Capítulo 88

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Caro

Había perdido la guerra, era el momento de aceptarlo. Alce la vista al cielo cuando las primeras gotas cayeron del cielo, cruce la calle y continúe con mi camino, ya no tendría a Agus a mi lado para tomar mi mano y bailar bajo la lluvia, nuestra historia había terminado y esta vez había sido mi culpa

Camine durante unos minutos buscando algún taxi, pero las calles estaban desiertas y no se veía ninguno, la lluvia los mantenía a todos en casa, resguardándose. Desee no haber venido, así no estaría llorando bajo la lluvia intentando volver a casa

Mi cabello se empapo y mi ropa estaba tan mojada que el viento frío me calaba hasta los huesos, mis zapatos estaban fríos y húmedos por los charcos que empezaban a acumularse en las calles, creí que eran ideales para caminar grandes distancias, pero aun ni siquiera llegaba a la parada de autobús y ya tenía ampollas en mis pies

Me obligue a seguir caminando, quería volver a casa lo más pronto posible y así poder escapar de todo esto. Quería dormir y hacer desaparecer el dolor que atormentaba mi corazón, quería deshacerme de ese tonto nudo en mi garganta que me hacía llorar, solo quería hacer que todo esto desapareciera

Agus debía estar odiándome, lo más probable era que no quisiera volver a verme en toda su vida, jamás quise lastimarlo así, él no lo merecía. Creí que esta vez sería diferente, creí que esta vez no habría un final, pero me había equivocado, me había equivocado una y otra vez haciendo que Agus se alejara

Llegue a la parada de autobus con los talones ardiendo, tenía frío y la lluvia no cesaba, al parecer hoy no era mi día. Trate de envolver mi cuerpo con mis brazos para conservar el calor, mientras esperaba el autobús tratando de protegerme de la lluvia, mi corazón se rehusaba a creer que este fuera el final

Tome asiento en la banca y revise mis talones, los zapatos me habían lastimado y ahora estaba sangrando, haber venido hasta acá caminando había sido una mala idea. Alce la vista al cielo y desee que todo esto fuera un sueño, deje que las lágrimas invadieran mis ojos y me permití llorar, no había nadie cerca que pudiera verme, estaba completamente sola

Apoyé mi cabeza en el respaldo de la banca y cerré los ojos, sintiendo como mis lágrimas y las gotas de lluvia se mezclaban y cubrían mi rostro. Quería volver a casa

Agus

Verla así hizo que mi corazón doliera el triple de lo que ya dolía, odiaba verla llorar. Me quede congelado sin saber qué hacer, necesitaba decirle todo lo que llevaba guardando desde hace tiempo, necesitaba desahogarme y encararla, pero no quería que las cosas terminaran así, estaba molesto y dolido, pero yo no... no quería que nuestra relación terminara

– Lamento haberlo arruinado – Trato de sonreír – Es solo que... Siempre te gustaron las chicas lindas, primero Valu y después Agustina – Alzo los hombros, se veía tan indefensa – Tenía miedo de no ser suficiente para ti

Esa frase fue como un golpe para mí. Jamás creí que un pensamiento como ese pudiese estar en su mente, Valu es hermosa, Agustina es modelo, aunque ambas me gustaron, no se podía comparar en nada ese sentimiento con el amor que sentía por ella. Puede que haya miles de chicas en el mundo, que sean modelos o bailarinas, tal vez haya chicas que tengan un mejor cuerpo o un lindo cabello, pero ninguna de ellas podía hacerme sentir lo que sentía cada vez que tomaba su mano

Ninguna de ellas significaba algo para mí, ninguna otra podría darme lo que Caro me daba. Mi corazón solo se sentía completo a su lado y así sería siempre. Ella es la chica que siempre soñé, esa chica con la que puedo reír o llorar, a la que puedo contarle mis sueños y mis miedos, simplemente era ella. No necesito nada que no tenga ya, nada excepto a ella

– ¿Por qué compraron todas estas cosas? – Dijo mamá entrando a la cocina – ¿Planean hacer un asado o qué? por eso les cobraron tan caro

La mire un poco molesto, ¿justo tenía que aparecer ahora? Por fin estábamos hablando con honestidad y ella llegaba a arruinarlo todo

– La ensalada esta lista – Dijo Caro – Ahora si me disculpan, necesito ir al baño

La mire con el ceño fruncido, ella se quitó el mandil y salió de la concina prácticamente corriendo. Estaba a punto de salir tras ella cuando mamá me detuvo

– ¿Solucionaron las cosas? – Me pregunto

La mire confundido. Cuando llegué acá no le conté nada respecto a nuestra pelea, ¿acaso ella si lo había hecho?

– Interrumpí algo ¿no?

– ¿Cómo sabes que peleamos?

– Ella me lo contó – Respondió restándole importancia – Parece que esta arrepentida y vino hasta acá para solucionarlo

Tome asiento en una de las sillas que había en la cocina sintiéndome un idiota. Había empeorado las cosas, le dije todo eso sin darle tiempo de responder, ¿porque no podía quedarme con la boca cerrada, aunque sea una vez?

– Hey – Dijo Santy entrando a la cocina – ¿Alguien sabe qué hace Caro aquí?

– Vino a buscar a Agus – Respondió mamá

– Por su cara supongo que no salió muy bien – Había salido pésimo – Creo que estaba llorando

Mamá me miro molesta mientras yo me golpeaba mentalmente

– ¿En dónde está? – Pregunto mamá

– No lo sé – Santy alzo los hombros – Salió de casa hace rato

– ¿Se fue? – Pregunte preocupado

– Si, salió antes de que empezara a llover

Mire por la ventana, las gotas de lluvia eran gruesas y la parada de autobuses más cercana quedaba lejos como para ir caminando, no podía dejar que se marchara, no así. Me puse de pie y salí de ahí sin despedirme, en lo único en que podía pensar ahora era en ella caminando bajo la lluvia

Tome una sombrilla y fui directo al auto, necesitaba darme prisa y encontrarla antes de que se subiera a ese autobús y regresara a casa. Las calles estaban vacías, todo el mundo se refugiaba de la lluvia en sus casas, mire la hora, faltaban cinco minutos para que el próximo autobús llegara así que acelere, con un poco de suerte el autobús podría retrasarse

Mire por las calles con la esperanza de encontrarla, pero no fue así. Me detuve en un semáforo y golpeé mi frente con el volante, debí haberla seguido cuando salió de la cocina, debí haberla detenido, debí haberla escuchado. Acelere en cuando el semáforo cambio de color y maneje hacia la parada de autobuses

Sentí como mi mundo se venía abajo cuando llegué y no la vi. Miré desesperado la hora de nuevo, había tardado más de lo que esperaba, el autobús debió haber salido hace diez minutos, si no me hubiese detenido en aquel semáforo tal vez podría haber llegado cuando el autobús estaba aquí, pude haberla detenido antes de subir

Busque mi celular y marque su número, me rehusaba a dejar las cosas así. No podía perderla, no de nuevo


NOTA: MARATÓN FINAL!!! A petición de ustedes, haré éste maratón con los últimos capítulos de la novela, espero que les guste 


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