PRÓLOGO

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Lugares distintos, chicos distintos, el mismo día, la misma hora.

Hospital de Holmes Chapel

Un pequeño de 7 años lucha por vivir, la imagen es trágica, su pequeño cuerpo sólo llega hasta la mitad de la cama y ya sabe lo que es sufrir y estar entre la vida y la muerte. Su madre acaba de salir de la habitación y Harry siente que un nuevo ataque de asma se aproxima, el corazón comienza a acelerarse, sus manos se tornan frías, finalmente sale de su descanso y abre los ojos con el temor adueñándose de ellos.

—Mamá... — susurra apenas mirando hacia la puerta.

Trataba de alcanzar el oxígeno como si se tratara del tesoro más preciado, en el intento de respirar levanta su pecho y se aferra a las sábanas tan fuerte como a la vida misma, luego de unos minutos empieza a perder la consciencia y con esta el temor, su mente desvaría llevándolo hacia un lugar hermoso. Se ve ahora en un bosque, una refrescante brisa mueve sus rizos y unos ojos azules lo miran intensamente, oye una voz que le dice constantemente "sólo respira".

—¿Eres... el ángel... que me llevará?

—Sólo respira, Harry.

—No... puedo...

El bosque comienza a desaparecer pero los ojos azules siguen presentes.

—Sólo respira, Hazza...

—Ayúdame... — en ese momento la imagen cambia a la de una sonrisa perfecta, por lo menos así lo pensó el pequeño.

—Dilo conmigo.

—¿Eres... mi... ángel?

—¡Vamos grítalo conmigo!

-¡Sólo respira!! – dijo abriendo los ojos de golpe y tomando una bocanada de aire quedando sentado en la cama. Gracias al grito, su madre y el doctor volvieron a entrar y le dieron la asistencia necesaria. Estaba agradecido del ángel que le había salvado la vida.

(...)

En el baño de los tribunales de Londres.

Un pequeño de ocho años debe dar el testimonio de cómo es la vida con sus padres, normalmente esto no es requerido por la justicia, pero esta demanda de divorcio ha resultado ser más complicada que lo que se esperaba, ambos padres pelean por la custodia exclusiva del niño y cada vez que se ven, las discusiones son más y más violentas verbalmente, Liam no puede creer lo que está viviendo, por su cabeza pasaban una y otra vez los recuerdos de cuando aún eran una familia feliz, las lágrimas inundan sus ojos y su rostro. No quiere salir de ese lugar. No quiere enfrentar lo que le espera. Deberá ser cuidadoso con sus palabras, no quiere traicionar a ninguno de sus padres, odia este momento, quiere reír como sus amigos lo hacen, pero desde hace tiempo que no puede. Se moja el rostro y se pone en puntillas para lograr ver su imagen en el espejo y comienza a hablarle como si se tratara de otra persona.

—Vamos Li, eres valiente, no llores, tú eres un superhéroe, sólo di la verdad, tus padres siempre van a estar contigo... ¡Que no llores te digo! —  Seca sus lágrimas con fuerza — vas a estar bien, sólo ten confianza — su padre abre la puerta del baño.

—Estamos listos hijo, no podemos esperarte más, vamos.

—Sí, papi, sólo dame un minuto más.

—Está bien sólo uno — volvió a salir cerrando la puerta.

Liam retoma el diálogo con su reflejo.

—Vamos Li — respiró hondo — llegó la hora de ser un hombre valiente y fuerte. ¡No pienses más y sólo respira! — esa frase le dio fuerzas y salió con paso decidido.

SÓLO RESPIRA (Larry Stylinson)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora