Diez.

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Diez:

Hoy me había levantado más feliz de lo normal, y con una sonrisa en mi cara, ayer habíamos alcanzado a estudiar algo con Valentín pero la mayor parte del tiempo se la pasó hablando y apoyado en mi hombro mientras yo le explicaba sobre lo que no entendía, no sabía que tan feliz me podía hacer un chico pero Valentín llegaba al límite con solo unas acciones.

Me mandó un mensaje, hoy a la tarde, diciéndome si iba a ir a su casa y si quería que me pase a buscar, de primero lo pensé un poco, es decir, no quería caer a su casa de la nada y volverme el doble de pelotuda que siempre, aunque también quería ir para no desaprovechar esta oportunidad, estar con Valentín dos días seguidos era una de las mejores cosas que me venía pasando en toda la semana, y casi todas tenían el nombre de Valentín adelante.

Al final terminé diciéndole que me mande la ubicación e iba yo sola, o que me llevaba mi mamá, aunque sabía muy bien que eso no iba a poder ser porque ella trabajaba hoy a la tarde y casi toda la noche.

Me vestí normal, tengo que admitir que pensé mucho en la vestimenta, pero después de calmarme y tomarme un té, me puse un pantalón negro jean y una remera a rayas que era mi favorita, fui normal, como iría a la casa de una amiga, no buscaba resaltar mucho porque Valentín lo iba a notar y se la iba a pasar diciéndome cosas lindas hasta que mis mejillas exploten.

Me tomé el cole y pague con la sube, mirando por la ventana mientras pensaba en que hoy tenía que aprender a controlarme, bajé del colectivo cuando llegó mi parada y con la mente enfocada en eso caminé a la supuesta casa de Valentín, toqué la puerta y esperé a que me atienda, respirando mas veces de las que debía.

Pero ese pensamiento de «hoy te tenés que controlar Guada» duro muy poco cuando vi a Valentín abriendome la puerta con una toalla envuelta en su cintura y todo su abdomen mojado, al parecer salía de bañarse y yo me tragué el chicle que vine masticando todo el camino, no le di importancia y seguí mirándolo sorprendida, con el corazón latiendome rápido y las mejillas rojas.

— ¿Q-qué hac...—Ni siquiera me salían las palabras para hablar, miré para otro lado tratando de calmarme, y cuando lo volví a mirar me sonreía divertido.—Valen.—Me queje bajando la mirada.

Largó una carcajada y me agarró del brazo para que pasé a su casa, cerrando la puerta atrás mio y dejando un beso tierno en mi mejilla, no sé si era yo, o acá hacía calor.

— Ay ella se pone roja.—Murmuró divertido, agarró mi cara con sus manos y me miró a los ojos.—Hola Guada, que guapa estas.—Bromeó imitando un acento raro que me hizo reír.

— Hola Valen.—Sonreí, y por un momento me olvidé de como estaba, hasta que vi su pelo mojado, y recordé que solo estaba con una toalla cubriéndole sus partes.

¿Qué pasa si alguien, sin querer le pisa la toalla?

Me puse roja por mis propios pensamientos, y al parecer se dio cuenta de mis mejillas porque volvió a reírse y apretó con ternura mis cachetes.

— ¿Queres que me vaya a vestir?—Preguntó subiendo una ceja, aclare mi garganta conteniendome las ganas de decirle que no porque me gustaba verlo así, y en vez de eso asentí con la cabeza.

— Si... bah, no s-se si vos querés, que se yo.—Hablé rápido intentando bajar la mirada para que no me vea así de nerviosa, pero fue imposible, sus manos todavía estaban en mis mejillas, sonrió y subió una ceja.

— ¿Entonces no querés que te haga Streep Tease? Yo ya me estaba preparando eh.—Mordió su labio cuando me reí nerviosa y negué con la cabeza.—Si sos re inocente.—Habló dejando besitos por toda mi cara mientras mi corazón latía con fuerza.

Por primera vez en la vida, me animé a hacer algo que nunca pensé, llevé mis manos a su nuca y dejé un beso en su mejilla, para todos seguro que es una pavada hacer eso, pero para mi que nunca tuve contacto con un chico me hacía poner loca, y más al ver su sonrisa.

— Dame otro besito.—Pidió estirando su trompita, me reí nerviosa y acerque mis labios a su mejilla, intentando dejar un beso, pero corrió su cara y ese beso que iba a su mejilla se fue a la comisura de sus labios.

Fue simplemente un roce, un roce que descontrolo todo mi sistema nervioso y toda mi panza, haciendo que se me revuelva el estómago, me separé mirándolo a los ojos y parpadeando rápido, su sonrisa era hermosa y me daban ganas de quedarme mirándolo todo el día cuando estaba tan cerca mio.

— Que rico.—Sonrió, bajó su mano a la mía y me agarró de la mano para llevarme al sillón y sentarme ahí.—Me voy a cambiar, ¿Me esperas?—Preguntó, asentí rápido con la cabeza y cuando se dio vuelta le di una rápida mirada.

Su espalda estaba marcada y trabajada, pero eso paso a segundo plano cuando noté que tenía algunos rasguños y marcas como chupones en la espalda, y no entiendo, no tendría que importarme eso, pero al ser yo de quien se trataba, la mina mas sensible y con el autoestima hecho mierda me sentí horrible. Y toda esa felicidad con la que me levante que aumentó el doble cuando lo vi, lo tuve que hacer un bollito y tirarlo en un tacho al pensar en que con todas las chicas era así.

Apreté mis labios intentando no llorar y respire una dos o tres veces, sintiendo mi labio temblar, no tenía que ponerme así porque literalmente no eramos nada, ni siquiera amigos o bueno, amigos capaz que si, pero por lo que sé los amigos no se tratan así ni mucho menos se dan besos tan cerca de la boca, o capaz que Valentín siempre era así de amoroso con sus amigas o amigos.

Seguro yo estaba flashando que le gustaba, pero ¿En serio? ¿Yo? Yo no tengo nada de bueno, nada que le llame la atención a Valentín, porque no sirvo para nada y belleza no tengo. Sentí mis mejillas mojadas y cuando me di cuenta, me seque rápido las lágrimas.

No podes llorar por eso Guadalupe, no ahora, ahora y hoy no.

Escuché los pasos de Valentín en las escaleras y me apure para lucir como si nada pasó, limpie cualquier resto de lágrimas, suspire profundo y me tragué el nudo de la garganta guardándolo para después a la noche cuando pueda llorar bien.

Sonrió parándose en frente mio y cuando vio mi cara, se le fue la sonrisa, intenté sonreír pero solo me salió una mueca.

— ¿Esta todo bien?—Preguntó arrodillandose en el piso y tomando mi cara, asentí con una sonrisa falsa y me paré dejándolo solo en el piso.

— Si, todo bien.

Aunque no era verdad.















🌸🌸🌸
y si Valentín solo quiere ser su amigo? asaaa esa no la pensaron

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