Once:
— No sé, yo nunca lo hice.—Hablé sin sacar la vista de la película que Valentín había puesto, me removí en la cama y le di la espalda largando un bostezo, tenía sueño y Valentín me había llenado de comida, había comprado muchas cosas ricas y cuando comía mucho siempre me atacaba el sueño.
— Hey, vas a tirar las cosas.—Largó una risita, me di vuelta para no tirar las cosas que estaban en la cama y suspire cuando sentí su mirada, no sé si ahora me incómodaba o no me importaba que me mire tanto, así de fijo.
Tal vez ya era resignación a que ya había entendido que no me miraba con esos ojos que yo creí que si, toda la tarde estuve ida en pensamientos, pero sin demostrárselo y llegué a la conclusión de que así como yo lo veía nunca me iba a ver él, y me había resignado a que nunca me pase en la vida, por ser la persona más aburrida y fea que Valentín conozca, o quién sabe, tal vez del mundo.
Ni siquiera quería llorar ya, o bueno si, pero no adelante de él, demasiado con que ya me haya visto en esa joda llorando justamente por él.
— ¿Sabes? Yo si.—Habló parando la película y poniéndose de costado para mirarme también, hice una mueca y no dije nada, no era tan complicado saber que mandaba fotos de su cuerpo a chicas.
Asentí con la cabeza sin decir nada y lo quedé mirando a los ojos, tratando de entender que era lo que me gustaba de Valentín, es decir, no era la gran cosa.
Bueno si, es hermoso, me trata bien y divierte a cualquiera con sus cosas.
— ¿Qué?—Sonrió acercándose más a mi, me hundí de hombros y largue una risa al darme cuenta que tenía migas de sanguchitos en su cachete, él también sonrió al verme reír.—Daleee, ¿Qué?
— Nada, que tenés migas en la cara.—Me reí hundiendo mi cabeza en el almohadón de Valen, oliendo el olor a su perfume que tenía, me encantaba.
— Hey, no te rías.—Me empujó un poquito y yo volví a reír, saqué mi cara del almohadón y lo miré, ahora estaba haciendo puchero tierno, mordí mi labio y lo quedé mirando, que hermoso que es, haga lo que haga siempre lo voy a ver hermoso.
¿Era un problema eso?, creo que si.
— ¿Me las sacas?—Pidió agarrando mi mano y llevándola a su mejilla, suspire y asentí con la cabeza para sacarlas con mis dedos, con suavidad acaricie su cara y después de un rato intenté sacar mi mano, pero el la agarró y negó con la cabeza.—¿Me haces caricias?—Preguntó acercándose más a mi, sin importarles que las cosas estén en medio de nosotros.
Respire hondo tratando de calmarme por la cercanía y bajé la mirada, no servía de nada hacerme la superada si después de todo me seguía poniendo nerviosa cuando estábamos cerca, y esa sensación en mi panza crecía un poco más que antes.
Era una distinta sensación todos los días.
— Estas em... aplastando las cosas.—Dije haciendo una mueca, tragué saliva suspirando cuando se separó de mi, pensando en que la había cagado y se había enojado conmigo por buscar excusas tontas.
Se paró de la cama y empezó a juntar las bandejas que estaban en su cama, mientras yo miraba todo sus lindos movimientos que me encantaban, se veía tan lindo haciendo cualquier tipo de cosa que era imposible dejar de gustar de él. Cuando terminó me sonrió y se tiró arriba mio, aplastandome todo el cuerpo con el suyo.
Largue un grito cuando se empezó a mover arriba mio mientras se acomodaban y río mirando a los ojos.
— ¿Te aplaste?—Preguntó divertido, giré los ojos y asentí con la cabeza riendo un poquito.—Perdón.—Susurró apoyando su cara en mi pecho y quedándose ahí, sin decir nada.
Dejándome con el corazón acelerado y mi panza dando cosquillas. Mordí mi labio y con toda la vergüenza del mundo llevé mis manos a su pelo, empezando a tocarlo y sintiendo lo suave que era, cerré los ojos cuando no pude más del sueño e intenté dormirme. Pero antes de hacerlo los brazos de Valentín rodearon mi cintura y subió un poco su cabeza para acomodarla en mi cuello, respirando con calma ahí.
Erizandome la piel y dándome escalofríos, mordí el interior de mi cachete y me removí abajo de él, dejando mis caricias de lado, sus labios rozando mi cuello me distraían tanto que toda mi mete dejaba de pensar y solo podía concentrarme en Valentín.
— ¿Te estoy aplastando? ¿Querés que salga?—Preguntó un poco preocupado, negué rápido con la cabeza y llevé mis manos otra vez a su pelo para acariciarlo.
— N-no, estoy bien.—Dije un poco nerviosa, largó una risita mientras asentía con la cabeza, sentí sus labios apoyarse en mi cuello y todo mi cuerpo tembló.
Me iba a morir, a dar un ataque, todo junto, nunca me dieron besos en el cuello y que ahora Valentín me de uno, era una manera de descontrolarme todo el cuerpo, la mente y todo de mi. Respire nerviosa y cerré los ojos cuando lo sentí dejando muchos más besos en mi piel, dándome cosquillas en la panza y vientre, cosquilleos chiquitos que nunca sentí en mi vida.
Estire mi cuello un poquito más para atrás con miedo a que me empiece a joder con que sus besos, pero al no escuchar nada cerré los ojos disfrutando de Valentín, dejando de pensar un ratito en todo lo que me hacía sentir mal y solo concentrarme en sus besos. Sus labios húmedos me hacían dar calor, y no supe de lo que se trataba hasta que sentí mi zona humedecerse.
Mierda, mierda y mierda.
— ¿Guada?—Susurró con sus labios pegados en mi piel, salí de mi nube de calor e hice un ruido con mi boca para que hable, no quería que salga de ahí y vea mis mejillas rojas, o note que estaba necesitada de esos labios.
Aun así no habló, se dedicó a seguir así, dejando besos y agarrando mi cintura con fuerza, pegando más su cuerpo al mio y presionando su cadera contra la mía.
— ¿V-valen?—Pregunté con la voz entrecortada, estaba reprimiendo con todas mis fuerzas largar algún suspiro que le muestre todo lo que sentía en este momento.
— ¿Te pusiste corpiño Guada?—Preguntó intentando sonar divertido, pero lo único que escuché fue su voz un poco agitado, y no quise pensar más, porque si seguía pensando me iba a doler la cabeza.
Y le quise decir que si, pero que el lo podía sacar. No me animé, nunca me animaría a decirle eso a él, menos aun sin saber las intenciones que tiene conmigo.
— S-si.—Susurré después de un rato, con el corazón a punto de salirse por mi boca, suspire y me asuste cuando tuve su cara en frente mio, miraba mis mejillas rojas y sonreía con los labios rojitos, suspire nerviosa y bajé la mirada.
Sentía que miraba hasta el fondo de mi alma con esos ojos azules.
— Que lástima, yo quería probar algo.
🌸🌸🌸
esto es lo q pasa cuando m siento triste e intento escribir, m queda como el culo el capítulocreo q no tengo nada q decir, sólo perdón por tardar en actualizar y perdón tmb x volver con un capítulo tan horrible :/
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Belleza ; Wos
Hayran Kurgu❝Porque si veía su sonrisa todos los días, podía ver la belleza de su alma a través de sus ojos.❞ · Queda totalmente prohibida la copia completa o parcial de esta novela, todos los derechos reservados.