11.- Osoro Shidesu: PARTE 1

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Ahora que el chico que la había salvado estaba frente a ella, ya no lo veía con ojos de molestia u otro sentimiento negativo en particular, si no más bien era como una sensación de admiración y alivio,

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Ahora que el chico que la había salvado estaba frente a ella, ya no lo veía con ojos de molestia u otro sentimiento negativo en particular, si no más bien era como una sensación de admiración y alivio,

─¿Estás bien?─Preguntó con modestia y preocupación.
La fémina simplemente asintió y Osoro solo se limitó a dibujar un línea recta sobre sus labios.

Él decidió acompañarla el resto del camino hasta su casa aunque tampoco entendía por qué lo estaba haciendo.

La chica temblaba ante el frío, cruzando los brazos para tratar de de encontrar cierta calidez, él la miraba de reojo estando al corriente de sus facciones. Inmediatamente se quitó la chaqueta para colocarla sobre los hombros ajenos.

Sin lugar a duda, eso la dejo desconcertada, pero no dudó en aceptar su ofrecimiento.
─G-Gracias─Bajó la mirada cohibida, no podía explicar el ritmo en su corazón, latiendo con gran fuerza provocado por esa acción.

─No le cuentes a nadie sobre esto─Murmuró con firmeza, seguidamente ella soltó una risa, a lo que recibió una mirada de indignación.
─¿¡Eh!? ¿Te estás burlando de mi?─La tomó ligeramente del cuello de su prenda, en segundos una sensación abrasadora inundó su interior, al tenerla tan cerca, que en un acto instintivo, fue acercando su rostro hasta quedar tan solo a unos centímetros de distancia.

Sus ojos eran iluminados por un brillo intenso que ninguno se imutaba ante la cercanía del uno al otro. Él miró los labios de la azabache tan finos y rosados mientras maldecía internamente ante lo abatible que surgía en su mente.

Decidió callar su pensamienttos y por impulso, juntó sus labios con los de su contraria.
En cambio Ayano dió un respingo ante la repentina acción del rubio, y una ola de escalofríos recorría su espalda, pero terminó sediendo ante el beso, su bocas se balanceaban tan apasionante que el aire se les iba de sus pulmones en un santiamén.

La joven enrollaba sus manos sobre su cuello para atraerlo a sí misma y sentirlo todavía más mientras la chaqueta caía de sus hombros, ya no le importaba el frío, le era suficiente con el calor que emanaba el cuerpo de Osoro.

Se separaban por unos segundos para recuperar oxígeno dejando un hilo de saliva y en cuestión de tiempo volvían a unir nuevamente sus labios, como si toda la vida habían estado buscandose.

Juntaron sus frentes mirándose profundamente, la chica tomó la mejilla izquierda del contrario, acariciando aquella marca en forma de "X", estaba interesada de alguna forma en cómo se la hizo, él tomó sutilmente su mano sobre su mejilla, disfrutando aquella sensación de su tacto.

Sin decir nada, continuaron caminando por el desolado callejón, aquel beso había sido del agrado de ambos, sin tener noción de que algo como ello pudiese ocurrir.
La fémina enrolló su brazo al brazo ajeno, avanzando gustosa por la compañía del chico, mientras él no objetaba absolutamente nada.

Finalmente habían transcurrido el camino con éxito, atravesaron la pequeña terraza para llegar a la puerta.
─T-te agradezco Osoro─Bajó la mirada con vergüenza, su corazón no dejaba de latir con fuerza.

─N-no fue nada─Apartó su rostro sonrojado
─Asegurate de cerrar todo─Dicho esto se dispuso a irse, despidiéndose con un tímido ademán.

─¡S-Si!─Gritó al aire, pero era demsiado tarde pues él ya se había ido. Se adentró a su dulce hogar, cerrando la puerta y pegando su espalda sobre ella.

