xEpílogox

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—No quiero hacer nada—Frank se negaba rotundamente a moverse de la cama.—Ya te dije que no voy a levantarme.

—No seas así conmigo, por favor, tenemos que ir—Gerard insistía constantemente, mientras él mismo se cambiaba. Le quitó las sábanas de la cama al castaño, pero ni siquiera eso alcanzó para hacer que se levantara.—¡Frank!.

—¡Gerard!—Respondio el menor, soltando una risa después.

—Dijiste que querías ir a terapia, ¿podrías tomartelo en serio?—Comenzaba a molestarse, tenían que ir a su nueva psicóloga, pero como era por la mañana no quería despertar.

—Le dije a esa perra que me diera la cita por la tarde.

—No hables así—Regañó por el insulto.—Voy a hacer el desayuno y cuando te vea de nuevo quiero que estes vestido decentemente—El pelinegro fue hacia la cocina y preparó café con algunas tostadas, y cuando volvió a la habitación se encontró con el castaño durmiendo.—¡Frank!—El mencionado se cubrió la cabeza con una almohada.—¿Sabes qué?—Se quitó la bufanda y se la lanzó.—No voy a acompañarte, y no quiero volver a verte lloriqueando por los rincones si cuando tenes la oportunidad de solucionarlo ni siquiera te molestas en levantarte.

—Pero...—Antes de que pudiera continuar su frase, Gerard cerró la puerta de un portazo, volviéndose hacia la cocina, dispuesto a desayunar solo e ignorar a Frank y su inmadurez.

El menor se sintió bastante mal después de haber escuchado eso, Gerard había sido bastante directo y un poco cruel con él, pero tenía razón, desde una hora atrás intentaba hacer que le prestara atención. Debido a eso decidió levantarse y alistarse para ir a su cita, ya no quería continuar molestando al mayor.

Apenas terminó de prepararse, ingresó a la cocina, un poco avergonzado.

—¿Gee?—El nombrado se giró y lo vió de pies a cabeza, pero no le respondió.—¿Vamos a ir?—Gerard negó, sin si quiera mirarlo nuevamente.—¿Estas enojado?.

—Sí.

—No estes enojado—El mayor lo miró entrecerrando los ojos, le sorprendía la poca capacidad de persuación del contrario.—¿Mi amor?—Sacudió su hombro, intentando llamar su atención.—Perdóname.

Gerard se giró, viendo su rostro de tristeza, sus cejas estaban inclinadas y sus labios en línea recta. Tenía la mirada en el suelo, al parecer iba a llorar.

—Está bien, Frank—Tomó su mano, dejando un beso en ella.—Desayuna algo y vámonos—El castaño asintió, pero se acercó un poco más a él.

—Me trataste mal—Mencionó con una voz aguda, se sentía mal por eso, porque nunca le gritaba y mucho menos lo trataba de mala manera.—Me gritaste...—Gerard lo abrazó y sentó sobre su regazo, dejandole besos en su rostro, mientras el contrario dejaba caer varias lágrimas.

Frank era demasiado sensible y lloraba más que una persona normal, y probablemente se había sentido muy triste al escuchar a Gerard de esa forma, eso era más que suficiente para hacerlo dudar sobre el cariño del mayor hacia él.

—Perdón bebé—Acarició su cabello, apoyando su cabeza sobre su hombro.—No fue mi intención tratarte mal, es solo que me sentí molesto porque quiero ayudarte, y no puedo hacerlo si vos no pones de tu parte.

—Perdón—Repitió nuevamente, alejandose un poco y sentandose correctamente para poder desayunar. Gerard solo le respondió un "no te preocupes", junto a un beso en la frente.

Apenas terminaron, el mayor hizo que Frank se volviera a la habitación y se colocara otro abrigo, porque según él iba enfermarse "solo con eso puesto". Se dirigieron al consultorio en su auto, y cuando llegaron, el castaño se despidió del contrario como si se fuese a cambiar de país. Continuaba siendo un niñito asustado con respecto a el tema de ir a terapia y aún más si estaba con el mayor, que siempre lo acompañaba hasta que entrara al consultorio, y le daba todos los abrazos que necesitara.

Little. [Frerard]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora