Detenme

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El lunes llegó.

Los alumno de la universidad tenían solo tres semanas para terminar sus trabajos finales, y con ellos el año escolar. La gran mayoría iba de un lado a otro con cara de preocupación, pues tenían pruebas finales para las que estudiar.

Pero también había unos pocos, que no parecían tener preocupación alguna. Una de ellas era Irene, quien había entregado todos sus trabajos finales el viernes previo a ir con Jessica a Montebello. Aún tenía que presentar los exámenes como todos, pero tampoco le preocupaban demasiado. Estaba preparada.

Lisa, quien la acompañaba por los pasillos de la universidad aquella mañana, estaba en la misma cómoda situación que ella.

— ¿Segura que podemos ver esto? — pregunto Irene nerviosa mientras hojeaba el cuaderno de registros del aula de computo.

El contacto que Lisa había presumido que tenía, no era otro que Yuta. Un chico que no hacía más que babear por ella. La adoraba, y no tenía problema con demostrarlo. Por eso había estado tan segura de que podría conseguir no solo los registros, sino también las grabaciones de vigilancia.

— Sí — fue la respuesta de su amiga que ni siquiera aparto la mirada de la computadora donde estaba concentrada analizando los video que Yuta le había entregado en una memoria.

Irene no dijo más y siguió pasando las hojas en silencio, buscando la fecha en que el video había sido subido a la red de la escuela. Cuando la encontró, pregunto a su amiga por la computadora en específico que estaban buscando.

— La número veintitrés. Busca quien la uso entre las diez treinta y las doce del mediodía.

Siguiendo las especificaciones, deslizo el índice sobre el papel, ayudándose a no perderse entre tantos nombres y tipos diferentes de letras.

— Maquina veintitrés — murmuraba Irene — a las diez treinta...

Su dedo se detuvo al encontrar la máquina. Y la hora de registro difería solo por un par de minutos. Solo había una persona que había utilizado la computadora durante ese tiempo. La letra era algo descuidada, pero esforzándose un poco, era entendible.

— Hi-Hirai — Irene entrecerró los ojos tratando de ver mejor — ¿Mo... qué?

¿Qué demonios era lo que decía?

— ¡Momo! Hirai Momo — dejo el libro de registro sobre la mesa, se enderezo en el asiento, y se preguntó a si misma — ¿Y ese quién es?

— No es una "ese" — respondió Lisa que parecía sorprendida al ver las imágenes en la pantalla. Irene se acercó para mirar — Es una ella — termino diciendo la más alta, señalando la imagen en pantalla.

La pantalla estaba dividida en cuatro sectores diferentes del aula. Si las unias, tenía una vista de todo el lugar. No tenía sonido, y era en blanco y negro, pero la imagen era clara. Podías diferenciar los rostros de todos. En la parte superior derecha, había un unos números parpadeantes en verde, que marcaban la hora exacta de la grabación.

Lisa señalaba el cuadrante izquierdo inferior. Donde una joven, a la que se le notaba perfectamente el rostro, usaba la maquina numero veintitrés.

— ¿Y esa quién es? — pregunto Irene, pero Lisa no respondió.

De pronto, pareció perderse en sus pensamientos observando a aquella chica.

— ¿Tú sabes quién es, verdad? ¿La conoces?

— Sí... — el semblante serio y pálido en el rostro de Lisa no era normal.

— ¿Por qué pones esa cara? ¿Quién es?

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