Seis.

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Seis:

Lo más complicado de haber aceptado ir a la joda fue levantarme al otro día, porque terminé quedándome dormida y no me levante cuando la alarma sonó, igual no me importó mucho, hoy no iba a ir a la escuela, no creo que nadie vaya después de como quedaron todos.

Me volví a acostar sin preocuparme de que mi papá venga a molestarme con que tenía que ir, estaba en un viaje de negocios y mi mamá a esta hora trabajaba.

Me dormí otra vez cuando supe que nadie iba a molestarme y otra vez me quedé dormida, pensando en todo lo que había pasado ayer a la noche y en los momentos que compartí con Valentín. Me trataba tan bien, y era raro para mi, era insegura siempre lo fui, peto ahora estoy mas insegura al recordar en como me trato Valentín ayer y pensar en que todo eso tal vez era un juego para burlarse de mis sentimientos o solo para lastimarme.

Por eso no quería ilusionarme mucho con todo esto, aunque para algunos capaz que esas pequeñas acciones que tuvo conmigo no significan nada, para mi sí, porque literalmente nadie me había hecho eso antes, no se había acercacado a mi cuando estaba mal ni me había dicho que mis ojos eran hermosos.

Dios, cada vez que recordaba esa sonrisita mi corazón latía tan rápido, y me volvía loca de solo pensar en esos ojos tan intensos.

Cuándo volvió a sonar el despertador avisando que me tenía que levantar para ir a la explicación de la profesora de biología, pegué un salto de la cama y lo más rápido que pude me vestí con algo sencillo y simple. Corrí a buscar mi mochila y después corrí de nuevo, pero esta vez para ir a la escuela donde había quedado con la profesora para que me explique el tema nuevo.

— B-buen día.—Hablé recuperando el aire cuando entre al aula, y creo que mi respiración se aceleró todavía mas cuando vi a Valentín sentado en una de las mesas, mirándome con una sonrisita divertida.

— Reyes, buen día, sentate con Oliva.—Abrí grande los ojos al escuchar esas palabras, me acerqué a ella y toque su espalda para que me de atención.

No era que no quería sentarme con él, pero sentía que si lo hacía me iba a morir de un infarto al corazón, y era mejor evitar estar así.

— ¿Algún problema?—Preguntó subiendo una ceja y llamando la atención de la única persona que estaba en el aula.

Sentí su mirada tan penetrante en mi espalda provocando un escalofrío, ahora me daba vergüenza decirle que no me quería sentar con él porque muy en el fondo si quería.

— Emm... no, gracias por la oportunidad.—Dije con la única excusa que encontré, tampoco quería parecer una pelotuda sin decir nada, mas de lo que soy.

Sonrió amable y acomodó sus lentes mirandome feliz, al menos le había alegrado la tarde.

— ¿Viste Oliva? Vos no me diste las gracias cuando llegaste.—Bromeó causando mi risa.

— Entonces voy a tener que pasar más tiempo con Lu para aprender mas de ella, ¿No profe?—Respondió de la otra punta del salón, mis mejillas automáticamente se pusieron rojas y quería desaparecer de ahí para dejar de ser el centro de atención.

— Tenés razón Oliva.

Con toda la vergüenza del mundo me di la vuelta y empecé a caminar hasta el banco que tenía que compartir con Valentín, sin mirarlo, en ese momento el piso se me hacía mas interesante y menos vergonzoso, tragué saliva y me saqué la mochila para sentarme a su lado.

Belleza ; WosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora