Nuestra protagonista, sigue viajando interminablemente a través de dimensiones por lo que tendrá que enfrentarse a un ente malvado y a su asesino serial con quien, próximamente formará un romance.
^^SEGUNDA TEMPORADA DE:
||Hasta que la muerte nos s...
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Todo en su interior era abrumador, desde el sentimiento por la pérdida de sus dos amigos. Taeko y Mujo. El encuentro con ese chico que resultaba familiar y la situación que se dio con su nuevo profesor. Independientemente de esto último.
Comenzaba a preguntarse, si se había enamorado de Mujo. Algo que la atormentaba era ese beso que él le dio antes de morir.
No podía sacarlo de su mente y pensamientos.
"Si tan solo hubiese hecho algo para salvarlos"
Esa frase era su constante martirio.
"Pero no hice nada"
Además estaba el hecho de no recordar nada sobre las imágenes que rondaban su mente y la razón de su maldición.
¿Qué era lo que más quería o anhelaba? Y ¿Por qué razón le sería arrebatado?.
Ya ni si quiera podía pensar con claridad. Deseaba sentir libertad y paz, pero era una ilusión.
Pasaron los días, y en cada clase de Mido, actuaba natural como si nada con anterioridad hubiese ocurrido.
─Muy bien chicos, eso es todo por hoy, ya pueden retirarse.─Delegó y todos tomaron sus cosas, levantandose de su asiento. La pelinegra se apresuró para salir como lo había estado haciendo, para no repetir lo de aquella vez.
─Aishi, por favor quédate un momento─Ordenó, mientras el resto la observaban.
─Lo siento, tengo algo pendiente que hacer─ Trató de excusarse.
─¿Más importante que tu calificación?─Insinuó sin mirarla.
Se quedó sin palabras, mirando al último salir. Vaciló un poco para finalmente acercarse hasta el profesor.
─Últimamente has estado distraída─ Afirmó hasta que su mirada recayó sobre ella. ─Es obvio que afectará en tu calificación─ Su rostro se torno serio.
La chica apartó la mirada. ─Estoy consciente.
─¿Cuál es el motivo?─Regresó su mirada a él sorprendida.
─No hay ningún motivo─habló con frialdad.
Con pasos lentos rodeo el inmobiliario de madera que los separaba. Tomó el mentón de la chica entre sus dos dedos.
─Mientes─Aseguró. Ella se estremeció ante su tacto, pero enseguida apartó su mano.
─Ese es mi problema, no tiene nada que ver con usted─Declaró un poco alterada. Su rostro dibujo una sonrisa y en un rápido movimiento, la aprisiono en el bucata de madera.
─Ahora es mi asunto también─la pelinegra miró a todas direcciones buscando escapar de su atrape. Pero él se pegó más a su cuerpo frustrandole el plan. ─Esta vez no se me escapara este momento─Acercó su rostro a su cuello, mientras ella apartaba su mirada hacía un lado. Dejando el camino fácil.
