Trece.

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Trece:

— La de Thor creo, me gusta más.—Hablé mientras jodía con la almohada negra y suave de Valentín, me miró algo indignado y negó con la cabeza para acomodarse cómo yo, estábamos en su pieza, con la espalda en el colchón y las piernas en la pared.

Discutiendo cuáles de las películas de Marvel eran mejor.

— Nah, Iron Man de una Guadi, a vos porque te gusta Thor.—Dijo negando con la cabeza mientras sonreía un poco, me reí y mordí mi labio.

Bueno eso era verdad, Chris Hemsworth estaba re bueno, alto bombón.

— Y a vos te gusta Iron Man.—Le tiré el almohadón en el abdomen mientras giraba mi cabeza para mirarlo con una sonrisa, asintió divertido y se río.

— Alto papucho, ahre.—Habló soltando una risa, me reí y empecé a acomodarme mejor en la cama, hasta quedar bien sentada, pero con la espalda en la pared, el seguía en la misma posición mientras me miraba con una sonrisa.

— Es tarde, creo que me tengo que ir.—Hablé después de un rato, mirando mi celular, negó rápidamente con la cabeza y tiró un manoton para agarrar mi mano y agarrarla, haciéndome sonreír.

Hace tres meses había empezado a hablar con Valen y todavía no me acostumbraba a sus toqueteos o mimos, menos a esa sonrisa que me descontrolaba todo.

— Quédate, ¿Dale?—Pidió acomodándose también en la cama y sentándose al revés, con la espalda mirando para el otro lado de la habitación, quedando en frente mio.—Y hacemos noche de chicas.—Dijo divertido, largue una carcajada y mordí mi labio.

— Tenés un complejo con eso Valentín, salí del closet.—Hablé divertida, sin soltar su mano me acerqué lentamente a él, lo pensé mucho y después de unos segundos lo abracé, apoyando mi cabeza en su pecho y cerrando fuerte mis ojos para que no diga nada malo.

Me estaba acostumbrado muy seguido a ser así con Valentín, tal vez porqué él era así conmigo y me encantaba sentirlo abrazado a mi. Sonreí cuando sus brazos pasaron por mi espalda y me apego mucho más a él, apoyando su mentón en mi cabeza.

— ¿Estás cariñosa hoy?—Preguntó en un tono tierno, poniéndome las mejillas rojas, mordí mi labio y me escondí más en su pecho, no quería que me joda hasta ponerme más roja.

— ¿Por qué?—Hablé despacio, negando levemente con la cabeza y riendome cuando tiró su cuerpo para atrás así nos acostábamos abrazados, aunque estemos de una forma muy extraña en la cama.

— Todo el día estuviste cariñosa conmigo y me encanta.

— Mentira.—Me negué rápido, apoyé mi nariz en su remera y olí su perfume, cerrando los ojos.—¿Me puedo quedar?—Pregunté para saber si seguía queriendo que me quede, me daba un poco de coso quedarme a dormir con él a la noche.

A veces me quedaba, pero en las tardes, dormíamos la siesta y después volvía a mi casa, y nunca fue así como siesta de novios, no siquiera me tocaba o me ponía una mano encima y eso me hacía sentir un poco mal.

Pero no lo culpaba, mi cuerpo daba asco.

Yo doy asco.

— No sé, espera que lo piense.—Habló en un tono gracioso, haciéndome reír, me separé de su pecho y me senté en la cama mirándolo con una sonrisa, amaba mirarlo.—Mmm.. bueno pero solo porque insistís, no porqué yo quiera eh.—Dijo girando los ojos.

Belleza ; WosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora