La media noche llegó como todo los días... Días iguales, días de rutina, días difíciles de cambiar porque aquella era la realidad... Una cruda y a la vez fresca que invadía cada segundo de su vida, una vida pútrida, asquerosa, repleta de pecados y frustraciones, una vida que no deseaba ni para la peor persona del mundo. Los autos iban y venían como cada noche, autos de hombres en busca de compañía, solteros y casados que buscaban en la calle lo que sus esposas no podían o no querían darles, hombres feos y bonitos, flacos y gordos, altos y bajos, de todos los tamaños, sabores y olores... olores que se quedaban aferrados a la piel atormentando la conciencia, recordando manos que tocaban, labios que besaban, mordían; palabras morbosas, "sucias"... Sucia se sentía noche tras noches después de que el marido perfecto de alguna dama intachable salía de su cama dejando los billetes por el pago de sus "servicios" y de paso aunque ellos no lo supieran, dejaban también la vergüenza flotando en el ambiente de la decadente y frustrante soledad de una prostituta.
Nikki aspiró suavemente el aire impregnado de humedad por la lluvia, el olor a asfalto mojado sedujo todos sus sentidos enviándola tan solo unos segundos fuera de aquel lugar, abrió los ojos lentamente y fingió una sonrisa a una de las mujeres que se "parqueaba" en el anden de enfrente
La noche iba a ser larga, había llovido y aquellos días eran flojos para el trabajo, si no conseguía clientes en la calle seguramente tendría que trasladarse a algún bar cercano o en su defecto al "cielo" (burdel) y levantarse algo para reunir lo del diario. Se pasó una mano por la peluca color castaño que le llegaba apenas hasta los hombros, se sentía cansada, agotada, débil, sucia. Apretó con fuerza el bolso de brillantes mostacillas que sostenía en la mano izquierda mientras las lágrimas forzaban por salir de sus ojos, empujadas por el intenso dolor que manaba cada poro de su cuerpo, pero como todas las veces que sentía ganas de llorar, no lo hizo; Tomó aire y dejó que todo se guardara en lo más profundo de su ser donde no la lastimara más. Dos autos pasaron velozmente y uno de ellos le llamó la atención, del color del mar, aquel se detuvo frente a ella, la ventanilla oscura se deslizo despacio y una cabeza con lentes se asomó con una radiante sonrisa...
----------: ¿Cuánto cobras bonita?
Nikki: $30.000, más la propina que me quieras dejar lindo.
----------: Súbete entonces
Nikki dudó, ese era el momento en que la preocupación colmaba sus pensamientos, no sabía quién era él, podía ser un desquiciado enfermo que le hiciera daño, pero en aquel trabajo no había opciones, se tenía que vivir el día a día sin importar el mañana. Le dirigió una sonrisa fingida que podía pasar por la más sincera.
----------: ¿Cómo te llamas?.
Nikki: (lo miró suspicaz) Alejandra... ¿Y tú?.
----------: Rolando pero me puedes decir Roy
Nikki : Lindo nombre.
Roy: Gracias.
"Bien" Ahora había que esperar dos minutos, luego hacer un comentario sobre el clima, acto seguido venía el tema de a donde iban y por último una pequeña charla sobre gustos y obviamente el pago de ellos, Nikki iba a empezar a hablar cuando se detuvieron frente a una cafetería 24 horas...
Nikki: No hago servicio público.
Roy: No lo harás, tomaremos un café
Nikki: (sacudió la cabeza) Lo siento pero los 30 que te cobré cubren una hora, mi tiempo vale y supongo que no querrás que te cobré de más por la tomada de café.
Roy: (se quitó los lentes) Pagaré lo que sea necesario y el tiempo que sea necesario siempre y cuando me acompañes a tomar un café.
Nikki se quedó totalmente confundida, ni siquiera sintió cuando el se bajó del auto y le abrió la puerta...
Roy: ¿Entonces...vienes?.
Nikki: (paso saliva) sí.
Roy: Okey Entonces vamos.
Nikki se bajó con una extraña sensación de curiosidad, no tenía miedo a decir verdad pero si ansiedad, cruzaron la puerta de cristal y se sentaron en una mesa un poco alejada, al instante una camarera de avanzada edad se acercó y les dejó dos menús sobre la mesa y no sin antes dirigirle una reprimida mirada a Nikki se marchó.
Roy: (deleitandose con el menú) ¿Qué vas a tomar?
Nikki: Un café... ¿no fué a eso a lo que me invito?
Roy: (Dejó el menú sobre la mesa y poso las manos enlazadas sobre el mientras le sonreía) No es necesario que te apegues a la palabra, puedes pedir lo que quieras. ¿Haz comido algo en toda la noche?
Nikki: (pasó saliva) no... bueno sí, una galleta
Roy: Una galleta no llena, entonces que te parece si comemos algo mejor, que tal (volvió a mirar el menú) que tal hamburguesa y papas fritas
Nikki: está bien.
Roy levantó la mano con toda naturalidad, la camarera volvió y tomó la orden, nuevamente le dirigió una mirada tosca a Nikki y se marchó diciendo algo entre dientes...
Nikki: (se relajo en la silla) Usted no va a pasar la noche conmigo...me refiero a intimamente.
Roy: No, pero te voy a pagar por el tiempo que estés conmigo, sé que necesitas el dinero.
Nikki: (frunció el ceño) ¿Entonces que quiere de mí?.
Roy: Información.
Nikki: (Se levantó apurada) Yo no sé nada, Ni siquiera sé que tipo de información puedo darle, creo que se equivoco yo...
Roy: (Le tomó una mano) Por favor sientate y déjame explicarte
Nikki pasó saliva por enésima vez y con el corazón en un puño se sentó....