Autora POV
En su sueño, la joven pelirrosa se removió ligeramente. Una calidez acogedora la rodeaba, y el agradable aroma a cerezos se colaba por sus fosas nasales. Inconscientemente, la chica intentaba acurrucarse más cerca de la fuente de tan agradables sensaciones. Sentía que podía quedarse así por varias horas, aunque... mientras la conciencia comenzaba a volver a ella preparándola para despertar, comenzó a darse cuenta de un detalle importante: Ni siquiera recordaba haberse quedado dormida en primer lugar.
¿Qué había sucedido? Su mente se sentía como una bruma. Recordaba a Nanao guiándola a la cámara de los cuarenta y seis, habían estado conversando acerca de la situación de Rukia y los misterios que parecían rodear su condena. También recordaba haber estado de pie frente al edificio de la cámara, la teniente de cabellos negros ya se había marchado para aquel punto, y luego... todo era un borrón en su memoria, similar a cuando había tenido el sello bloqueando sus recuerdos. Algo había sucedido en ese momento, pero... ¿Qué había sido?
¿Y dónde se encontraba en esos momentos? Era otra pregunta de la que tampoco conocía la respuesta.
Con algo de esfuerzo, la pelirrosa entreabrió sus ojos para observar sus alrededores. Tras una mirada rápida en la habitación, pudo deducir fácilmente que se encontraba en la mansión Kuchiki —conocía demasiado bien la arquitectura y la decoración tradicional de aquel hogar, como para saber que su suposición era acertada—. Su atención se centró entonces en un par de brazos que parecían moverse por encima de ella, uno a cada lado de su cuerpo.
Sus ojos jades siguieron la extensión de los brazos hasta detenerse en las manos de la persona que se encontraba junto a ella. Finos y largos dedos sostenían un pincel, mojando las cerdas de este en tinta negra, para luego reanudar su tarea de escribir con una impecable caligrafía en una hoja de papel. Sakura apenas pudo registrar algunas de las palabras que la persona parecía estar escribiendo, pero podía decir que le recordaba bastante al papeleo que sus padres solían hacer cuando ambos eran capitanes del Gotei 13. Comenzaba a tener una ligera sospechaba de quién se encontraba junto a ella.
Su mirada siguió entonces el recorrido contrario para posarse sobre el rostro familiar del líder del clan Kuchiki.
— ¿Byakuya...? —la ojijade lo llamó con un tono somnoliento, captando su atención.
ESTÁS LEYENDO
【ʟɪʙʀᴏ ɪ】 ꜱᴀᴋᴜʀᴀ-ʜɪᴍᴇ
Fanfiction【ʟɪʙʀᴏ ɪ: ꜱᴀᴋᴜʀᴀ-ʜɪᴍᴇ ꜱᴀɢᴀ】 【ᴄʀᴏꜱꜱᴏᴠᴇʀ ɴᴀʀᴜᴛᴏ x ʙʟᴇᴀᴄʜ】 ♡o。.。o♡o。.。o♡o。.。o♡o。.。o♡o。.。o♡o。.。o♡o。.。o♡o♡o。.。o♡o。.。o♡o。.。o♡ Los susurros de su nombre, las historias de quién fue... Todo parece estar tan fresco en la memoria de la Sociedad de las Almas...