Capítulo 53

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Cante la última estrofa sin retirar mi mirada de la suya, esa energía que se generaba cada vez que estábamos juntos me quitaba el aliento, era como si todo dejara de existir y solo importara el presente, disfrutar de ese momento y hacerla sonreír. Siempre soñé con poder estar así con ella, moría de ganas por mostrarle cada canción que escribíamos, pero no podía hacerlo

La música es la forma de hablar de corazón a corazón, es como desnudar el alma y permitir que las personas vean en lo más profundo de ti. Me gusta la forma en que me mira cuando canto, es como si su mirada pudiese atravesar mi piel y tocar mi alma, sin barreras, ni máscaras, una conexión directa tan fuerte como el acero. Ahora por fin podía comprender que para olvidarla debía arrancarme el corazón

Estábamos en medio del set, todos a nuestro alrededor estaban ocupados acomodando todo para continuar grabando, sé que debería tener más cuidado y no mostrarme tan cercano a Caro, pero me era imposible mantenerme lejos cuando ella estaba cerca, era como una polilla atraída por la luz, la seguiría hasta el fin del mundo

– ¿Te gusto?

– Creo que es un poco cursi – Arrugo la nariz sonriendo

– No tienes ni idea de lo cursi que puedo llegar a ser – Sonreí alzando una ceja – Podría leerte cientos de poemas y escribirte miles de canciones, solo para verte sonreír

Acaricie su mejilla haciéndola estremecer, daría mi vida entera para hacerla feliz

– Te quiero Caro – Me miro sorprendida – Y jamás me cansare de demostrártelo

Sus mejillas se sonrojaron ante mi confesión y no pude contenerme más, debía besarla, aunque todo el mundo nos estuviera viendo y esto pudiese llegar a manos de la prensa, no podía seguir conteniéndome, así que acerque mis labios a los suyos lentamente. Caro pudo advertir mis intenciones y coloco la mano sobre sus labios evitando que nuestros labios se tocaran, yo solo sonreí y continúe, bese su mano imaginando que eran sus labios

– ¿Qué estás haciendo? – Pregunto nerviosa cuando me aleje

– Quiero besarte

– ¿Aquí?

– Si

– Hay demasiadas personas – Se removió incomoda en su lugar – No creo que sea una buena idea

– No me importa – Insistí – Solo será un beso

– Podrían tomarnos alguna foto y filtrarla – Miro alrededor – Eso no sería bueno para tu carrera

– ¿Por qué no? – Yo no le veía nada de malo – Te quiero y sé que me quieres, así que...

– Puede que a tus seguidoras no les guste la idea de ti besándome

– La mayoría de mis seguidoras te adoran – Mi nombre siempre estaría ligado al suyo – Amarían vernos juntos

– De igual forma debemos tener cuidado y no...

– Por favor – Insistí interrumpiéndola

Realmente moría de ganas por besarla, y sabía que este lugar era seguro, la mayoría de los aquí presentes sabían que la quería, y los que no lo sabían podían creer que estábamos ensayando alguna escena para el videoclip. Caro puso los ojos en blanco, miro alrededor para asegurarse de que nadie nos estuviera viendo y después se acercó a mi

Honestamente no creí que accediera, pero después de insistirle tanto no le quedó otro remedio. Nuestros labios se tocaron solo por una fracción de segundo y después se separaron de nuevo, lejos de saciar mis ganas de besarla solo logro aumentarlas, esto era realmente injusto. Caro volvió a su lugar como si nada hubiese pasado mientras yo la miraba consternado, eso ni siquiera había sido un beso

– ¿Qué fue eso?

– Creí que querías un beso

– No puedes llamarle beso a eso – Me queje – Fue demasiado rápido y...

– Fue un beso palpitante

Me miro sonriendo de lado, lo recordaba perfectamente. Fue uno de los besos que practicamos en su casa, y aunque era un buen beso, no era mi favorito

– Prefiero el beso sin reloj – Sonreí de lado – Es mucho mejor que ese débil intento de beso

– ¿A caso te estas quejando de mis besos? – Me miro alzando una ceja – Sino te gustan, entonces no volveré a besarte

Caro se puso de pie fingiendo estar molesta con la intensión de marcharse, yo solo sonreí y la tomé por la cintura alzándola por los aires, Ella rio mientras dábamos vueltas, amaba su risa, creo que es mi segundo sonido favorito, el primero es ella diciéndome pastelito. La baje lentamente sin soltarla, no quería que se cayera

– Lamento interrumpirlos tortolitos – Dijo Maxi interrumpiéndonos – Pero te buscan en vestuario – Dijo dirigiéndose a Caro

Ella se despidió de ambos y fue a vestuario, pronto empezaríamos a grabar de nuevo. Sonreí mirándola alejarse, había soñado tanto tiempo con volver a tenerla entre mis brazos que ahora parecía que seguía soñando, la amaba y cada día que pasaba solo lograba hacer crecer más y más ese sentimiento

– Parece que te he perdido de nuevo

Mire a Maxi confundido

– ¿A qué te refieres?

– A esa cara de idiota que tienes – Golpeo mi hombro amistosamente – Es la misma cara de idiota que tenías la primera vez

– No sé de qué hablas – sonreí de lado, por supuesto que lo sabia

– Claro que lo sabes

– Tal vez solo un poco

Ambos reímos de mi comentario, era imposible negarlo, sabía que estaba en problemas desde que vi a Caro cruzar la puerta de la casa donde nos hospedábamos en México

– Aquí es cuando deberías agradecerme – Sonrió ampliamente – No fue fácil hacer que Caro estuviera aquí

– Hasta donde tengo entendido, fue Male quien hizo que fuera a esa audición

– Y sin mí, ni siquiera hubiese existido esa audición

– ¿Qué quieres decir? – Pregunte confundido

– Tuve que hablar con el director del videoclip para generar la idea y así poder traer a Caro sin levantar sospechas

– ¿Tu tuviste la idea de este vídeo?

– Así es – Respondió orgulloso de sí mismo – Apuesto a que nuestros seguidores se volverán locos de emoción cuando se enteren que Caro participara en este vídeo

Sonreí imaginándolo, había pasado mucho tiempo desde que la serie termino y aun así había una gran cantidad de personas que mantenían vivo a Gastina, al parecer, aunque Disney no les dio el final que merecían, los seguidores de la pareja se habían encargado de hacerla inmortal

– ¿Lo tenías todo planeado?

– De alguna forma tenía que convencer a todo el mundo de apoyarme con mi loca idea de poner a Caro en el vídeo

Sonreí y negué en silencio, por algo Maxi era como mi hermano, me conocía como la palma de su mano, no eran necesarias las palabras para entendernos, con una sola mirada podíamos saber lo que le pasaba al otro. Abracé a Maxi con fuerza y le di un estruendoso beso en la mejilla, había sido una idea buenísima 

Maratón 3/5


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