en su boca que escupe de vez en cuando al hablar y, mientras tanto, yo sigo aquí, arrodillada, sin poder decir nada.

—Fiona...

Ese tono de voz lo conozco, se está quedando sin paciencia. Está nervioso y quiere que conteste de una vez por todas, pero yo sigo en la misma posición.

—Fiona, por favor —Terrence me suplica con la mirada, hablándome en su tono suave y conciliador que consigue relajarme sólo un poco.

Trago saliva, como excusa para cerrar la boca, y respiro un poco por la nariz, volviendo a mirar a Patrick, dispuesta a responder. Y, justo cuando creo que puedo emitir algún tipo de sonido parecido a una palabra, mi voz vuelve a fallar estrepitosamente, dejando mi boca abierta, inútil y muda.

—Si tanto le está costando contestar, será por algo —interviene Mitchell, hablando con total lucidez, recuperado del golpe.

—¿Te encuentras bien? —Thomas me mira preocupado—. Estás sudando muchísimo.

Después de tantos años viviendo una mentira, ahora debería ser mi momento, el momento en el que toda la verdad sale a la luz y Patrick recibe su merecido por todo el daño que ha hecho. Yo debería estar cantando como un pajarito, sin embargo, yo sigo aquí cuan estatua. Miro a Thomas de la misma forma, dispuesta a contestar, pero tampoco lo hago. Y, aun así, ¿qué hubiera contestado? ¿Hubiera dicho que estoy bien? Por supuesto, aunque estoy lejos de estarlo. Debería abstenerme a la hora de hablar si no voy a decir la verdad a partir de ahora.

Terrence me mira preocupado, cada vez más, sudoroso y con las manos temblorosas, probablemente pensando que estoy a un minuto de dejarle como un mentiroso frente a toda mi familia y, posiblemente, como el causante de mis daños. Lo que él no sabe es que estoy haciendo mi máximo esfuerzo por obligar a mis cuerdas vocales a realizar su trabajo para decir la verdad de una vez por todas. Simplemente, no funcionan.

Todo mi cuerpo tiembla entre espasmos con sudores fríos y la vejiga cada vez más llena debido a los nervios. Probablemente todo sería más sencillo sin la mirada severa de Patrick sobre mí.

—Tranquila, ¿vale? Tomate el tiempo que necesites para decir lo que tengas que decir —dice Thomas con temor, como si yo fuese a desmoronarme de un momento a otro.

Miro a todos con los ojos bien abiertos, como si no quisiera perderme nada de lo que va a ocurrir, aunque me aterre estar presente.

Una mano se posa en mi hombro, sobresaltándome exageradamente, y yo miro a Mitchell, más asustada de lo que me gustaría admitir. Su toque repentino y el miedo que ha desatado durante un segundo entero sobre mí, provoca que se acumulen lágrimas en mis ojos y mi respiración se acelere. La presión sobre mí empieza a ser asfixiante y coger aire cada vez parece ser más complicado.

Mitchell me mira alarmado, arrodillándose frente a mí, ignorando el dolor que deberá seguir sintiendo en su nariz, para acunar mi cara entre sus manos, sin importarle que éstas se mojen por mis lágrimas. Él me habla suave, susurrante, mientras yo tiemblo frente a él, sin poder pestañear si quiera.

𝐓𝐞𝐫𝐫𝐞𝐧𝐜𝐞 © [F #2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora