Capítulo 23 "La condición"

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Louis

Hay silencio en mis oídos, solo oigo un zumbido y el eco de la sentencia... ¿La gente se mueve rápido? algunos salen conversando sobre lo interesante del caso, otros se invitan a almorzar... ¿Qué diablos les pasa a todos? ¿Acaso no ven lo que acaba de pasar?... Se supone que el que la vida continúe sea un consuelo, pero ahora parece una maldita broma de mal gusto...

Lo primero que hago apenas vuelvo en mí, es mirar a Hazz, temo que algo le pase. No pestañea, ni siquiera sé si respira, aprieto su mano para sacarlo de ese estado, porque no podemos perder tiempo, tenemos que despedirnos de Eddie y según tengo entendido, nos darán un par de horas con él antes de que se vaya. Desde un principio sabíamos que esto podía pasar, pero decidimos guardar la esperanza de que la ley tendría sentido

Evidentemente no es así.

Harry ya me está preocupando, así que decido sacudirlo un poco.

—Hazz... mi amor, esto no va a quedar así, apelaremos... —hablo con un nudo en mi garganta, aunque escuchar los sollozos de Niall a mi espalda no ayuda. Luego de oírme, Harry mueve su cabeza, se aclara la garganta y me mira con una pequeña y forzada sonrisa.

—Por supuesto que apelaremos, no voy a parar hasta volver a tener a mi hijo... Lou... —su respiración es irregular y sus ojos están llenos de lágrimas, pero Hazz trata de no pestañear, pues sabe que si las siente correr por sus mejillas no podrá detenerse —yo no quería hacerlo así, pero si somos una familia... si todo fuera formal... tal vez...

—No lo hagas, Hazz... —sé adónde va con esto y no sé si sea la respuesta.

Dios necesito hablar con Taylor.

—Te lo iba a pedir de todas formas —Harry me toma de los hombros y me obliga a mirarlo, pues mi vista no deja de vagar por el salón en busca de la rubia —Boo, si nos casamos estaremos en ley y seremos una familia.

—Hazz, lo veremos con calma, ¿sí? No te apresures —mis palabras lo dejaron helado, pero no tengo tiempo y no puedo explicarle, si mis sospechas son ciertas, creo que podré arreglar las cosas.

Sigo buscando con la mirada a la chica, al parecer ya salió a los pasillos... ¡Mierda!... la perdí. Todo está pasando tan rápido. Golpeo mis muslos frustrado y me vuelvo hacia Hazz para decirle que iré al baño y me juntaré con él en el pasillo, no quiero que me vea llorar, no quiero porque sé que lo haré desmoronarse y debemos esperar hasta despedir a nuestro pequeño. Aún no puedo creer que Eddie no volverá a casa hoy, no puedo creer que mañana no estará en el desayuno, ¿ella sabrá cómo le gusta su leche?, ¡Agh! ¿A quién engaño?, lo único que sabe de él es quién es el padre.

Mi mente viaja a mil por hora, tanto que no me doy cuenta de que Hazz me está mirando fijamente y de que yo ni siquiera le he dicho que voy a ir al baño.

—¿Qué tienes, Hazz? —le pregunto extrañado ante su expresión, es como si estuviese esperando alguna respuesta.

Apenas abre la boca para hablar, veo a Taylor entre la gente, me pongo de pie de un salto y musito que voy al baño, no quiero que se den cuenta de que voy a seguir a la chica.

Se dirige hacia la escalera de emergencia... ¿Dónde va? ... Abre la pesada puerta y la suelta tras de sí para que se cierre, pero logro poner el pie y evitarlo discretamente. Miro por el pequeño espacio de la puerta entreabierta y la veo, está sentada en los escalones y se toma la cabeza... ¿está arrepentida? No lo pienso más y me adentro al lugar.

—¿Taylor? —digo cautelosamente.

Ella abre los ojos como platos y me mira sin hablar.

—Taylor, mi nombre es Louis, pero eso ya lo sabes por mis declaraciones. —me acerco lentamente, porque no quiero ahuyentarla, realmente necesito hablar con ella.

SÓLO RESPIRA (Larry Stylinson)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora