Capítulo 15

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Me desperté con un terrible dolor de cabeza, no recordaba lo que había pasado anoche, solo recordaba que estaba molesto y decidí beber sin parar, abrí los ojos intentando ubicarme, pero esta no era mi habitación, intenté ponerme de pie, pero un terrible dolor en el costado me hizo pensarlo dos veces

Me sentía como si un enorme camión me hubiese aplastado. Me puse de pie con dificultad y me alcé la camisa para ver que tenía, un recuerdo vino a mi mente, alguien estaba golpeándome, en mi costado derecho tenía un enorme moretón y algunos raspones, me acerque a un espejo y ahí vi que mi cara también había sido golpeada

Estaba solo en la habitación, pero de seguro alguien debió ayudarme a llegar hasta acá. Mire alrededor buscando algo que me ayudara a saber en dónde estaba. Abrí el armario y vi ropa de mujer, fui hacia la mesita de noche y encontré un libro, en la habitación solo había una cama, eso quería decir que esta habitación debía ser de ella

Había pasado la noche en la habitación de Caro y no lo recordaba, espero no haber hecho alguna tontería, cerré los ojos y volví a recostarme en la cama, debía recordar lo que había pasado anoche, por suerte hoy no había grabaciones. Escuché que alguien tocaba la puerta así que alcé la vista para ver si era ella

– Hola – Dijo Caro asomándose un poco

Entro a la habitación, traía el botiquín de primeros auxilios con ella

– ¿Cómo estás? – Parecía algo preocupada – ¿Dormiste bien?

No sabía que responderle, dormí como una roca, debí haber estado muy pasado de copas como para haberme dormido tan tranquilo con ella a mi lado, apuesto a que anoche debía haber estado realmente mal como para que ella me dejara quedarme

– Lo siento – Realmente lo hacía – No recuerdo que paso anoche, pero lamento haberte causado tantas molestias

– Descuida – Sonrió – Solo prométeme que no volverás a hacerlo

– ¿El qué?

– Tomar de esa forma – Frunció el ceño – Dejar que te golpeen sin defenderte

Un rápido recuerdo llego a mi mente, me había metido en esa pelea solo para dejar de pensar en ella, deje que me golpearan para que su rostro no nublara mi mente, así que no me defendí simplemente me quede tirado sin hacer absolutamente nada

– ¿Lo prometes?

La mire a los ojos, estaba preocupada. Asentí en silencio, ella sonrió un poco más tranquila, tomo asiento a mi lado y comenzó a sacar las cosas del botiquín, yo la mire confundido, traía un trozo de tela y la mojo un poco

– ¿Estás listo? – Sonrió

– ¿Para qué? – Me aleje un poco

– Debemos limpiar las heridas

Mire de nuevo el trozo de tela, esto era algo incómodo, desde aquella noche en Brasil no habíamos vuelto a estar solos en una habitación así que esto me hacía poner nervioso, no podía dejarla que se acercara tanto

– Estoy bien, ya no duelen – Mentí

– No seas necio

Se acercó, tomo la parte baja de mi camiseta y comenzó a alzarla para revisarme, esto no era una buena idea

– ¿Qué haces? – Dije bajándome la camisa – Ya te dije que estoy bien

– Si alguien se llega a enterar de lo que sucedió nos meteremos en grandes problemas – Me miro con el ceño fruncido – Así que deja de oponerte y déjame ver

Punto y aparteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora