Capítulo 4 "Señal"

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Al salir del edificio, me doy cuenta de que ya está oscureciendo, voy con paso decidido, pero tiemblo como una gelatina, ¿qué le digo?, ¿qué me va a decir? ¿Lo abrazo? ¿Lo beso?... no, no, no... hola Hazza, soy Boo y te he amado desde que fuiste mi primer beso... no, no, no, no... Hazza, ven aquí mi amor tengo algo para ti... ¡Puaj! ¡No!... ¡Dios Lou, piensa bien!... Hazza, te reconocí y creo que tú a mí también...

Sí, eso, ¡perfecto!

Una vez que atravieso los jardines que separan mi edificio del suyo, me paro a unos metros frente a la entrada, miro en dirección a la ventana que correspondería a su habitación y ahí lo veo está mirando hacia afuera... ¡Wow! Tiene la camisa abierta y está hablando por celular, tiene los rizos revueltos, su codo está apoyado en la ventana mientras que su frente descansa en su mano... ahora me duele la panza y sé que es de nervio.

Sí que creciste Hazz, eres más alto y más fuerte que yo... eres hermoso.

Quiero con todas mis fuerzas que mis pies se muevan, pero no lo hacen, siempre me imaginé que el día que alguien volviera a provocar ese "wow" en mí todo sería como en las películas, relajado, cool y sexy, pero no me siento así, es más, me siento estúpido, torpe y un poco sudoroso. Ni siquiera sé si a él le pasó lo mismo que a mí. Me vuelve a doler el estómago cuando recuerdo que me comporté como un idiota caliente con él, no sé porqué pero me importa lo que piensa, no quiero darle una impresión equivocada. La ansiedad siempre me traiciona. Cierro mis ojos y ruego por una señal que me haga seguir adelante con esto, pido con todas mis fuerzas dicha señal y juro que si la recibo no voy a parar hasta hacer realidad mi historia de amor.

Me quedo unos segundos con los ojos muy apretados, para ser sincero temo abrirlos y no tener lo que pedí.

Finalmente me decido y abro los ojos.

Nada

Ya no está en la ventana y apagó las luces... genial... ahí voló tu historia de amor, Lou.

—¿Louis?

Bajo la mirada de golpe y ahí está, parado frente a mí, me mira con una sonrisa confundida. Estoy paralizado, no sé qué decir. Aún tiene la camisa abierta y veo que tiene dos pájaros tatuados. Sé que tengo la boca abierta, sin embargo no la cierro, oh Dios haz que no me babee frente a él... ¿qué le iba a decir?...

Vuelve a hablar al ver que no le contesto.

—Te vi desde mi ventana, te hice mil señas para que subieras pero no me viste ¿acaso estabas con los ojos cerrados?

Genial, yo pidiendo una señal y perdiéndome las que me hacía por tener mis estúpidos ojos cerrados.

Algo fuerte se apodera de mí y me abalanzo sobre él, pongo mis manos a los costados de su cabeza y la bajo hundiendo mi nariz en sus rizos.

¡Canela!

Oh Hazza

—Hazza... —le digo mientras lo suelto y él me mira sorprendido con las cejas levantadas.

Oops

Luego para mi sorpresa se larga a reír espontáneamente, se ríe fuerte y hermoso.

—Sabía que eso hacías cuando éramos chicos —acusa gracioso apuntándome con el dedo —Pensé que jamás me reconocerías, Boo.

Una ola de calor acaricia mi piel cuando lo oigo llamarme así.

Sonrío hacia él, mis ojos toman fotografías de todos los detalles de su rostro, pero de pronto el recuerdo de su desaparición me saca a tirones de mi alegría.

SÓLO RESPIRA (Larry Stylinson)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora