CAPITULO 16 (COMPLOTS)

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Flash back recuerdos en común. (María y Esteban)

—Mary —me dijo, me gustaría mucho llevarte mañana a mi propiedad.

Lo miré por debajo del ala del sombrero de paja, que sólo dejaba al descubierto mis labios y poco más.

—Esteban, puedes llevarme a donde quieras.

A él no le pasó por alto su insinuación. Hacía un día precioso, su matrimonio iba a salir adelante, él tenía el amor en su mente y en su corazón. Nada ni nadie podría arrebatarle esa felicidad. Iba a contestarle con otra insinuación cuando...

—San Román.

La airada voz que se entrometió entre ellos no podría haberlo hecho en peor momento.

Él suspiró resignado y se volvió de mala gana hacia su madre.

—¿Sí?

—No puedes seguir evitando a los otros invitados. Tienes que participar en la búsqueda del tesoro de esta tarde.

—Por supuesto.

—Y asistir a la cena de esta noche.

—Así será.

—Y en el paseo a caballo de mañana.

—Lo siento, milady, pero en eso no voy a poder ayudarte —dijo Esteban como si nada y se dio cuenta de que la tendencia mandona de su madre lo molestaba menos de lo habitual. Ni siquiera ella podía estropearle el día—. He reservado esa hora del día para lady San Román.

—¿Acaso no tienes vergüenza? —le preguntó la mujer, furiosa.

—La verdad es que poca, pero creía que ya lo sabías.

María se mordió la lengua para no reír y apartó la vista al instante. Esteban consiguió mantener el rostro impasible.

—¿Qué es tan importante que tienes que volver a desairar a tus anfitriones?

—Mañana iremos de visita a Waverly Court.

—Oh. —Su madre se quedó mirándolo un segundo, con aquella expresión de desaprobación tan habitual en ella que había acabado por dejarle arrugas en la cara—. A mí también me gustaría ir. Hace años de mi última visita.

Esteban permaneció en silencio un momento y de repente recordó que sus padres habían vivido allí una época.

—Puedes acompañarnos si lo deseas.

La sonrisa de su madre lo pilló totalmente desprevenido y transformó el rostro de ella de un modo desconcertante. Pero desapareció tan rápido como había llegado.

—Y ahora, únanse al resto de los invitados, San Román, y compórtate como corresponde a un hombre de tu posición.

—Espero que mañana puedas no hacer caso de su mal humor —dijo Esteban, negando con la cabeza, mientras observaba a su madre alejarse de donde ellos estaban.

—Contigo a mi lado, claro que puedo —contestó María como si nada, como si con esas palabras no le hubiese sacudido el alma.

Esteban tardó un segundo en recuperar la compostura y luego se permitió sonreír.

No cabía ninguna duda: nada podía estropearle el día.

Fin Flasback (María y Esteban)

Flasback Esteban

Lejos estaba yo de que no se me estropeara el día, esa tarde María decidió desaparecer, me dijo que necesitaba pensar, tonto de mí ahora veo que debí creerle.

¿COMO ME FUI A ENAMORAR DE MI MARIDO? (terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora