Capítulo 36

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Unkiss Me – Maroon 5




La noche es cálida y húmeda, la ligera brisilla que corre agita las palmeras que adornan de forma extravagante el jardín del chalet. Sentada en mi hamaca, miro a Terrence con una sonrisa relajada en los labios. Él escucha atentamente a Thomas, pero no tarda en darse cuenta de que no despego mis ojos de su figura. Sus labios se curvan ligeramente, formando una sonrisa ladeada. Baja la mirada unos segundos, relamiéndose los labios, antes de intentar prestar atención nuevamente a las palabras de Thomas. Pero veo cómo su mirada vuelve a mí una y otra vez.

     Mitchell me mira desde el otro lado de la mesita donde descansan nuestras bebidas. Está tumbado de lado en su hamaca, sin camiseta ni zapatos, luciendo con orgullo su cuerpo fuerte, aunque apenas marcado. Su pelo lacio de color dorado cae sobre su frente una y otra vez, pero ya está algo achispado por el alcohol y parece no darse cuenta.

     —No habéis salido de aquí en todo el día —comenta Thomas, olvidándose de su monólogo un instante—. Vaya forma de empezar las vacaciones —dice con gracia.

     Frunzo los labios, estirándome para tomar mi copa, y miro a Terrence mientras doy un pequeño sorbo.

     —Queríamos descansar un poco antes de empezar realmente las vacaciones —dice Terrence con una sonrisa.

     Después de la dura conversación que hemos mantenido en la terraza de nuestra habitación, nuestro humor ha mejorado considerablemente. Está cariñoso y cálido, y yo igual. Ahora mismo sólo necesitamos mimos y tranquilidad.

     Pero mentiría si dijera que estoy completamente relajada y que el tema del intento de suicidio de Terrence no me ha afectado en absoluto. Mentiría si dijera que pretendo olvidarlo. Por eso bebo ahora mismo, para que el alcohol nuble mi mente y me borre la terrible imagen que se forma en mi cabeza cada vez que miro el antebrazo de Terrence. Si siempre tuvo esas cicatrices ahí, bajo la tinta, ¿por qué ahora parecen más notables que nunca? ¿Por qué no pasan desapercibidas como antes?

      —Tommy, ¿no sabes que una buena forma de empezar las vacaciones es echando un buen polvo? —Bromea Mitch para picarle.

     Thomas frunce el ceño, mirándole de forma severa.

      —Te comportas como un crío —farfulla.

      —Y tú como un abuelo —se ríe—. No todos somos tan frígidos como tú.

      —No soy frígido —gruñe—. A diferencia de ti, me gustaría encontrar a alguien con quien pueda compartir mi vida y no un... polvo —dice con desdén.

     —Yo entiendo lo que quiere decir.

    Los tres miramos sorprendidos a Terrence, quien ha irrumpido en la conversación de forma inesperada. Él nos mira a todos, relajado en su hamaca con un botellín de cerveza sin alcohol en la mano izquierda.

     —Antes de conocer a Fiona buscaba exactamente lo mismo —sigue, echándome una mirada fugaz—. Es realmente satisfactorio encontrar algo que llevas años buscando.

     Thomas le mira con melancolía, asintiendo con la cabeza.

     —Es exactamente eso —suspira—. Tuve una relación seria hace tiempo..., pero no cuajó.

     —Fiona es mi primera relación seria.

     Mitch le mira sorprendido.

     —¿En serio? Pareces el tipo de chico que siempre está rodeados de tías que desean abalanzarse sobre él —comenta, como siempre, con un toque de humor.

𝐓𝐞𝐫𝐫𝐞𝐧𝐜𝐞 © [F #2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora