Capítulo 12

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Slow Hands Niall Horan


Golpeo suavemente, con el capuchón de mi bolígrafo, la superficie de la mesa, como si estuviera en un trance. Aunque mi mirada se quedó fija en el calendario que está frente a mí cuando me senté, ahora estoy absorta en mis pensamientos. Intento parecer interesada en las palabras del subdirector, pero lo cierto es que ya he perdido el hilo. Está dado un largo y aburrido discurso sobre los valores que debemos enseñarle a los niños y el apoyo que también debemos ofrecer en cualquier caso, sobre todo, cuando tienen problemas en casa.

Automáticamente, eso me ha recordado a Terrence. Las palabras de Patrick aún siguen en mi cabeza y dudo que sea capaz de olvidarlas. Eso también me hace pensar que, tal vez, también me haya investigado a mí. A fin de cuentas, hay muchas cosas que le he ocultado. Una de ellas, Craig. ¿Y si me ha estado investigando sin que yo lo supiera?

Sin lugar a dudas, no hay forma de saberlo. Y apuesto lo que sea a que mis hermanos tampoco saben nada acerca de ello. Lo peor de todo es que parecen resultarle divertidas todas las desgracias que ha tenido que vivir Terrence. Incluso ha llegado a enviarme documentos con más información. Me he negado a abrirlos rotundamente, pero, aun así, he tenido que soportar sus mensajes y llamadas llenas de burlas y humillaciones hacia él.

Sabe que me causa rabia e impotencia. Le importa una mierda Terrence y su pasado, él sólo busca desquiciarme. Thomas y Mitchell se han puesto varias veces en contacto conmigo desde que Patrick les confirmó que iríamos el uno de julio. Tommy está maravillado con Terrence, a pesar de no haber podido estar mucho tiempo con él, me ha asegurado que parece muy buen chico. Y eso no ha podido sorprenderme más. Mitchell, por su parte, está ansioso por conocerle. Mientras tanto, Patrick sigue moviendo sus hilos para parecer el perfecto padre de familia, ejemplar y admirable, torturándome a mí en las sombras.

—Señorita Russell... Señorita Russell...

El codazo de Jordan me saca por completo de mi trance, haciéndome pestañear repetidas veces.

Miro al subdirector.

—¿Sí..., señor?

Él me mira preocupado durante unos segundos y, tras comprobar que le presto atención, sonríe con la amabilidad que le caracteriza.

—Señorita Russell, lo que le estaba diciendo es que estamos muy contentos con su trabajo y me alegra enormemente comunicarle que seguirá trabajando con nosotros mucho más tiempo —sonríe y ríe suavemente—. O, al menos, hasta que usted decida lo contrario.

Le miro sorprendida, arqueando mis cejas, sin saber qué decir.

—Oh... Pues... Vaya... Yo, yo se lo agradezco mucho. De verdad —digo con sinceridad y miro tímidamente al resto del equipo directivo—. Es un placer trabajar en este lugar.

Cuando la reunión finaliza, Jordan y yo tomamos nuestras cosas para dirigirnos hacia las aulas del jardín de infancia. Chelsea se queda hablando con el jefe de estudios y nos asegura que no hace falta que la esperemos. Siempre con su sonrisa encantadora.

Entramos en el aula de mis alumnos y tomo asiento tras el escritorio, dejándome caer con un suspiro de alivio; ha sido la reunión más larga de mi vida. Jordan deja sus cosas sobre la mesa y acerca una silla de su tamaño para también tomar asiento.

—Porque tenías los ojos abiertos, si no juraría que estabas dormida —se burla él—. Ya te acostumbrarás a este tipo de charlas. Siempre dan una cuando comienza el curso y otra cuando acaba. —Pone los ojos en blanco—. Y eso que aún no has escuchado al director.

𝐓𝐞𝐫𝐫𝐞𝐧𝐜𝐞 © [F #2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora