Belleza ; Wos

Ocho.

Ocho:

— ¿Te parece si hoy nos juntamos y me explicas lo que entendiste de biología?—Preguntó Valentín haciendo que sonría como tonta.—Te iba a preguntar hoy pero faltaste otra vez a la escuela Guada.—Dijo y como si fuera que lo estuviera viendo, sentí que estaba haciendo puchero.

Me reí y me acomode mejor en la cama, cerré los ojos cuando una punzada me dio en la cabeza y quise morirme cuando empecé a estornudar, odiaba estar enferma y que la gente me escuche estornudar.

— Estoy enferma Valen.—Dije cuando paré de estornudar y sonreí cuando escuché un ruidito de su boca.

— Me muero, que tierno es tu estornudo, quiero estar ahí para apretarte los cachetes.—Habló haciendo que me ponga colorada, la verdad es que no sabía como lograba ponerme así, pero era imposible no sentirme mas chiquita cuando escuchaba algo así salir de su boca.

Nunca nadie me dijo este tipo de cosas y que justo ahora Valentín me empiece a tratar como una nenita tierna que quiere cuidar me hacía poner el triple de nerviosa y tonta, aunque no sabía si confiar en él o desconfiar porque de pasar a no conocerme y no fijarse en mi, a esto, era un poco extraño. Pero sabía que si no confiaba en alguien nunca iba a vivir sola y eso claramente no quería.

— ¿Te pusiste colorada? —Preguntó en un tono de voz tierno, largue una risita y negué con la cabeza como si me estuviera viendo.

— No, ¿Por?—Mentí, obvio que me había puesto colorada, todas las cosas que salían de su boca me hacían poner colorada y más cuando me miraba con esos ojos.

— ¿Puedo ir?

— Es que te voy a contagiar si venís.—Susurré sin ganas, quería que venga y más a verme, pero no quería contagiarlo a él, me iba a sentir culpable si casaba un resfrio justo en invierno.

— No me importa enfermarme Guada, deci que no querés verme y listo, no te insisto más.—Habló un poco divertido pero serio a la vez, abrí grande los ojos y negué con la cabeza, ahora me sentía mal por hacerlo sentir mal a él.

— ¡No!—Solté apurada y cuando escuché su risa mis mejillas se volvieron a poner rojas.—Digo, veni si querés.—Me hice la desinteresada para que no se de cuenta que era lo que mas quería, escuché su risa y por inercia sonreí.

— Bueno, a las cinco me tenés ahí ¿Necesitas algo?

— No Valen, estoy bien, gracias.—Hablé mordiendo mi labio, es un amor, no hay con que darle.

Después de hablar un ratito más, corté la llamada y me acosté a dormir un ratito más después de poner la alarma, no quería quedarme dormida, además también me tenía que bañar porque si llegaba a verme así como estoy se caía de culo, si normalmente era fea, cuando estaba enferma y llena de mocos era el doble de fea.

Al final no pude dormir un carajo, me quedé pensando toda la tarde en cosas que nunca iban a pasar y haciéndome la cabeza con Valentín hasta que la alarma sonó y me tuve que levantar para bañarme rapidito, aunque también me quedé pensando como medía hora en la ducha, creo que la fiebre me estaba haciendo mal.

Salí rápido cuando terminé y me puse un buzo grande amarillo sin la remera abajo porque tenía calor y un pantalón joggin blanco. Me peine un poco y después me volví a acostar intentando dormir un ratito aunque sea, afuera estaba lloviendo re fuerte y hoy pintaba para quedarse encerrada todo el día con veinte mantas encima y mirando una serie en Netflix.