Hasta que la muerte nos una♥© (Malerivals×Ayano)

1.- Prólogo: Fun girl

[Ayano]

Al abrir los ojos me encontraba en un lugar lúgubre con un ambiente completamente bizarro y tenso.
Mi mente se encontraba hecho una red de pensamientos confusos, y la única pregunta que podía hacerme era:
¿Dónde estaba?

Lentamente me fui incorporando pero al hacerlo, sentí un ligero dolor en el cuerpo.
Sin embargo no me preocupe demasiado. Tenía la sensación de haber despertado en un sueño profundo.

Comencé a caminar hacía la nada, en realidad no era consiente de lo que estaba ocurriendo a mi alrededor. ¿Qué era exactamente lo que había sucedido?

No lo recuerdo

El lugar comenzaba a ser frívolo y mis bellos se erizaron, aunque hubiese caminado lo suficiente, era como un largo camino infinito.

Para mi buena o mala suerte, pude notar algo a unos metros, era una especie de trono de un tono rojizo cubierto por rubies carmesi, con pequeñas gargolas a sus costados, mi sorpresa fue grande cuando note.varios cuerpos desmembrados con una marca extraña, cubiertos por una espesa sangre. Pero por su aroma parecía que eran recientes. Mis ojos se clavaron en una silueta que yacía sentada en dicha silla. En una posición particularmente normal en la que parecía estar acostado pero incómodo.

─Estoy tan aburrido─Comentó aquel hombre jugando con un cuchillo que sostenía en la mano. Por alguna razón no se había percatado de mi presencia.
─¿Hasta cuando tengo que esperar?─Coloco una mano por detras de su cabeza y soltó un largo suspiro.
En un instante giró su rostro hacia mi dirección.
No parecía estar imutado, sin embargo sus ojos rojos me miraron con chispa.

Mi cuerpo se mantuvo inmóvil y un escalofrío recorrió mis entrañas. Quería escapar pero algo me lo impedía.
Seguido de esto, se levantó con lentitud manteniendo una sonrisa macabra.

─Oh, has despertado, al fin podre divertirme un poco─Atravesó por encima de los cuerpos sin tomarle importancia.
Mis nervios estaban de punta y cuando más se acercaba, no podía evitar temblar y sentir pánico. En una fracción de segundos, mis pies comenzaron a correr. No desaproveche la oportunidad.

No obstante, mi intento de escape fue en vano, pues de la nada apareció justo frente a mi.

Intente dar la vuelta en dirección contraria pero él fue más rápido y me tomó de la frente, apuntandome el arma en el mentón con su otra mano.

─¿Adonde vas Ayano?─Susurró de manera burlona. Me mantuve en silencio, ya que si hablaba o hacía un movimiento en falso, él no dudaría en degollarme.

Mi espalda apenas chocaba con su abdomen, al sentir su calor y respiración no podía evitar sentirme nerviosa.

Lo odiaba por tenerme en esta condición, por asesinarme, por hacerme sentir cosas, por alejarme de todos esos chicos.
Mi corazón estaba hecho añicos, ni siquiera era capaz de llorar. No lo merecía.