Se dió cuenta que aún mantenía su chaqueta y se la llevó a sus nariz, para aspirar todo el delicioso aroma de aquel hombre que la había dejado anonada.
Río un poco ante la sensación que sentía, aquella adrenalina que recorría sus venas en un placer adheriente. No sabía porque se sentía de tal forma, y pronto comenzó a sentirse nerviosa, como si quisiera estar de nuevo con él y una idea se le cruzó en la mente cuando lo imaginaba con otra chica.

(...)

Se había tomado un baño para aclarar sus pensamientos y ahora se encontraba en la cocina preparando su cena, lo único en lo que pensaba era en:

Osoro, Osoro, Osoro

Temblaba cada vez que una imagen de él llegaba a su imaginación, ¿Se estaba volviendo loca?

Un sonido la desconcertó por completo, era como si alguien intentará abrir una ventana, y en el peor de los casos lo haya conseguido.
Por instinto tomó un cuchillo para caminar sigilosa por el pasillo y las habitaciones, sin embargo no habían rastros de algún ladrón o intruso.

En el momento en el que terminaba por revisar su habitación y luego cerrar la puerta, una mano se coló por su boca, apretándola con fuerza, provocando que soltará el arma que traía.

─Hola Ayano, ¿Estás feliz de volver a verme?─ella iba a intentar golpearlo pero el la amenazó con una jeringa en mano.
─Eso es parece un no y de verdad que me molesta, ¿Te divertiste jugando a la parejita con ese engreído?─Se oía más como un reclamo en recelo.
─No es necesario que me respondas, tu cuerpo grita que si y te digo algo ¡Voy a acabar con eso!─Soltó una gran risa psicópata.
─Asi que Ayano, vete despidiendo de una vez por todas, si es que puedes─Sin esperar más tiempo, introdujo la aguja sobre el cuello de ella, implementando un líquido amarillo, pero inmediatamente la chica golpeó con rudeza el cuerpo del sujeto, aturdiendolo un poco, lo suficiente para empezar a correr hacia la salida, desafortunadamente el chico la tomó de las piernas causando su caída sobre el duro suelo.

─No te dejaré escapar fácilmente─Su rostro se veía desfigurado por la rabia, la chica se dió la vuelta, en un vago intento de usar las piernas para frenarlo, pero de igual forma estaba perdiendo fuerza sobre sus articulaciones.

Él se colocó encima suyo, para evitar que peleará mientras la azabache se resistía usando las manos y también gritando auxilio, arto de la situación, tomó sus manos inmovilizandola en el suelo.
─¿Por qué haces esto?─Preguntó con una mirada seria, sus manos temblaban al mantener de las muñecas a la mujer que le encantaba.
Pero no entendía por qué se había enamorado de ese delincuente y tampoco soportaba la idea de que otros hombres la habían besado incontables veces. Estaba arto de ello.

─¡SUELTAME! ¡NO ME TOQUES!
─Chillaba con menos fuerza en sus movimientos y voz, sus ojos la cautivaron, unos inmensos iris carmesí, brillando con verdadera vehemencia, que le hicieron quedarse en silencio.

Poco a poco su visión se iba nublando debido al líquido que se encontraba haciendo efecto en su interior, que pronto dejó de usar resistencia.

─Eres tan linda─Sin querer había dicho algo que sólo pensaba en su mente, y un rubor cubrió sus mejillas al ser tan descuidado, para su mala suerte la joven había escuchado sus palabras que le hicieron erizarse completamente.

Lentamente iba perdiendo la conciencia en su mente, con los párpados pesados y cerrándose involuntariamente, dejándose llevar por el diluvio de obscuridad, como si solo eso le trajera paz.

***
AHORA SI ESTOY INDPIRADAAA MUAJAJSJSJJS, ASI QUE ESPEREN UN MARATÓN QUE HOY LA TERMINOOOO (Creo jdjs)

Hasta que la muerte nos una♥© (Malerivals×Ayano)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora