Extra 02

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Me puse de cuclillas intentando contener mis ganas de vomitar. Hacia un par de días que me sentía así, tal vez había comido algo en mal estado y ahora tenía alguna intoxicación o algo así, me sentía fatal, pero dentro de un par de días teníamos que dar un show y debíamos ensayar

– ¿Estas bien? – Pregunto Maxi agachándose a mi lado

– Si – Dije poniéndome de pie – Ya se me paso

Camine de nuevo hacia el centro del escenario con Maxi pisándome los talones

– Estas algo pálido – Insistió – Hace un par de días que vienes estando así

– Tal vez comí algo que me cayó mal – Dije restándole importancia – Continuemos con el ensayo

Me aferre al soporte del micrófono cuando mi vista se nublo y todo a mi alrededor comenzó a moverse. Maxi corrió a ayudarme ofreciéndome su hombro para apoyarme

– ¿Qué pasa? – Pregunto Esteban llegando hasta nosotros

– Deberíamos suspender el ensayo – Dijo Maxi ayudándome a sentarme

– Estoy bien – Insistí – Solo necesito unos segundos

– Yo creo que deberías ir a ver a un doctor – Insistió Maxi

– No te ves nada bien – Coincidió Esteban – Deberías descansar por hoy

Pase la mano por mi cabello y me recargue en el respaldo de la silla. Anoche no había podido dormir muy bien, me sentía fatigado y había vomitado todo el desayuno por la mañana, aunque amaba la comida justo en este momento no quería saber nada al respecto

Esteban y Maxi no me dejaron seguir con el ensayo y me llevaron a casa, dijeron que en mi ausencia se encargarían de la iluminación y el sonido y que mañana podríamos retomar el ensayo donde lo dejamos hoy. No estaba muy convencido, pero no me quedo de otra más que aceptar

Entre al departamento y puse las llaves sobre la mesa, por más que intentara ocultarlo sabía que debía ver a un doctor, pero yo odiaba los hospitales. Tome asiento en un sofá de la sala y unos segundos después escuche ruido en la cocina, me puse de pie al instante, había alguien acá

– Por fin llegas – Dijo Caro saliendo de la cocina – Toma, bebe esto

Caro se acercó y me dio una botella de suero mientras me inspeccionaba con la mirada

– Estas pálido y tienes ojeras – Acaricio la piel debajo de mis ojos – ¿Desde hace cuánto te sientes mal?

La mire con el ceño fruncido, no entendía nada de esto, a esa hora ella debería estar grabando. Después de todo lo que le había costado obtener el protagónico no era bueno que ella se tomara un día libre

– ¿Por qué no esas grabando?

– Maxi me llamo – Fruncí el ceño, así que había ido de chismoso... – Dijo que llevas varios días así y no has querido ver a un doctor

– No es nada grave

Desvié la mirada, Maxi no debió llamarla. Me puse de pie para ir a la cocina, pero todo a mi alrededor se puso oscuro y el mundo giro a mi alrededor haciéndome tomar asiento de nuevo. Caro me tomo del brazo intentando ayudarme a sentarme de nuevo

– Agustín – Me miro preocupada – Déjame llevarte al hospital

Asentí en silencio, tal vez era el momento de rendirme

Salimos del departamento y subimos a su auto, Caro me obligo a tomarme la botella entera de suero en el camino, aunque sabía malísimo. Llegamos en menos de quince minutos ya que no había tráfico, y entramos. Era una clínica privada cerca del departamento, había poca gente así que no nos tocó esperar mucho antes de que llegara nuestro turno

Punto y aparteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora