Capítulo 60

896 41 6
                                    

Caro

Terminé de hacer la ensalada y mientras Claudia terminaba con la comida fui a llevar algunas cosas al comedor. Todo se veía deliciosos y tenía mucha hambre, mi estómago agradecía profundamente la aparición de Claudia en esa tienda, de lo contrario me habría perdido de todo esto

Cuando entre al comedor Agus ya había terminado de arreglar todo y estaba sentado en una silla con la guitarra en sus manos, el lazo que lo unía con la música era realmente fuerte, sino fuera porque tiene que comer y dormir, podría pasarse el día entero tocando. Sonreí y dejé la jarra de agua sobre la mesa para volver a la cocina

– ¿Puedo preguntarte algo? – Me pregunto Claudia

– Sí, claro

– ¿Qué onda con Agus?

Sentí como mis mejillas se sonrojaban, no creí que me fuera a preguntar algo así ¿estaría siendo muy obvia? Sin duda esto era muy vergonzoso, desvié la mirada intentando parecer indiferente

– Somos amigos

– ¿Solo amigos? – Me miro con curiosidad – ¿Estas segura?

– Si – Mentí – ¿Por?

– Porque le dio más gusto verte a ti que a su propia madre

Sonreí nerviosa

– Hacían una bonita pareja – Mi cara debía estar roja como un tomate – Y por más que digas que solo son amigos, conozco a mi hijo

Sonrió con alegría ante mi mirada confundida ¿Qué tanto sabia?

– Una madre jamás se equivoca – Pellizco mi mejilla

Me dedico una mirada tierna y me envió de vuelta al comedor con la ensalada. Eso había sido confuso ¿Qué tanto sabia? ¿Agus le habría contado algo? No, no creo que se lo haya contado, solo nos estábamos volviendo a conocer, no tendría por qué hacerlo ¿no? Deje la ensalada en la mesa, ¿Cómo volvería a la cocina después de esa conversación?

Estaba a punto de volver cuando sentí como los brazos de Agus se deslizaban por mi cintura aferrándose a mí en un abrazo, mi cuerpo entero se estremeció haciéndome contener el aliento, él sólo me dio un pequeño beso en la mejilla, odiaba cuando hacia eso, mi cuerpo actuaba como si tuviera mente propia respondiendo a su tacto

Me zafe de su abrazo rápidamente mirando hacia la puerta de la cocina, si Claudia nos veía se complicarían las cosas

– ¿Qué haces? – Susurre para que Claudia no nos escuchara – Tu mama está en la cocina

– ¿Qué importa si mamá nos ve? – Sonrió de lado – Tarde o temprano lo sabrá

Volvió a abrazarme, pero esta vez me robo un beso, yo solo lo mire sorprendida. Golpee su hombro para que me soltara, pero él solo sonrió, si Claudia salía en este momento y nos veía así sería imposible seguir negándolo

– Puede que a ti no te importe – Insistí – Pero si tu mama sale y...

Antes de poder terminar la oración, Agus me soltó, se puso a buscar algo por todo el comedor y cuando lo encontró volvió hacia mí, sin darme ninguna explicación tomo mi brazo y comenzó a escribir algunas frases en él, se veía realmente concentrado en su trabajo, así que me quede quieta observándolo. No tenía ni idea de que estaba haciendo, pero parecía importante

Cuando termino de escribir busco su guitarra, me tomo de la mano y me hizo sentarme a su lado en el comedor. Cuando lo veía tocar era algo espectacular, era simplemente maravilloso verlo disfrutar de la música, sin embargo, jamás lo había visto componer una canción. Leí las frases que había escrito, parecía una balada, Agus comenzó a tocar algunos acordes mientras cantaba, sonaba como una balada

Lo mire trabajar con una sonrisa en mi rostro, había hecho lo correcto, aunque me había dolido, dejarlo ir fue lo mejor para ambos y tal vez no lo hubiese podido hacer si no me hubiese roto el corazón con aquel beso. Agus alzo la vista con una sonrisa en sus labios haciendo que me olvidara de respirar

Agus

Alce la vista y mire a Caro, estuve perdido durante mucho tiempo hasta que la encontré, estar a su lado era como estar en casa, todo alrededor desaparecía, era como si lo único que importara fuera el aquí y ahora

– ¿Te gusto?

Ella solo sonrió levemente y sin previo aviso me beso, pese a que segundos antes me había regañado por besarla, ahora era ella quien estaba besándome. Saboree sus labios mientras ella deslizaba sus manos por mi cabello, amaba cuando hacia eso, sonreí en medio del beso y coloque mi mano en su nuca para profundizar el beso, nunca tendría suficiente de esto

Caro termino el beso separándose lentamente, ambos respirábamos agitadamente, podía escuchar los latidos desenfrenados de mi corazón, sonreí apoyando mi frente en la suya, jamás podría cansarme de sus besos

– Agus ¿podrías...

Ambos nos separamos al instante cuando mamá entro al comedor. Ella solo nos miró con curiosidad

– ¿Interrumpo algo?

– No – Respondió Caro – No, para nada

Mama me miro con curiosidad, yo solo sonreí alzándome de hombros, por supuesto que había interrumpido algo, pero no se lo diría frente a Caro, me mataría

– En realidad yo... – La mire con una sonrisa, debía tener las manos heladas – Estaba por ir a... – Su mirada chocó con la mía – A... otro lado

Salió huyendo del comedor mientras mi sonrisa se hacía más amplia, lucia adorable cuando se ponía nerviosa, tal vez debería ir a la cocina y ayudarla a calmarse un poco, necesitaba relajarse un poco y quizá con un beso o dos podría...

– Tienes que contarme ahora mismo qué está sucediendo entre ustedes

– Nada – Mentí descaradamente, igual no iba a creerme – No sé de qué hablas

– Agustín... – Me miro con reproche

Sabía que Caro no quería decir nada aún y mucho menos a nuestras familias, pero me era imposible seguir negándolo, si podía respirarse el amor en el aire. Sonreí como idiota, debía contárselo

– La amo

Mamá me miro sorprendida y feliz, ella amaba a Caro y me amaba a mí

– ¿Y? – Susurro para que Caro no nos escuchara – ¿Ya son novios?

– No – Pase una mano por mi cabello

– ¿Por qué no?

– Después de todo lo que paso – Desvié la mirada un poco incómodo – Nos estamos conociendo de nuevo

Mamá sabia toda la historia, aunque no me sentía orgulloso de lo que había hecho, se lo conté todo, no tenía secretos con ella

– Creo que le cuesta confiar en mi – Admití mirando al suelo – Y no la culpo, yo...

– Si realmente la sigues amando – Mamá me interrumpió – No te rindas tan fácilmente – La mire confundido – Demuéstrale que puede confiar plenamente en ti, haz que se sienta segura a tu lado

– ¿Como?

– Haz las cosas bien

Se acercó y me dio un abrazo. Aunque ella sentía lo mismo por mí, sabía que aún tenía dudas, no lo decía en voz alta, pero aun así podía notarlo, quizá mamá tenía razón, si quería que la historia fuera diferente debía hacer las cosas de una forma diferente


¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Punto y aparteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora