Capítulo 24

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– No puedo hacerlo – Susurre sobre sus labios – Lo siento

Desvié el rostro, me moría por probar sus labios de nuevo, pero no así, tal vez mañana al despertar no recordaría nada de esto. Caro aflojo su agarre y me miro decepcionada, sonrió sin ganas y se alejo

– Soy una tonta

– Caro, yo...

– ¿Por qué me besarías si tienes novia?

Me miro con tristeza, como si el pensar que alguien estaba a mi lado le doliera tanto como a mi cada vez que la veía con Manuel. La mire en silencio, no había pensado en Agustina en todo este tiempo

– ¿En verdad la amas? – La quería, si – Te escuché decírselo por teléfono – Fruncí el ceño recordándolo – Tal vez fue ella quien logro sacarme de tu corazón

Recordaba aquel día perfectamente, Agustina había visto el vídeo de la pelea donde al final Caro y yo nos íbamos juntos, sus celos la habían hecho creer que teníamos algo, intente calmarla, pero cuando vi a Caro escuchándonos me olvide de todo, las palabras simplemente escaparon de mi boca. Lo que ella no sabía era que esas palabras no iban dirigidas a Agustina sino a ella

– Dijiste que me guardarías para siempre en tu corazón, pero parece que ya no hay espacio ahí para mi – Sonrió con tristeza – Tal vez lo mejor sería alejarme de ti – Sentí como mi pecho dolía ante la posibilidad de perderla – Irme lejos, a algún lugar donde no te vea a diario y tu voz no me haga llorar cada vez que alguien pone tus canciones – No tenía ni idea de que mi música la hiciera sentirse así – Estoy lista para dejar todo atrás y empezar de nuevo

Sonrió sin ganas, su mirada se mantenía en mi haciéndome sentir desnudo

– Tal vez así logre olvidarte de una vez y mi corazón pueda dejar de doler

Sus palabras se clavaron en mi corazón como un cuchillo, había sido un idiota por lastimarla, fue lo mejor que he tenido en la vida, creí que nuestro amor seria para siempre, pero terminé arruinándolo. No merecía que ella se sintiera así por mi

– Creí que me odiabas por todo lo que te hice

Desvié la mirada, tenía miedo de escuchar su respuesta, pero necesitaba saberlo. Tenía todo el derecho del mundo a odiarme y no podía culparla

– Me rompió el corazón verte besándola –Dijo con la voz quebrada – ¿Si aún la querías por qué me pediste que fuera tu novia? ¿Para qué me hiciste creer podías llegar a quererme? – Golpeo mi pecho exigiéndome una explicación

Me quede callado asimilando sus palabras e intentando encontrar las respuestas. No me acerque a ella como debí hacerlo, pero poco a poco fui enamorándome, me di cuenta de que mis sentimientos hacia Valu eran solo pasajeros. Cuando estábamos juntos el tiempo no importaba, podía tomar su mano y verla sonreír por el resto de mi vida, cada vez que la besaba era como la primera vez

Con Valu no fue así, cuando la bese mi corazón no se sintió así. La mire con un nudo en la garganta deseando hacer desaparecer su dolor

– Debería odiarte – La mire en silencio – Pero algo dentro de mí se niega a olvidarte

Las lágrimas invadieron sus ojos, lucia tan triste y todo era por mi culpa. Se paró sobre sus rodillas para mirarme desde arriba mientras sus manos acariciaron mis mejillas, yo solo disfrute de su caricia, aunque no lo merecía. Una lagrima escapo de sus ojos

– No sé si aún pueda amarte – Susurro – Pero mi corazón solo se siente completo cuando está a tu lado

Me pare sobre mis rodillas para poder estar a su altura, ella solo me miro en silencio retirando sus manos, esto era más de lo que alguna vez hubiese soñado, tenía la vaga esperanza de que aún le gustara, pero esto era mucho más, ella sentía lo mismo que yo, limpie las lágrimas de sus mejillas

Aunque la había lastimado tanto había sido capaz de perdonarme, ella rodeo mi cintura con sus brazos y me abrazo ocultando su rostro en mi pecho, yo solo me aferre a ella aspirando su aroma. No podía permitir que la distancia entre nosotros volviera a crecer

Nos alejamos un poco para poder mirarnos, apoye mi frente en su frente acariciando con la punta de mi nariz la suya, todas mis dudas anteriores ya no importaban necesitaba besarla y nada me lo impediría esta vez, si mañana ella no lo recordaba volvería a besarla una y mil veces más hasta que no pudiese recordar nada más que mis besos

Comencé a acercarme un poco más para terminar con esta tortura y poder besarla, pero ella comenzó a tener nauseas, intento cubrir su boca con la mano y me aparto de un empujón para salir corriendo hacia el baño, no podía creer que justo en este momento su cuerpo decidiera sacar todo el alcohol que había bebido

Salí corriendo tras ella para asegurarme de que estuviera bien. Sostuve su cabello mientras acariciaba su espalda tratando de hacerla sentir mejor, por la experiencia que tenía podía asegurar que mañana amanecería con una terrible resaca. Limpie su boca cuando se tranquilizó y la lleve a la cama, esta iba a ser una larga noche

Acomode su abrigo en el armario y me acerque de nuevo a ella para asegurarme de que estuviera durmiendo, lucia tan tranquila y en paz que no pude evitar sentirme atraído, con mucho cuidado me recosté en la orilla de la cama, ella estaba dándome la espalda profundamente dormida, la observe durante un momento hasta que no lo resistí mas y roce su mejilla delicadamente, era perfecta

– Siempre estarás en mi corazón – Bese su frente – No importa cuánto tiempo pase, siempre serás tu

Caro se giró buscando una mejor posición y termino abrazándome, yo solo correspondí a su abrazo permitiéndome disfrutar del momento. Sabía que tarde o temprano nuestros caminos volverían a cruzarse y esta vez no habría obstáculo alguno que nos impidiera estar juntos. Manuel y Agustina dejaron de importarme en ese momento, lo único en lo que podía pensar era en lo bien que se sentía tenerla a mi lado

Cuando amas a alguien ni el tiempo o la distancia pueden borrar ese sentimiento


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