15.- Hanako Yamada: Consuelo

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Enaltecida por la enminente pasión que se podía encontrar en el ambiente, se sumergió en el aquel mortal beso

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Enaltecida por la enminente pasión que se podía encontrar en el ambiente, se sumergió en el aquel mortal beso.

─N-no lo haré─Balbuceó, incluso ahora, resaltaba la inocencia en él, pero la realidad, no debía olvidar que era un hombre, siendo muy difícil ocultar sus impulsos cuando se trataba de la chica que le gustaba, todo ese tiempo estuvo soportando la presión de no poder realizar algo más, simplemente mantenían una relación distante respetando todos los límites posibles, ya que en muchas ocasiones ella fue muy fría con el chico, al menos eso era lo que él sintió.

Todo estaría bien, de no ser por el sonido de un cristal rompiéndose en el exterior, inmediatamente los hizo ponerse en alerta.

─¿Que ha sido eso?─Rapidamente se encaminaron a la ventana desde el punto dónde se pudo escuchar más fuerte el sonido, aunque eso dejo de importar en cuanto notaron el cambio drástico de atmósfera.

Ahí estaba de pie un chico siendo iluminado por el faro en la obscuridad de la noche, los ojos de la pelinegra examinaron el aspecto de aquella silueta. Ojos rasgados brillando como si de una bestia se tratará, mantenía una sonrisa sádica y perturbadora que le hizo tener los bellos erizados.

En un parpadeo aquel chico misterioso había desaparecido, como si fuera arte de magia.

─¿L-lo viste?─Preguntó con la voz temblorosa.

─¿Ver a quién?─Lo miró incrédulo, realmente no tenía idea de lo que ella hablaba.

─El chico. Justo ahí─Señaló en dirección donde segundos atrás estaba la silueta.

─¿Viste a alguien?, ¿Quieres que vaya a hechar un vistazo?─Tomó su hombro al ver lo paralizada que estaba, y comenzó a dar pequeñas caricias sobre su cabello.

─¡No! Debi estar delirando ¿Podrías.....Podrias irte a casa?─Espetó con seriedad, lo sabía, sabía que si se quedaba con ella su vida iba a estar en peligro, era un fuerte presentimiento. Cómo si de alguna manera hubiera vivido lo mismo.

─¿Eh? Creí que la estábamos pasando bien─Su mirada recayó a una de tristeza, ¿Aquel beso no significó nada?.

Sacudió la cabeza para borrar esos pensamientos y sentimientos, talvez ella estaba asustada por lo que vio y debía entenderla.
─Pero ¿Y si algo te sucede?, y-yo no sé que haría si eso pasa.....─
Tomó las manos de su contrario para reconfortarlo silenciandolo en el proceso.

─Te prometí que no iba a dejarte (Aunque eso es probablemente una mentira), No te preocupes por nada más, ve a casa yo estaré bien. Lo prometo─Le dolía, eso era algo que no podía cumplir, no faltaba mucho para que llegará su hora, y de un momento para otro pudo recordar absolutamente todo.

Pero, de alguna manera, quería proteger al chico que estaba frente a ella. Pudo darse cuenta de muchas cosas, no importaba que métodos usará para tener a Taro, el nunca se interesó por ella.

No de la misma forma como lo hicieron aquellos chicos, y entendía que debía lidiar como su castigo.

Hanako era alguien dulce que no merecía morir por culpa de la clase de persona que era.
Para él aquellas palabras habían sonado como una despedida.

Pero decidió ignorarlo y cumplir con lo que ella le pidió hacer. Tomó una vez más sus mejillas y la besó tan vorazmente tratando de grabar toda su esencia hasta volverla a ver, la extrañaria como loco mientras no estaba con ella, y quería aprovechar el momento un poco más.

─Entonces....nos veremos mañana en el instituto─La chica asintió y el agitó la mano enganchando una sonrisa mientras cruzaba la puerta de salida para por fin desaparecer.

La pelinegra se tomó los labios recordando aquel tierno beso y llevo sus manos a su pecho que comenzaba a doler atrozmenmte, provocando que lágrimas brotarán de sus ojos.

¿Él iba a morir también? No, no, no quiero

¿Esta es tu manera de salvarlo?─Una voz se escuchó a sus espaldas lo que le hizo petrificarse en su lugar.
─Jamás te imagine sintiendo compasión por alguien─Soltó una risa burlona ante la actitud de la chica.

─Yo....─Tragó saliva, sin duda eso había herido su orgullo, tampoco se imagino sintiendo algo más por alguien que no sea Taro. Lo entendía perfectamente.

Lentamente se dió la vuelta para enfrentarse a quién había estado atormentandola todo este tiempo.

Verlo ahí de pie, con esa sonrisa que siempre lo caracterizaba le hizo entrar en una cierta calma, no importaba lo que le había dicho, su pies se movieron a su dirección sin retenerlos, para lanzarse en un cálido abrazo, envolviendo sus brazos alrededor del cuello ajeno.

El chico quedó perplejo ante el acto de la fémina, dejando su manos al aire mientras su contraria se fundía en su torso de la misma manera que hundía su rostro en el cuello ajeno.

─Después de todo Némesis, vivimos la misma situación─Todo el dolor se esfumó con ese abrazo e inconscientemente sonreía.

Aquel aroma se infiltraba por sus fosas nasales, aspirando toda la escencia del pelinegro.

El chico por supuesto estaba intranquilo, quería apartarla con brusquedad pero al estar conmovido le era algo imposible.

─No es verdad─Espetó, sus brazos envolvieron su cintura, dejándose llevar por la magnífica sensación, una de sus manos acarició tiernamente su cabello, dándole cierto consuelo.
─Es hora de dormir......Ayano.

Los ojos de la chica se volvieron pesados. ¿Cuántas veces más debía repetirlo? Eso que comenzó como un acto de amor y termino siendo su condena.

─N-nemesis.......

Nos veremos de nuevo, pequeña.

***

He aquí el final del noveno rival tututu

Ahora se viene el último rival y cada vez más cerca de su final.
En fin, me desaparecí un buen rato pero ya estoy bien uwu.

Con esta cuarentena es un poco más difícil;;;;; pero espero que estén en casa y cuidándose c:

Espero que les guste el cap^^

Hasta que la muerte nos una♥© (Malerivals×Ayano)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora