ᴄᴀᴘɪᴛᴜʟᴏ ᴅɪᴇᴄɪɴᴜᴇᴠᴇ

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Autora POV

— Parece que ha sido buena idea tomar prestadas estas ropas para camuflarnos... —murmuró una joven de cabellos anaranjados mientras observaba alejarse a un par de shinigamis que, hasta hace tan solo unos pocos segundos atrás, habían estado hablando con ellos.

— Aunque es un tanto decepcionante que ni siquiera puedan reconocer quiénes son verdaderamente sus aliados y quiénes son impostores. —comentó a su lado un chico de cabello negro y lentes.

— Al menos podremos movernos libremente por aquí sin sufrir grandes inconvenientes. —habló alegremente la joven, sin compartir el sentimiento de su compañero.

— Supongo que tienes razón... —suspiró el joven quincy. — Será mejor que nos pongamos en marcha. Aún tenemos que encontrar a los demás. —señaló. Orihime asintió entusiasmada antes de que ambos comenzaran a correr.

Luego de que el grupo fuese dividido al ingresar al seiretei, Uryuu y Orihime habían aterrizado juntos en el mismo lugar. Desde el momento de su aterrizaje, habían estado ocultándose, casi siendo atrapados en más de una ocasión, antes de que la pelinaranja se le ocurriese la brillante idea de tomar las vestimentas de los shinigamis y usarlas como disfraz para pasar desapercibidos.

"Con nuestras vestimentas actuales es bastante evidente de que no somos de por aquí, solo llamamos la atención. Si nos vestimos como la gente que vive aquí entonces pensaran que estamos de su lado" –habían sido las palabras que la joven había utilizado para expresar sui idea.

Uryuu había quedado bastante asombrado al oír la propuesta de la contraria. No era por quitarle el mérito a la chica, pero usualmente no era la persona más lúcida dentro de su pequeño grupo, constantemente el pelinegro sentía la responsabilidad de ser quien tomase el liderazgo para protegerla, sin embargo, escucharla formular tan brillante plan lo había tomado desprevenido. Fue una sorpresa y decepción aún mayor cuando al final, la idea de la chica pareció funcionar a la perfección.

El único inconveniente que parecían tener ahora era encontrar a los demás. No tenían idea de a dónde habían ido a parar y, conociéndolos, era fácil saber que no se iban a quedar sentados esperando a ser encontrados. Si todos continuaban moviéndose, sería aún más difícil encontrarse unos a otros.

【ʟɪʙʀᴏ ɪ】 ꜱᴀᴋᴜʀᴀ-ʜɪᴍᴇDonde viven las historias. Descúbrelo ahora