<< Mi destino, estaba a punto de cambiar, si tan solo Esteban no hubiera aceptado ese maldito viaje, nada hubiera pasado, pero ahora creo que no hay vuelta atrás, de verdad me lastimo mucho si tan solo hubiera confiado en mí, pero... a, si no me adelanto, es que a veces me gana la melancolía y tengo tantas ganas de ceder... sigo contándoles después de esta noche nuestras vidas comenzarán a separarse... >>
A la mañana siguiente
Cuando Esteban encontró por fin la fuerza de voluntad necesaria para salir de la cama, fue directamente al dormitorio de Williams, pero no lo encontró. Recorrió toda la casa sin dar con él; posteriormente averiguó que su hermano se había ido poco después de que discutieran.
Decir que estaba preocupado por él era una obviedad. Esteban no tenía ni la más remota idea de qué había oído exactamente su hermano en la fiesta a la que había asistido la noche anterior y tampoco sabía quién había hecho esos comentarios que lo habían puesto tan furioso.
«No toleraré que mancillen nuestro nombre... Haré todo lo que sea necesario.»
Suspiró exasperado y fue a su despacho para escribir dos notas muy breves. Una se la dejó a María y la otra ordenó que la entregasen de inmediato.
Había planeado acompañar a Mary a cualquier evento que ella hubiese elegido para esa velada y tenía incluso ganas de hacer acto de presencia a su lado, para así disipar los rumores que se habían tejido alrededor de ellos dos. Sin embargo, ahora no tenía más remedio que ir de club en club, de burdel en burdel y de disco en disco en busca de Williams, para asegurarse de que su hermano pequeño no se metía en un lío, tal como había vaticinado su madre.
«Maldita sea», pensó Esteban, mientras esperaba a que le trajeran su carro. Después de pasarse toda la tarde en la cama con Mary ahora se sentía las piernas como si fuesen de gelatina, y si por desgracia tenía que meterse en una pelea, no iba a estar en su mejor momento. Confió en que Williams no estuviese buscando pelea, sino bebiendo o con alguna mujerzuela. Y, de entre esas dos opciones, prefería la segunda. Si su hermano estaba sexualmente saciado, quizá estuviese más dispuesto a escucharlo y a entrar en razón.
Montó en su carro, lejos de la casa que ahora se había convertido en su hogar y se preguntó cuántas decisiones de su pasado habían perjudicado a la gente que le importaba.
—¿Qué estás haciendo aquí, César? —le preguntó María a su hermano al entrar en el salón.
Aunque lo intentó, no consiguió ocultar su mal humor. Despertarse sin Esteban a su lado ya había sido bastante malo, pero leer la escueta nota que él le había dejado sólo empeoró las cosas.
Tengo que ocuparme de Williams. Tuyo, San Román
María sabía cómo se relacionaban los hombres unos entre ellos; discutían y hacían las paces bebiendo y acostándose con una mujer. Y como era consciente de la resistencia de su marido, no descartaba lo que fuese capaz de hacer.
Su hermano se levantó del sofá de terciopelo azul y le hizo una leve reverencia. Iba muy guapo, con un esmoquin.
—Estoy a su servicio, madame —le dijo, imitando el acento de un sirviente de alto rango.
—¿A mi servicio? —María frunció el cejo—. ¿Qué se supone que necesito que hagas?
—San Román me ha pedido que venga a buscarte. Me ha mandado un mensaje en la que decía que él no podía acompañarte esta noche y me sugería que ocupase su lugar. Si lo hago, dice que seguro que estaré demasiado cansado para reunirme con él mañana por la mañana en el ring del club Remington. Pero como muestra de su gratitud, excusará mi ausencia. Indefinidamente.
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¿COMO ME FUI A ENAMORAR DE MI MARIDO? (terminada)
FanfictionMaria es una aristócrata moderna. Como toda niña enamorada se casa con su príncipe azul, grande es su desilusión cuando se transforma en un sapo. Gracias a Dios, perdió la vida, pero su padre quiere forzarla a casarse. Para escapar de esta situación...