Capítulo 87

815 45 25
                                    

– Hola

Intente ocultar mi nerviosismo son una sonrisa. No esperaba que llegara justo ahora, cuando llegue Claudia me dijo que había enviado a sus hijos a comprar las provisiones, así que me invito a pasar, había venido hasta acá para hablar con él así que pensé que podría ayudar a Claudia con la comida mientras esperaba a que volviera

– Iré a ver si Santy necesita ayuda – Dijo Claudia

Se dirigió hacia la salida y antes de marcharse me guiño el ojo, ella sabía por qué estaba acá, jamás había hecho algo así por un chico y necesitaba algo de ayuda así que se lo había contado todo. Claudia creí que Agus solo estaba dolido, que se sintió mal porque yo no quería que lo nuestro se supiera aun

– ¿Qué haces aquí? – Pregunto Agus sacándome de mis pensamientos

– Ayudo a tu mamá con la comida

Continúe preparando la ensalada que había abandonado hace unos segundos, si tenía algo que hacer podría controlar mis nervios y pensar con claridad. Comencé a cortar unos tomates para la ensalada cuando Agus me tomo de la muñeca y me quito el cuchillo haciéndome girar para poder verlo de frente

– ¿Qué haces aquí? – Repitió la pregunta

Podía dar un paso más y besarlo, moría de ganas por hacerlo, sin embargo, responder a su pregunta con un beso y perder la oportunidad de comenzar una charla no era la mejor idea, necesitaba admitir mi error y pedirle disculpas. Su mirada esperaba una respuesta

– Lo siento – En verdad lo hacia

Lamentaba no ser tan valiente como él, no tener el coraje de tomar su mano sin importarme que pudieran vernos, lamentaba haberlo hecho esperar tanto tiempo

– ¿Qué es lo que sientes? – Pregunto molesto – ¿Sientes no amarme lo suficiente como para hacerlo público?

Lo mire con el ceño fruncido, por supuesto que no. Desvié la mirada, no era por falta de amor por lo que no quería hacerlo público, en realidad ni siquiera era él el culpable, sino mis tontos miedos e inseguridades

– ¿O caso estas arrepentida de darme una segunda oportunidad? – ¿De dónde había sacado eso? – ¿Es esto alguna especie de venganza por lo que paso con Valu? – Me tomo de los hombros obligándome a mirarlo – Sé que me equivoqué, que jamás debí besarla y me arrepiento cada maldito día – Sentí un nudo en la garganta recordando aquella noche – Sé que te rompí el corazón, pero eso no te da derecho de tratarme como una basura – Yo no lo trataba así ¿o sí?

Agus sonrió con sarcasmo cuando lo mire confundida

– He intentado hacerte feliz todos los días, pero parece que nunca es suficiente. No se puede sostener el amor de un solo lado

– Agus yo...

– ¿Crees que es fácil fingir que no me molesta tener que ocultarme? – Pregunto sacudiéndome – ¿Crees que me gusta callarme cuando quiero gritarle a todo el mundo que somos novios? – Sus ojos se cristalizaron igual que los míos – Creo que ninguno de los dos merecemos un amor así – Dijo cortándome el aliento – Ya no tengo fuerzas para más batallas, te lo he dado todo

El nudo en mi garganta triplico su tamaño y las lágrimas en mis ojos comenzaron a resbalar por mis mejillas. Lo había arruinado, todo lo lindo que Agus me había dado lo había arruinado. Esta vez no había nadie a quien echarle la culpa, había sido yo y mis tontos miedos los que habían acabado con ese amor

Lo miré a los ojos con miedo y pude ver lo mucho que lo había lastimado

No sé en qué momento sucedió, no sé cómo fue que no pude verlo antes, pero parecía que ya era demasiado tarde para solucionarlo. Él soltó mis hombros y me miro, yo esquive esa mirada sintiéndome una basura, mis miedos no me habían permitido amarlo como el merecía, aunque sus palabras me dolían, tenía razón en todo

No supe amarlo como él merecía

– Lamento haberlo arruinado – Dije intentando tragarme el nudo en mi garganta – Es solo que... Siempre te gustaron las chicas lindas, primero Valu y después Agustina – Alce los hombros, yo no estaba ni cerca de ser como ellas – Tenía miedo de no ser suficiente para ti

Intente sonreír en medio del llanto. Él podía encontrar algo mejor, no sería tan difícil después de todo, con ayuda de la música podía conocer a muchas chicas lindas, chicas seguras de sí mismas que podrían amarlo sin tener que esconderse. Él tenía razón, no merecía un amor así, tan cobarde

– ¿Por qué compraron todas estas cosas? – Dijo Claudia entrando a la cocina – ¿Planean hacer un asado o qué? por eso les cobraron tan caro

Me di media vuelta limpiándome las lágrimas, no quería que Claudia se preocupara. Haber venido hasta acá no había sido una buena idea desde el principio. Respire hondo para tranquilizarme, necesitaba salir de aquí

– La ensalada esta lista – Dije interrumpiéndola – Ahora si me disculpan, necesito ir al baño

Me quité el mandil y salí de ahí sin darle tiempo de responder. Mi tiempo en esa casa había terminado, lo mejor era marcharme cuanto antes, busque mi mochila. Las lágrimas empezaron a salir de nuevo, mi corazón dolía y el nudo que había en mi garganta no dejaba de crecer, no sabía que iba a hacer con todo este dolor, no podía vivir sin él

Me colgué la mochila de los hombros y caminé hacia la salida

– Hey – Dijo Santy entrando a la casa – Caro, que sorpresa

Gire el rostro y seque mis lagrimas

– ¿Estas bien? – Pregunto preocupado intentando acercarse

Yo retrocedí mordiendo mi labio inferior para no llorar

– Yo... ya me iba – Respondí sin mirarlo – Fue un gusto volver a verte

Me despedí de él y salí de la casa, al menos a fuera ya no tenía que seguir aguantando las ganas de llorar. Comencé a caminar por las calles que horas antes me habían traído hasta el hogar de los Bernasconi, solo que esta vez el sol se había ocultado por unas espesas nubes negras, parecía que en cualquier momento rompería a llover

Merecía esto, merecía cada una de sus palabras y cada una de mis lágrimas, merecía este dolor por no haberme dado cuenta de que mis tontos miedos poco a poco me estaban alejando de él. Él merecía un amor que yo no había sabido ofrecerle, y aunque odiaba la idea de perderlo, sabía que lo mejor para él sería alejarme

Merecía ser solo un recuerdo en su vida

Merecía ser solo un recuerdo en su vida

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Punto y aparteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora