CAPÍTULO 16

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—Jimin, no tienes que hacer esto— me dice mientras se mantiene parado casi a la entrada de su propio departamento, con un gran bolso negro a sus pies. Su posición es rígida, sus hombros muestran tensión, sus brazos cruzados a la altura de su pecho se han mantenido de esa forma desde hace media hora, justo cuando llegué a su hogar.

Yo he estado impaciente, haciendo de esta casa casi mía sólo por hoy, mientras realizo los preparativos correspondientes a la celebración (atrasada) del cumpleaños de Yoongi que he planeado desde hace dos semanas. —Lamento hacerte dormir en un hotel hoy— le digo, casi sin sentir arrepentimiento, con una muy ligera sonrisa en mi rostro, sonrisa que desde que me volví a encontrar con Yoongi, no se ha ido. —Te dejaría quedarte en mi casa pero...

El cambio es casi radical que ni siquiera yo me conozco, de repente me siento vivo, animado, ¿esto es siquiera normal? Mi respiración se agita a veces, recordándome que estoy vivo, mi piel ha tomado un color agradable, mi peso ha aumentado un par de kilos… Además, he agendado mi primera cita con el psicólogo para el próximo martes; la ansiedad aumenta dentro de mis venas cada que recuerdo aquello, tengo miedo de no conocer a la persona que hable con el desconocido a pesar de ser yo mismo: tengo miedo de saber quién soy realmente. Por eso, trato de distraerme un poco con esto, además de que deseo recompensar sólo un poco a Yoongi por todo lo que me ha dado y por supuesto, porque lo amo.

—Sí, entiendo. Además, tu cara parece que no se lamenta nada— me contesta casi burlón. Yo no digo nada, sino que me acerco a él para acomodar su chaqueta negra, evitando así que pase frío durante el trayecto. —¿En serio es necesario que pase la noche del viernes afuera de mi casa? Puedo irme mañana temprano y así dormiríamos juntos hoy...— dice en voz baja pero lo suficientemente alta para que le escuche. Acto seguido, se acerca a mí a paso lento, me toma de la cintura con la zurda y con la diestra acaricia mi mejilla. —¿Me quedo?— pregunta casi suplicante, con un tono sensual que por supuesto no ha pasado desapercibido.

Me pierdo en sus ojos, en la belleza afilada de ellos, en lo oscuros pero brillantes que son, en lo sinceros que se ven ante mi persona, en lo amorosos que resultan para mí. Niego una vez pude salir de ese pequeño trance, separándome unos centímetros para evitar que la tentación gane esta batalla. —Desde hoy empezaré a preparar lo que necesito, no puedes ver ni saber nada hasta que termine con todo— sentencio, ligeramente serio porque en realidad quiero que sea una buena sorpresa.

Ah…Que aburrido eres, Park Jimin— es lo único que contesta Yoongi casi derrotado, alejándose por fin. Toma el bolso en donde las pertenencias necesarias para pasar la noche están depositadas y coloca la correa sobre su hombro. Ambos avanzamos a la puerta principal de su departamento en silencio, ignorando la tensión que nos rodea con sutileza. Él abre la puerta, no sin antes verificar que lleve lo necesario consigo; una vez fuera, gira su cuerpo para verme nuevamente. —¿Mínimo me puedo despedir?

Río bajo y asiento con la cabeza. Yoongi sin perder ni un sólo segundo, toma mi nuca y me acerca con sutileza hacia él, conectando nuestras bocas en un acto pasional pero cariñoso. El beso dura más de lo esperado, siento sus dientes juguetear con mi labio inferior, así como su lengua conectarse con la mía, me es imposible no soltar un suave suspiro que sonó un tanto erótico, emocionando a Yoongi de inmediato ya que me empuja dentro de la casa, tratando de continuar con aquello.

—Hey, Yoongi...— apenas si digo divertidamente entre los besos, debo detenerlo antes que todo lo que he planeado durante dos semanas se vaya al caño por la poca resistencia que ambos tenemos. —Detente, desesperado.

Nos separamos con las respiraciones levemente agitadas, nuestros ojos lucen nublados por el deseo contrario pero bellas sonrisas decoran nuestros rostros, sonrisas de idiotas enamorados. Coloco mis manos sobre su pecho y extiendo por completo mis brazos, creando distancia entre nosotros. Él ríe de nuevo y de inmediato sale de la casa. —Por favor, cuida de mi hogar.

Three times alone | YoonminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora