Ally se ha metido en un pequeño lió por querer evitarse un problema, un lío que resultara muy agradable cuando descubra las consecuencias de sus actos.
Daddy parece pensar un momento mientras acaricia mi espalda, hasta que suspira y afirma con la cabeza.
- Iremos a ver a tus padres, pero sin importar lo que me digan, nada hará que me aleje de tí, Ally te amo, ¿lo sabes, verdad? -sonrió cuando lo oigo decirlo, me encanta escucharlo decir que me ama.
- También te amo, quiero estar un rato contigo en la oficina hoy, pero me iré en la tarde para arreglarme, quiero estar muy presentable para mis padres... aún que tal vez no lo noten siquiera -digo viendo hacía mis tacones, Arturo toma mi mejilla suave y me hace verlo despacio.
- Pequeña, tus padres te aman, ellos se preocupan por tí a su manera, sé que a veces sientes que no te observan pero... -beso sus labios para que no continué.
Nada de lo que diga me hará cambiar de opinión, mis padres no se preocupan por mi realmente, me ven como un perro, alguien a quien darle casa y comida mientras guarda silencio hasta su pronta llegada, agradezco todo lo que me han dado, pero no puedo decir que me han dado cariño.
- Dime daddy, ¿como van los otros restaurantes? -pregunto para cambiar el tema mientras veo que tiene un programa de calculo en su computadora.
Parece entenderlo y me habla de lo que deseo escuchar hasta que los temas de conversación se vuelven más variados, pasa el tiempo y decido que es hora de irme para alistarme, le doy un corto beso en los labios que se vuelve más intenso hasta sentir nuestras lenguas juntas.
No sé ni en que momento he acabado sentada de nuevo, sobre daddy con una pierna a cada lado de él, mi vestido ahora esta subido a mi cintura y sus manos estan en mis nalgas.
- Daddy... debo irme -susurro aunque en realidad quiero quedarme, esta duro y lo siento en mi punto sensible, toma mis caderas y me frota en el haciéndome soltar unos leves jadeos.
- Puedo ser rápido -susurra en mi oído, estoy por ceder cuando mi telefono suena y al ver que es mi madre me separo rápidamente de Arturo para vestirme como si ella me estuviese viendo.
- Hola mamá -contesto tratando de sonar natural.
- Estuve pensando que quiero pasar el día contigo -me dice haciéndome dudar-. Hay algo que quiero decirte, pero lo haré en la cena, podríamos ir, ya sabes, a maquillarnos y peinarnos juntas, hace mucho no vamos de compras juntas -jamás hemos ido de compras juntas.
- Claro mamá, te esperare en el City mall -le digo luego de unos segundos antes de colgar-. Me avisas cuando hayas llegado -guardo el celular en mi bolsa y suspiro-. Ya me voy, nos vemos en la noche -me da un beso en la frente antes de irme y me regala una sonrisa.
Paso el resto de la tarde con mi mamá, nos peinamos, maquillamos y hasta nos pintamos las uñas, estuvo atenta a mí y fue cariñosa, en todo momento trate de lucir tranquila, sonreirle cuando lo creía necesario, hasta trataba de contarle algunas cosas de mí, pero a veces era incomodo, me sentía extraña hablándole o viéndola sonreírme.
Cuando fuimos a comprar ropa estaba probándome un vestido rosado y vi a mamá probarse un vestido suelto, note que había usado uno igual hoy, al parecer estaba subiendo de peso.
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