Y de repente llegaste tú...

Kat: Felicidad.

Tenía que responderle, ¿seríamos novios o no? Si, lo iba a intentar, definitivamente sentía algo por el y el también por mí, así que lo intentaría.

Lo miré con ternura, y le dí otro beso, no me cansaría nunca de besarle, y sobre sus labios le dije:

-Te quiero, NOVIO.

-Te quiero preciosa.

Nos separamos y apoyamos nuestras frentes juntas, él y yo juntos, enamorados, como una pareja. Jordan me dio un último beso, y cuando nos separamos se levantó y me tendió la mano, se la tomé y me levantó para poder comenzar a recoger las cosas, mientras recogíamos estábamos en silencio, cuando terminamos, él me tomó de la mano y yo me sonrojé ante este acto, no estaba acostumbrada a que un chico fuera tan cariñoso conmigo, mas bien ningún chico se había interesado por mí.

-Esto... supongo que querrás que esto no lo sepa nadie ¿no?

No me había parado a pensar en ello, es decir, sí quería a Jordan, pero, ¿quería que el resto de personas lo supiera? A ver, por una parte quería, de esa manera podría joder a las personas que siempre me dijeron que nunca encontraría a nadie, y por otra parte no quería que nadie se enterara por que de esa manera podría ser el centro de burlas y para eso paso, ya me habían burlado toda mí vida, no quería seguir así.

Desde pequeña todas los niñas se reían de mí por que no me gustaban las muñecas, siempre preferí la música, yo no necesitaba jugar con muñecas para divertirme, prefería estar toda la tarde escuchando música, siempre fui una niña solitaria, ningún niño o niña quería acercarse a mí, todos pensaban que era rara, pero eso era mentira, no era rara, era diferente, solo eso. Creo sinceramente, que la gente no está mentalizada a encontrar y aceptar a las personas que no son como el resto, piensan que la gente diferente debe ser marginada, debe de ser excluída de la humanidad actual...

La verdad estoy harta, no aguanto que todos me miren mal, que a cada paso que dé y cada cosa que haga, la gente se dé la vuelta y se ponga a cuchichear cosas sobre mí,  aunque no lo diga me entero, aunque no lo diga sufro y me pregunto ¿qué he hecho yo para que me pase esto? ¿La respuesta? Fácil, nada, no había hecho nada, nosotros somos como los animales, algunos son depredadores y otros somos las presas, no elegimos ser presas y tampoco tenemos la culpa solo es que los depredadores nos eligen a ciegas, si eres alto por que eres alto, si eres bajito por que eres bajito, si eres gordo por que lo eres y si eres delgado porque lo eres, da igual como seas a los ojos de los demás siempre harás algo mal. En mí caso he tenido suerte por ahora de los insultos y miradas no pasa, pero eso duele, duele saber que tienes que ir a clase y que todos te mirarán,  duele que todos estén criticándote, duele sentirte sola.

-Kat, ¿estás bien?-Jordan me miró preocupado y en ese momento me dí cuenta de que no le había respondido, me miró y se acercó, se dio cuenta de que no estaba bien, pensar en todas esas cosas no me hacía bien, el me miró y me abrazó.-Kat, ¿que te pasa? ¿te arrepientes de todo lo nuestro?-me preguntó con un tono dolido.

-Jordan, ni se te ocurra volver a pensar eso, es solo que...

-¿Que...?

Bajé la cabeza, no podía mirarle a los ojos, esos ojos azules me resultan irresistibles, me estudian completamente y siento que no puedo ocultarle nada si le miro a los ojos. Me tomó del mentón y me lo levantó haciendo que lo mirara, en ese momento, me di cuenta de que no estaba sola.

-Kat, confía en mí por favor, solo te pido eso, confía en mí...

-Jordan, prefiero que lo nuestro quede entre nosotros, no quiero que todo esto aumente...