Aclaraciones:
La historia se ambienta en el quinto curso, sin embargo comienza a partir de una escena que sale en el tercer curso. Hay spoiler del tercer libro, lo vuelvo a decir por si no leyeron la portada del fic XD (me he dado cuenta que la mayoría no lee mis notas de autor de inicio ni del final de la historia ._.)
Este fanfic fue el segundo que escribí, así que disculpen los horrores ortográficos jejeje.
Capítulo Uno: Una en un millón
Por los pasillos del colegio iba un muchacho caminando, ensimismado en sus pensamientos. Este chico, perteneciente a la casa de Gryffindor, constantemente se cuestionaba del por qué lo colocaron en esa casa si él no cumplía con las características por las cuales se eligen a los futuros leones. Él era todo lo contrario: torpe, en ocasiones hasta cobarde y normalmente era el objeto de burlas de todos los alumnos del colegio, incluido el chico que le gusta. Y esa era otra razón más para que él se sintiera de lo peor, le gustaban los chicos. Afortunadamente, en el lugar al que el Gryffindor pertenece este tipo de relación no está mal visto, al contrario ya se había convertido en una especie de "moda".
Dobló en una esquina en automático, se sabía de memoria el camino que incluso con los ojos cerrados llegaría sin problemas.
-¿Veinte minutos? ¡Este es tu nuevo record! – le dijo un alumno de Ravenclaw, cuando pasó a su lado.
Ya estaba por llegar a su destino. Normalmente sus clases de Pociones terminaban en ese lugar, nunca entendería el por qué le explotaban sus creaciones.
-¡Hey Gryffindor, tus clases pronto serán en la enfermería! – ese era otro alumno, ¿Hufflepuff? ¿Slytherin? No había diferencia. Todos se burlaban.
En cuanto llegó a la enfermería se llevó una sorpresa al escuchar la voz de aquel chico que le robaba horas de sueños por estar pensado en él.
-¡Oiga fíjese cómo me pone la venda! Eso me dolió – la señora Pomfrey lo fulminó con la mirada, pero no le dijo nada. Al darse vuelta vio a un chico parado en la puerta, en estado de shock.
-¿Longbottom? Lo esperaba como mínimo dentro de veinte minutos más. ¿Qué ocurrió esta vez? – Neville aún seguía parado en la puerta viendo a aquel muchacho que estaba sentado en una de las camas, mientras se ponía un broche en la venda y así impedir que se desenvolviera. De pronto, el Gryffindor dio un suspiro de alivio y una sonrisa se visualizó en su rostro.
-No es gran cosa señora Pomfrey – le respondió a la medimaga – el profesor Snape me mandó hacia acá por protocolo.
-Yo no estaría tan segura – le dijo mientras lo observaba de pies a cabeza, a simple vista se veía bien, sin ningún rasguño o algún hueso roto, pero venía todo chamuscado de la cara así que decidió darle atención – ¡Mira nada más qué aspecto tienes! ¿Pero qué habrás hecho para quedar así? – Neville no contestó pero recordó...
El Gryffindor dormía tranquilamente en su dormitorio, soñaba con aquel chico, a ese al que le gusta observar todo momento. Había notado que el andar de ese muchacho se caracterizaba por el movimiento sutil de un lado a otro de sus hombros. El hablar, siempre tan elegante y sentirse superior a los demás. Las miradas llenas de orgullo y arrogancia, demostrando a los demás que no son sangre pura como él. Sus cabellos, siempre revoloteando con el viento. Sus ojos, tan grises como el color de las nubes en tiempo de lluvias. Su mirada es tan peligrosa como... ¿un almohadazo?
-¡Ay! – exclamó.
-Neville levántate o no llegarás a tiempo a Pociones – le dijo su compañero Dean Thomas.
-¿Qué hora es? – preguntó aún medio dormido.
-Faltan cinco minutos para que inicie la clase y ya sabes cómo se pone Snape cuando llegas tarde.
Hasta el momento Neville no sabe cómo, pero en tiempo record se vistió y llegó al aula de Pociones, por suerte Snape aún no llegaba y eso lo alivió, sin embargo al llegar notó algo extraño.
Todos sus compañeros ya estaban en sus lugares, unos más que otros con caras de fastidio, a pesar de que ya era la segunda semana de clases, aún no se acostumbraban en tener las primeras horas de clases con los de Slytherin, aunque a Neville le encantó la idea, el chico que le gusta pertenece a esa casa, sin embargo, no estaba, acostumbraba estar con dos tipos robustos y tontos, pero en esta ocasión solo estaban esos dos solos, sin señales de humo del chico que le roba horas de sueños.
Entró el profesor Snape, todos enmudecieron al instante y se acomodaron en sus lugares, el profesor con un movimiento de varita hizo aparecer en el pizarrón la receta para la poción de la clase.
-Comiencen – dio la orden.
Neville miraba al pizarrón, a los ingredientes y también hacia el lugar donde se encontraría su enamorado, también lanzaba miradas hacia la puerta y a su reloj... ¿Por qué no llegaba? ¿A caso había tenido problemas con su brazo herido? Y ¿Por qué el profesor Snape no preguntaba por él? O ¿Aún no se daba cuenta que faltaba su alumno estrella en la clase?, Neville estaba tan distraído que a causa de ello echó a la poción un ingrediente equivocado el cual hizo que la sustancia que preparaba explotara en su cara y parte del cuerpo.
-¡Longbottom! – Gritó Snape, fulminándolo con la mirada – Primera clase del día, ni cinco minutos esta vez duraste. Cincuenta puntos menos para Gryffindor.
-Pero ¿por qué? – reclamó Harry, indignado desde su asiento.
-¡Porque sabía que reclamarías Potter! Siempre es lo mismo, y tú – dijo dirigiéndose hacia Neville - ¡A la enfermería!
La medimaga terminó de revisar a Neville y se dirigió hacia su oficina dejando solos a los dos chicos. El Gryffindor estaba aliviado, su Slytherin estaba ahí con él, al parecer solo le habían cambiado las vendas y por eso no asistió a clases. Dejó escapar un suspiro y bajó la mirada... hasta que sintió que otra lo acechaba y aquella voz, con la que estaba tan fascinado, rompió el silencio.
-¿Cómo le haces para ser tan torpe? Sinceramente no sé cómo el profesor Snape te soporta en sus clases... ¡Cinco años, por Merlín! ¿Y aun así no sabes cómo encender el caldero?
Neville seguía con la mirada hacia el suelo, pero de alguna manera estaba feliz, su chico, el chico que amaba tan desesperadamente y al mismo tiempo tan secretamente, le hablaba, sabía que él existía y se tomaba la molestia de hablarle, al menos tenía una posibilidad con él, a lo mejor una en un millón, pero ese uno era su única esperanza y no la desaprovecharía.
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PISLIB
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Cómo llegar a tu corazón || Draco/Neville || M-PREG || Finalizada
FanfictionHarry Potter || Al menos tenía una posibilidad con él, a lo mejor una en un millón, pero esa una era su única esperanza y no la desaprovecharía || Slash. PROHIBIDO plagiar, publicar y/o adaptar.