—¡No me veas!—Frank le arrojó unos pantalones en la cara.—¡Lárgate!.
Gerard había ingresado a la habitación donde el castaño se encontraba. Tenía puesto un traje de color negro muy elegante, pero había olvidado su corbata y la necesitaba, pero el menor no le permitía entrar.
—¡No se pueden ver, Gerard!—Gritó Linda también, ayudando a Frank a continuar con su preparación.
—Está bien, pero denme mi corbata—Dijo con una voz penosa, no había sido su intención interrumpir al menor. Apenas la mujer le alcanzó lo que buscaba, se despidió de su prometido.—Nos vemos, mi amor—Dijo en un volumen alto, para que pudiera escucharlo bien.
—Nos vemos luego, Gee—Ambos sonrieron, la próxima vez que se vieran sería para decir el "sí" en el altar, o eso suponían.
Gerard regresó a la habitación donde él estaba, Michael estaba allí, se veía mucho más adulto y elegante con su traje. Y su cabello rubio le sentaba muy bien.
—¿Estas temblando?.
—No...—Respondió el pelinegro ante la pregunta, intentando ocultar el leve movimiento en sus manos.—Oh, por dios, sí. Estoy tan nervioso—Terminó por expresar, tomando asiento en una de las silla que ahí había.
—Intenta tranquilizarte, vas a casarte, deberías estar feliz.
—¡Sí lo estoy!—Acomodó nuevamente la corbata que acababa de colocarse.—Pero va a estar toda su familia, toda mí familia y básicamente todo el mundo.
—Los conoces a todos, no va a pasar nada malo, todo lo contrario—Intentó calmarlo, aunque probablemente sea imposible lograrlo.
—Seguro se va a ver como esas bodas en las que un viejito se casa con una jovencita—Dijo de forma natural, pero Michael comenzó a reirse por sus palabras.
—Ni siquiera llegas a los treinta, relájate, además Frank tiene veinte años, deja de perseguirte—Al terminar de hablar, Donna ingresó a la habitación, estaba perfectamente arreglada.
Ella admiró lo perfecto que se veía su hijo, y se sintió muy orgullosa, apesar de no ser la boda que se imaginó cuando Gerard estaba creciendo y formándose como un adulto. Besó su frente poniéndose de puntillas, y dió la noticia de que ya debía salir.
El pelinegro, salió de la habitación, encontrandose con Jamia caminando rápidamente hacia la sala donde Frank estaba. Se asustó un poco con eso, porque no se veía para nada tranquila.
—Oye, acompáñame—Mencionó la mujer, cuando ya había pasado a su lado. Entonces se preocupó un poco más que antes, y le parecía extraño que quisiera llevarlo a esa habitación cuando Frank no había querido que lo viera un momento atrás.
—¿Qué pasó?—Interrogó antes de llegar a la puerta.
—Frank quiere estar unos minutos con vos antes de salir—Si bien esa era una razón, no estaba diciendo totalmente la verdad. Mientras el castaño conversaba con ella y se arreglaba, comenzó a mencionar que extrañaba a Gerard, y luego a lloriquear. Ninguno entendió completamente a Frank, porque debería estar muy alegre, pero no estaba pasando.
—Está bien—Apenas ingresó, levantó sus cejas con sorpresa al ver la belleza de su rostro lleno de lágrimas. Se acercó, tomando asiento a su lado. Las demás personas los dejaron a solas.
Gerard secó sus lágrimas, dejando un pequeño beso en sus labios suaves. Luego lo observó, esperando que contara el por qué de sus lágrimas.
—¿En serio vas a casarte conmigo?—Remarcó la palabra "casarte", había repensado la idea de estar allí, en específico porque Donna lo veía de manera extraña cada vez que pasaba.
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Little. [Frerard]
FanfictionFrank comienza un largo trabajo de artes visuales junto a su compañero, Michael. Algunas complicaciones provocan que necesiten un poco de ayuda, esa ayuda llegaría de un hombre hermoso, maduro y sexy, según Frank. Aunque también sea el hermano de su...