Capítulo 12.

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Ha pasado un año desde que estoy con el señor Nadin, todo es genial sin duda, mis padres ahora estan menos pendientes de mi por tener diecinueve, sé que le pagan aún a Jeremy para que les informe todo de mí pero yo ya no le cuento nada a él.

Ya no me gusta en lo absoluto, mi corazón no se agita cuando toca mi cabello, no me sonrojo cuando besa mi mejilla o me pongo nerviosa cuando me abraza, es solo un amigo más y eso me alegra, Arturo es mi corazón ahora, me fascina de muchas maneras, es encantador y atento.

Nani me invito hoy a comer, resulta que se va a casar con Jeremy y querían avisarmelo, realmente estoy muy feliz por ellos, sin embargo Hector es todo lo contrario, la noticia parecía haberle caído mal, tuvo mala cara todo el tiempo.

Cuando todo acabo le avise al señor Nadin que ya podría venir a recogerme, pues hoy iríamos a un lugar, no me quiso decir donde pero sé que lo hace porque hoy cumplimos un año de novios, si, somos realmente una pareja, aunque solo yo, él y mis amigas lo sepamos.

Empiezo a sentir frío así que decido ir a mi casa por un abrigo al notar que esta tardando en llegar, pero en lo que estoy abriendo la puerta una mano me detiene.

Al girarme veo a Hector acorralandome en la pared.

- ¿A quién estabas esperando a esta hora? Es ese viejo, ¿cierto? Ese cerdo solo...

- Cállate, Hector, no sé de que hablas.

- Yo sé que si lo sabes, hablamos del cerdo pervertido que te viene a visitar y con él que sales todos los días.

Eso si que era una exageración, últimamente la universidad consume mucho de mi tiempo y Arturo ha estado ocupado abriendo una nueva cafetería/restaurante, así que salimos como una vez por semana.

- Aquí el único cerdo eres tu -ignora mi comentario y sigue preguntando tonterias, suelto un gruñido de cansancio y giro mis ojos al cielo.

- ¿Te gusta? ¿Qué haces con él, Ally? -sujeta con fuerza mis hombros y no se inmuta siquiera cuando trato de alejarlo-. ¿Dejas que un viejo te toque?

Diablos, mi daddy no sé veía tan viejo, era un hombre sin duda, en todo el sentido se la palabra y un caballero realmente, pero los años no le pensaban y es sin duda muy sexy, su barbilla recta, ni que decir cuando tensa su cara, es un dios griego, ¡Ally despierta no es el momento para pensar en él!

- Sueltame Hector, ya basta me estas lastimando -lo empujo molesta y trato de patearlo pero no consigo nada.

- ¿Te gusta que alguien mayor te toque? -ignora mis forcejeos y acaricia uno de mis pechos causandome asco, besa mi cuello, lo chupa y luego pasa su lengua-. ¿Prefieres que te bese? -acaricio mi otro pecho y lo aprieta.

Aprieto mi boca y doblo mi cara para no sentir sus labios, no puede ser posible que este idiota de verdad este haciendo esto, sabía que debía cuidarme desde niña cuando intento besarme y cuando se me quedaba viendo de forma morbosa si me ponía pantalones cortos, ni hablar de cuando iba con su familia a las piscinas porque Jeremy debía cuidaeme y me andaba con él por todas partes.

- Debí hacer esto desde que cumpliste la mayoria de edad, siempre quise saber como se sentiría folla...

Muerdo su nariz cuando se acerca a mi logrando que me suelte, recogo mi llaves rápidamente y lo golpeo con la punta de las mismas, haciendo que se queje del dolor.

- Alejate o te clavo la llave en el ojo -digo antes de escupir, siento la sensación de su piel en mi boca.

- Como si una llave fuese a detenerme -esta por volverme a agarrar cuando escucho una puerya cerrarse.

Ni tres segundos después Hector se encuentra en el suelo por que Arturo le ha volado una patada en las piernas, por detrás.

- Vámonos -digo rápido agarrando del brazo a Arturo.

- Ally, le diré todo a Jeremy.

- No serás el único que tendrá algo por decir -advierto antes de subir al auto-. No tengo razón para no decir lo que hiciste hoy.

- Eres una...

Arturo aún no ha subido al auto así que agarra al idiota de la camisa.

- ¿Qué vas a decirle? -quisiera detenerlo, una pequeña parte de mi amable y bondadosa, pero nah, esto no es un libro para hacerme la buena tonta.

Un golpe es lo que menos me importa que reciba, pero sé que le va a afectar más que un dolor físico.

Saber que jamás va a tenerme, eso si sería peor.

- Daddy -digo en el tono más dulce que puedo imprimir-, estoy aburrida, ya quiero irme, ¿si? -sonrió de forma inocente y le hago ojitos de perrito triste.

No se me pasa desapercibido la mirada de sorpresa que tiene Hector al escuchar el apodo que tengo hacia Nadin y el como traga grueso por la rabia.

Arturo lo entiende de inmediato y lo lanza con fuerza al suelo.

- A la próxima, te vuelo los dientes -le escucho decir y cuando sube al carro le doy un buen beso de saludo.

Esta vez ni le dirijo la mirada a Héctor, solo veo hacia al frente cuando el carro arranca.

Aún el enojo y el asco que siento porque me tocará me revuelve el cuerpo pero la satisfaccion de ver su cara de enojo al final es glorioso.

Daddy (+18)Where stories live. Discover now