Te confieso que... [USAXChile +18]

El karma se paga con dolares en efectivo

Imagen: "Attack on American sailors at Valparaíso" una ilustración que muestra un poco como quedó la caga' en las afueras del True Blue. si hubiesen tenido smartphones en esa época se habría hecho un video viral. #Trueblue, #USSBaltimore,#America,#Valpariaso 

Autor: Charles Kendrick

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PD: Este capitulo es el mas largo que he escrito hasta el momento, pero es weno, weno, weno.

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— El True blue, lo que ocurrió allí, fue la muerte de un imperio y el nacimiento de otro, no es fácil cuando a uno le toca la parte fea de la historia, Estados Unidos— Me crucé de brazos inclinándome un poco hacia atrás.

Aún tenía el suficiente control de mi cuerpo para no irme de espaldas. Sin darme cuenta ya había tomado casi dos litros de Cerveza y no tenía intenciones de parar. El gringo se veía algo cansado y reticente a seguir acompañándome en esta espiral descendente de autodestrucción y olvido. Hasta que al final, quizás con deseos propios o por haberle dicho "gallina" de forma indirecta, aceptó una quinta ronda.

Ese año, 1891, la vida me golpeó duro, literalmente me golpeo duro, de hecho me sacó la cresta en una pelea de gringos y obreros borrachos en el Bar True Blue. Un lugar considerado un antro de mala muerte por la alta alcurnia porteña, donde los obreros se iban a emborrachar después de la jornada y donde algunos marineros pisaban tierra firme para regresar tambaleando a sus barcos.

Yo estaba en el puerto cuando escuché, a eso de las seis de la tarde, los llamados y chillidos histéricos de mujeres y hombres. Tal conmoción no era algo extraño en los alrededores, ni mucho menos a esas horas, pero se me hizo raro el ambiente por lo que decidí ir a inspeccionar.

Cuando entré al lugar, di un rápido vistazo, encontrándome con el malacatoso bar dividido entre dos furiosos bandos. Por un lado un grupo grande de hombres vestidos con trajes marineros blancos y de habla inglesa discutiendo con otro grupo igual de numeroso de obreros portuarios de habla hispana. Algunas mesas estaban desordenadas, las ropas de algunos hombres estaban rasgadas y uno que otro vaso reventado en el piso, amenazando a los pies con filosos cristales.

El único que parecía entender ambos idiomas y servir de traductor era nada más ni nada menos que el mismísimo Estados Unidos.

—Chile!, Come here! — Me llamó con el ceño fruncido cuando se dio cuenta de mi presencia.

Me acerqué hacia él no para obedecerle, sino para enterarme con mayores detalles del asunto.

— ¡Haz que ese hombre se disculpe con uno de mis Marines!—Me ordenó apuntando a un hombre adulto de piel trigueña y cabello negro, el cual tenía la camisa desabotonada y marcas de pelea en el rostro.

— ¡A mí no me importa quién sea usted! , ¡Que el otro rucio ese se disculpe, primero con la memoria de Arturo Prat y después conmigo, el gil culiao!— Le respondió al país con un movimiento desafiante de cuello.

— You spit on me first, you bastard!!—Le apuntó un igualmente lastimado hombre de bigote rubio, luego que Estados unidos le tradujera la respuesta.

— ¡Tiene razón!, ¡Ese obrero empezó todo, asi que ordenale que se disculpe con nosotros! — volvió a darme una violenta instrucción.

Le miré con una sonrisa desconcertada. ¿Qué se creia este weón para hablarme de esa forma?. Además la tripulación del Baltimore no estaba autorizada a bajar al pueblo, ni mucho menos armar un escándalo.