Tu corazón siempre va a estar con ella

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En cuanto Irene despertó aquella mañana, se aterro al darse cuenta de la posición en la que estaba.

¿Cómo había terminado entre los brazos de Jessica? Se preguntó de inmediato, pero lo peor era que ella también la estaba abrazando.

Con mucho cuidado, comenzó a moverse para salir de la cama. No quería despertar a Jessica, así que se fue deslizando poco a poco entre las cobijas. Casi estaba libre, cuando Jessica se removió. Se quedó quieta esperando a que volviera a dormir plácidamente. Tomo una almohada y se la dio para que no notara su ausencia.

Se puso lo primero que encontró en su armario, y salió de la habitación sin hacer ruido, pero a toda prisa.

El aire era fresco, incluso un poco frio, pero le sentó bien. El césped estaba lleno de roció, y en los límites de la casa adentrándose en el bosque, se podía apreciar la neblina que cubría todo. Comenzó a caminar hacia ella. Quizá, adentrándose en ese lugar, podría despejar un poco su mente.

Anduvo por el bosque inmersa en sus pensamientos, sin darse cuenta de donde estaba o a donde iba. Solo se detuvo hasta que encontró el manantial del que le había platicado Jackson algunos días antes.

Era justo lo que necesitaba. Un lugar apartado, hermoso y tranquilo. La naciente de agua caía en forma de cascada por unas enormes y apiladas piedras hacia un estanque natural rodeado de tierra que contenían el cauce del agua. Irene se asomó a la orilla de la cascada para comprobar que tan profundo era el estanque. El agua tenía un color azul cristalino que le permitía ver algo del fondo.

Era lo suficientemente profundo para lanzarse desde ahí y zambullirse sin problema. Se quitó los zapatos y el pantalón, pero se dejó puesta la playera. Respiro hondo, dio tres pasos atrás y luego, corrió hasta la orilla para lanzarse un clavado.

Se quedó bajo el agua unos minutos, sorprendida de lo clara que era. Con gracia, ascendió a la superficie para tomar aire. El agua estaba fría y fresca y sus músculos se sintieron aliviados por liberar la tención de los últimos días.

Nado por un largo rato. Necesitaba cansar su cuerpo para contener sus pensamientos. Mantenerse distraída y no pensar en Jessica.

Bajaba al fondo del estanque y se quedaba ahí hasta que sus pulmones le exigían una nueva bocanada de aire. Cuando estuvo cansada, se quedó flotando boca arriba, sintiendo los rayos de sol sobre la piel.

— ¿Qué estoy haciendo? — se preguntó a sí misma en voz alta.

Recordó entonces las últimas palabras de Julián

"No tienes que explicarme nada. Ve, y pon tus sentimientos en orden."

— ¿Qué es lo que siento por, Jessica? — siguió hablando en voz alta — Quiero a Julián. Me gusta, y me hace sentir cosas que nadie más había logrado. Pero... Jessica... — abrumada, volvió a nadar al fondo y de regreso — Me gusta estar con ella — jadeo agitada — Se siente bien estar con ella. Es muy atractiva. Una chica guapa que... — dejo la frace inconclusa en el aire — Podría ser como tener una hermana mayor. Aunque nunca he tenido una hermana, para poder saber cómo es.

"Te gusta Jessica"

Le dijo una voz en su cabeza.

— Es linda — se dijo.

"Pero, físicamente te atrae"

— ¡Sí! Pero ella tiene mucha culpa de eso. Siempre siendo tan encantadora y coqueteando conmigo. Si fuera como los demás. Si se comportara como una amiga normal, no estaría...

"Jessica nunca será como los demás."

Concluyo finalmente su conciencia.

— ¡Cuidado abajo! — gritó Jessica justo después de lanzarse en forma de "bomba", desde lo alto de la cascada.

VERDAD O RETODonde viven las historias. Descúbrelo ahora