Cuéntamelo todo

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Julián llevo a Irene hasta el parque. Justo en la fuete donde se había dado el primer beso. La tarde caía sin prisa, mientras los colores rosas, lilas y naranjas, teñían el cielo. La frescura de la noche comenzaba a sentirse sobre los hombros, pero era refrescante y no parecía disgustar a nadie.

— ¿Qué hacemos aquí? — pregunto Irene atenta a la caída del agua en la fuente.

— Tal vez... soy un romántico empedernido. Y por eso me gustaría que terminara, justo donde empezó.

— Ju...

— No. Escucha — la interrumpió — Déjame hablar primero.

Atendiendo a su petición, la chica espero en silencio para que hablara. Julián sonrió, suspiro y siguió.

— Creo que dejarte ir con Jessica, ha sido la estupidez más grande de mi vida. Pero, era imposible no darse cuenta que algo estaba pasando entre ustedes.

— Yo...

— Por favor. No es reproche. Sé a la perfección que en las cosas del corazón, no se manda— la mirada del chico estaba llena de bondad, e Irene estaba tan confundida por esta conversación que decidió no volver a interrumpirlo hasta que terminara de hablar — ¿Recuerdas que te conté que hice el examen para la residencia medica en el hospital general de Massachusetts en Boston?

Irene asintió.

— Me aceptaron.

— ¡Wow! — exclamo la chica, llena de felicidad y entusiasmo. Avanzo y le dio un fuerte abrazo — ¡Felicidades!

Julián sonrió agradecido.

— Hablo enserio, esto es... Estoy muy orgullosa de ti.

— Gracias.

La sonrisa de Julián, demostraba lo contengo que se sentía. Había trabajado mucho para ese examen. Y anhelaba tanto lograr esa residencia, que Irene no entendía porque en sus ojos había cierta tristeza. Hasta que de pronto, dedujo lo que aquella aceptacion significaba.

— Te vas.

La respuesta de Julián, fue una dulce y melancólica sonrisa.

— Sé que no me pedirás que me quede. Tú no eres ese tipo de chica. Por eso... no quiero saber lo que paso con Jessica. Aunque... me hayas elegido a mí— Irene lo miro conmovida — Porque si lo hiciste, no importa que no me lo pidas, me quedaré.

Irene sabía lo importante que era esta residencia para el futuro de Julián. Él tenía razón, jamás le pediría que renunciara a aun oportunidad como esta por ella.

Hubo un silencio largo entre los dos.

— Cuídate mucho, Irene — esto era una despedida — Espero, volverte a encontrar algún día.

Luego, Julián se acercó a ella, se inclinó hacia delante y le dio un tierno beso en la mejilla. — Te amo— susurro antes de alejarse.

°°°

— Nada.

— Pero, Jessica...

— Cualquier cosa que quieran, que lo hablen conmigo.

— ¿Y Tiffany?

— Creo que para este momento... con un ojo morado.

El teléfono de Irene comenzó a sonar, y en cuanto vio que se trataba de Lisa, no dudo en responder.

— Bueno... En casa de Jessica, ¿por..?, ¿Qué..?, ¿Cuál video?

Al escuchar la palabra "video" el interés de Jessica se hizo presente. Se puso de pie y fue a un lado de Irene tratando de escuchar con mayor claridad la conversación.

VERDAD O RETODonde viven las historias. Descúbrelo ahora