Doce.

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Doce:

— ¿Y qué pasó, ahora son amigos?—Preguntó Sol cuando Valentín me había saludado antes de entrar al aula con una abrazo que para su gusto duró mucho, sonreí y me hundi de hombros.

No yo lo sabía, ¿Éramos amigos?, no lo sabía, Valentín me trataba tan bien que me hacía pensar muchas veces que sentía lo mismo que yo, que se le volvía loco el corazón cuando estábamos cerca y que estaba tan enamorado de mi como yo de él, largue un suspuro y negué con la cabeza, él nunca podría llegar a gustar de mi, nunca, menos de alguien tan insegura como lo era yo.

Y de repente se me fue toda esa alegría que había tenido a la entrada cuando el me saludó.

— ¿Entonces no?—Preguntó Sol subiendo una ceja, acomode mi pelo y los lentes que usaba para ver el pizarrón y negué con la cabeza medía dudosa.

— No sé Sol, no sé.—Hablé empezando a copiar, no quería tocar mucho el tema, tenía miedo de pensat en que si eramos amigos y al final terminaba siendo que no, capaz que Valentín era así de copados con todos.—Pregúntale a él.—Solté después de un rato sin saber que decir.

— Lo traes loquito.—Se río pegandome un codazo, la miré raro y negué con la cabeza girando los ojos.

Eso era imposible.

— En serio boluda, nunca lo había visto de tan buen humor a la mañana, siempre está con cara de culo.—Habló sacandole el envoltorio a un chupetin para comerlo, la quedé mirando para que siga hablando pero no lo hizo.

— ¿Y que tiene que ver eso? Capaz que durmió bien.—Intenté justificar sus palabras, era imposible imaginar que yo lo traía loquito a Valentín, justo yo, ni ahí, ¿En que sentido? Si en lo único que soy buena es en ser invisible.

— ¿Valentín? Nah, siempre duerme como el culo, tiene insomnio y no sé que mierda más.—Habló medio sin interés, y me sorprendí un poco, el otro día cuando me quedé a dormir un rato con él a la noche no pareció que tenga esos problemas, se durmió al toque.

— No sabía.—Dije sin saber que decir, asintió con la cabeza y empezó a copiar las cosas que el profesor había puesto en el pizarrón, me quedé pensando un ratito más en Valentín.

No sabía lo que me pasaba, o bueno si sabía, pero no quería sentir esto. Era tan lindo y tan feo a la vez gustar de él, o de alguien, no sabía como era gustar de alguien más, solo de Valentín y eso no estaba bien. La clase pasó lento, muy lento, me aburrí mucho y ya no tenía ganas de copiar lo que dictaba, me quería pegar un tiro.

Cuando al fin toco el timbre del recreo, salimos casi corriendo con Sol, caminamos por todo el pasillo de la escuela y fuimos directo al quisco, era un quiosco de mierda, había re pocas cosas y lo único que tenía lo cobraba re caro, saqué la plata del bolsillo de mi campera mientras hablaba con Sol y me reía de las cosas que me decía. Hasta que me puse tensa cuando sentí una manos rodear mi cintura.

Abrí los ojos un poco asustada y mas nerviosa que nunca cuando sentí el olor a ese perfume que no salía de mi cabeza, miré a Sol intentando decir algo pero ya me miraba con una sonrisa, y sabía lo que esa sonrisa significaba.

— Si te ibas a comprar un bombón, acá esta el Wos.—Hablo pasando sus dos brazos por mi cintura para volver agarrarlos adelante mio, apoyó su cabeza en mi hombro y la giró un poco para dejar un beso en mi mejilla.—¿Qué miras Sol?—Preguntó algo divertido sin dejar de mirarme, escuché la risa de mi amiga y sonreí un poco.

Belleza ; WosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora