Capítulo 86

721 45 13
                                    

Caro

Bajé del autobús y lo único que vi fue una vieja parada de autobuses bastante descuidada, las láminas que deberían proteger a las personas del sol tenían un enorme agujero. Tome mi mochila y saque mi teléfono para ver la hora, hacía mucho tiempo que no venía por acá, por suerte aun recordaba el camino

Aún era temprano, con un poco de suerte llegaría antes de mediodía, solo esperaba que Agus no me cerrara la puerta en la cara cuando me viera. Sujeté con fuerza las agarraderas de mi mochila y comencé a caminar, había traído mis zapatos más cómodos y solo traía mi mochila que no era muy pesada

Agus seguía sin atender mis llamadas ni responder mis mensajes, Maxi me había contado que Agus planeaba tomarse un descanso de todo y alejarse un poco, quería pasar tiempo con su familia y aclarar sus ideas. Así que aquí estaba, había seguido el consejo de papá y en vez de salir huyendo había venido hasta acá para afrontar mis problemas

Me había equivocado, así que debía solucionarlo. Estos días sin él me habían ayudado a comprender que, si bien tenis miedo de no ser lo suficientemente buena para él, tenía mucho más miedo de perderlo de nuevo. Sabía lo que era pensar en él y no poder verlo, querer abrazarlo y no poder tocarlo, querer besarlo y no poder hacerlo

No iba a permitir que sucediera de nuevo

Caminé un poco más hasta que vi un taxi. Sin dudarlo me subí en él y le di la dirección de la casa de los padres de Agus, el día era bastante caluroso, aunque las nubes de lluvia comenzaban a asomarse por el horizonte. Aun no tenía ni idea de que iba a decirle cuando lo viera, lo único que tenía claro es que haría hasta lo imposible para que me perdonara, había sido muy egoísta con él

Había dejado que un tonto error nos alejara, tenía la esperanza de poder solucionarlo y volver a estar juntos. Si tenía que hacer publica nuestra relación para que él volviera, lo haría, aunque el mundo entero colapsara después, lo único que quería era que las cosas entre nosotros volvieran a ser como antes

Llegamos a casa de Agus antes de darme cuenta, pague por el viaje y baje del auto. La casa seguía igual que antes, era como si el tiempo no hubiese pasado, sonreí nerviosa ¿y si me echaba? Debía seguir molesto y por eso no atendía mis llamadas. Inconscientemente mis pies retrocedieron, ¿y si ya no quería seguir conmigo? Tal vez se había dado cuenta que no valía la pena, quizá por eso no atendía mis llamadas

Respire hondo y trate de tranquilizarme, lo estaba pensando demasiado, tal vez no era nada de eso. Mire la puerta con decisión y me acerque, ya había llegado hasta acá, no podía rendirme sin siquiera intentarlo, respire hondo y toque el timbre, ahora ya no había vuelta atrás

Mis manos estaban congeladas y mis nervios no me dejaban pensar con claridad, no tenía preparado un discurso, pero confiaba en que las palabras salieran solas cuando lo tuviera en frente. Mi corazón se detuvo cuando la puerta se abrió, había llegado el momento de la verdad

Agus

Fruncí el ceño y volví a mirar, esto tenía que ser un abroma

El precio de la leche había subido demasiado, en Buenos Aires era mucho más barato, puse los ojos en blanco y la eche en la cesta de la compra, mamá nos había pedido a Santy y a mí que hiciéramos las compras mientras ella se quedaba haciendo la comida, papá llegaría temprano del trabajo así que quería que todo estuviera listo cuando él volviera

– ¿Qué tal si hacemos un asado para la cena?

– Eso suena buenísimo – Admití – Pocho me dio unas sales que están buenísimas

Santy sonrió conmigo y comenzamos a buscar las cosas para el asado. A penas llevaba un día acá y ya me sentía más tranquilo, aun no tenía ni idea de que iba a hacer con Caro, mi corazón dolía desesperado cada vez que pensaba en ella, la extrañaba, por suerte aun me quedaba tiempo para descubrir que iba a hacer cuando volviera a la capital

Una vez que nos aseguramos de que no faltara nada de la lista ni del asado, fuimos directo a la caja para pagar. Llevábamos bastantes cosas así que Santy cargo la mitad y yo la otra mitad para subirlas al auto, apenas era mediodía y ya moría de hambre. Mire por la ventana mientras mi hermano conducía, había extrañado estar acá, todo era mucho más tranquilo y el aire era limpio

Mire hacia el cielo un poco preocupado, las nubes comenzaban a acumularse, si seguía así iba a llover y entonces no podríamos hacer el asado, mi estómago gruño en señal de protesta esperaba que eso no sucediera. Santy estaciono el auto cuando llegamos a casa, estaba desabrochando mi cinturón de seguridad cuando hablo de nuevo

– Le pediré matrimonio a Vicky

Lo mire sorprendido ¿había escuchado bien?

– ¿Cómo?

Santy me miro con una sonrisa enorme

– No puedo imaginar mi vida sin ella – Dijo con un poco de vergüenza – Así que... ¿Por qué no?

Sonreí, llevaban años siendo novios incluso ya había perdido la cuenta. Estaba feliz por ellos, se podía ver a kilómetros lo mucho que se amaban

– Puede que suene tonto, pero cuando pienso en el futuro, siempre esta ella mi lado

Desvié la mirada. Hacia unos días yo sentía lo mismo, cada plan que hacia siempre incluía a Caro, fuera a donde fuera siempre pensaba en ella, quería llevarla conmigo a todas partes para no tener que extrañarla, pero ahora... ahora no sabía si debería seguir incluyéndola en mis planes, ya que al parecer sus planes no me incluían a mi

No quería que nuestro amor tuviera un final, pero tampoco quería vivir en un ciclo sin fin

– La invite a comer mañana con nosotros

– Eso sueña genial – Admití – Espero que todo salga bien

– ¿Te puedo pedir un favor? – Asentí en silencio – No soy muy bueno con esas cosas, y pensé que tal vez podrías ayudarme un poco

Reí con ganas, ¿justo me pedía ayuda a mí? Tuve que pedirle a Caro que fuera mi novia después de tres intentos, casi cuatro. Santy me miro confundido

– Te ayudare, hermano – Sonreí – Pero si no sale bien, después no me culpes

Santy me golpeo el hombro amistosamente y después bajamos del auto, sobre advertencia no hay engaño. Tome la mitad de las cosas del auto y entre a casa, olía delicioso lo cual solo hizo que mi estómago gruñera de nuevo. Camine directo a la cocina mientras Santy bajaba el resto de las cosas del auto

– Volvimos – dije poniendo las bolsas sobre la mesa – No sabes lo caro que...

Mi corazón se detuvo y mis pies se anclaron al piso cuando mi mirada se encontró con la de ella, vine hasta acá huyendo de esa misma mirada, pero al parecer eso no había servido de nada. Caro estaba parada frente con una sonrisa ayudando a mamá a cocinar ¿Cómo había llegado hasta acá?


¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Punto y aparteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora