𝐓𝐞𝐫𝐫𝐞𝐧𝐜𝐞 © [F #2]

Capítulo 41

Trampoline – SHAED ft. ZAYN

Sonrío con los ojos cerrados cuando los labios de Terrence reparten tiernos besos sobre mi mandíbula. Me desperezo bajo su cuerpo, desnuda y únicamente cubierta con una sábana veraniega. Él está inclinado sobre mí, como Dios lo trajo al mundo, sin nada que pueda privarme de las vistas de todo su cuerpo tatuado. Paseo mis dedos por su pecho, mirándole con diversión. Sus ojos grises brillan con complicidad mientras su mano se desliza por el interior de mis muslos.

Aparta de un tirón la sábana, dejando que nuestros cuerpos desnudos se rocen, y yo alzo la mirada hasta el reloj digital que hay en la mesita de noche.

—Vaya... Las diez y ya estás despierto. —Me relamo los labios, conteniendo una sonrisa mientras le echo un vistazo a todo su cuerpo sin pudor alguno—. En todos los sentidos, quiero decir.

Él arquea las cejas, divertido por mi comentario, y flexiona los brazos, quedando tan cerca de mí que hasta nuestros labios pueden rozarse.

—En realidad me he despertado hace casi una hora y he soñado toda la noche contigo —susurra con los ojos cerrados, contra mi boca—. Creo que nunca podré saciar mi sed de ti.

—Oh... Bueno —le miro divertida, pasando los brazos por su cuello, y él abre los ojos—, toda Fiona necesita a su Shrek.

—No puedo creer que acabas de llamarme ogro —ríe.

—Si lo piensas bien, sois muy similares.

Pone los ojos en blanco, todavía sonriente, y me deja un casto beso sobre los labios.

—A lavar esos dientes para que pueda darte un beso decente —me ordena, dándome un azote en el trasero.

Doy un bote sobre el colchón, sorprendida, y golpeo su hombro de forma suave.

—¡Eh! ¿Quién te crees que eres para darme un azote en el trasero? —Bromeo, fingiendo molestia.

Él no responde, tan sólo se ríe mientras se incorpora.

Me apoyo sobre mis codos, separando mi espalda del colchón, para mirarle con una ceja enarcada. Señala con la cabeza la puerta del baño, mirándome expectante. Pero yo niego con la cabeza, dejándole confuso durante unos instantes, hasta que lo empujo, poniendo una mano en su pecho para obligarle a tumbarse de nuevo.

Busco un hueco entre sus piernas, mordiéndome el labio mientras aprieto sus fuertes cuádriceps, que se tensan bajo mi tacto.

—Ya veo que eres duro en todas partes...

—Yo estoy duro en todas partes —jadea con una risilla.

Deslizo una mano hasta tomar su pene desde la base y empiezo a abrir la boca para hacerle delirar, pero su mano hace presión en mi hombro, deteniéndome.

Se relame los labios, totalmente rojo y jadeante incluso antes de haber empezado. Está realmente ansioso y la humedad que se acumula entre mis piernas también delata mi anticipación.

—En mi maleta hay un par de cosas que compré hace tiempo —comenta casi sin aliento, pasando la lengua una y otra vez por sus labios resecos—. Creo que podrían gustarte, aunque... no me he atrevido a enseñártelo antes.

Muestro una sonrisa ladeada mientras suelto su pene y gateo para bajar de la cama.

—¿Y pensaste que hacerlo durante nuestras vacaciones sería buena idea? —Observo cómo asiente con la cabeza mientras me arrodillo junto a su maleta—. Chico listo...