Demonio

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Shirley iba con una gran sonrisa a recoger a su pequeña hermana. Vio que del otro lado de la calle estaba la patrulla. Sintió que su corazón se aceleró al momento que vio que el jefe Swan se encontraba hablando con la maestra de... sintió como un balde de agua se le fue arrojado.

¿Qué hacia el jefe de los policías hablando con la maestra de su hermana?

¿Qué hacia la maestra señalándola y señalando a su hermana?

Peligro.

Peligro.

Sus alertas fueron levantadas, sintió una enorme ansiedad. Esperaba que esto fuera un pequeño sueño, que lo que se estaba imaginando era producto de su imaginación.

No, no lo era. El jefe Swan se acercó a ella, y le dio una leve inclinación de reconocimiento. Ella se bloqueó.

No supo cómo es que iba manejando rumbo a su casa y el jefe Swan iba atrás de ella siguiéndola. Sintió temor por que encontrara a su madre media drogada con la casa medio levantada. No había hecho aseo ya que su padrastro se había ido a un viaje de negocios y llegaba dentro de una semana. Al menos su padrastro no se iba a enterar.

Cuando iba llegando notó que estaba el auto de su padrastro... su padrastro estaba en casa.

Peligro.

Peligro.

Su pulso se aceleró sintió que las ganas de vomitar se acercaban y tenía que salir de esta situación lo más rápido posible. Pero dios no quería esto. Porque su padrastro salió asomándose y le dio una mirada de advertencia. Ella asintió y temerosa bajó a su hermana mientras ingresaba a su casa.

Ella escuchó como el jefe Swan hablaba con su padrastro, de cómo su padrastro se excusaba y se ponía como la víctima. De cómo el jefe Swan seguía preguntando más cosas de lo normal.

— ¿su esposa no está?

—no, cuando llegué ya no estaba. Solo una nota diciendo que iba por el mercado. ¿Gusta pasar a tomar un vaso de agua?

—no, gracias. ¿Me han dado varios reportes de que su hijastra mayor tiene más contusiones por todo el cuerpo?

—lo siento, mi hija la menor hace berrinche, y usted sabe que mi pequeña niña no podemos decirle que no haga esto o eso... cuando tiene una rabieta empieza a golpearse o golpear a la persona que está a su lado.

—sí, eso me comentó su maestra.

Shirley desconecto la plática y fue rápido a su armario para ponerse tres capas de ropa, sabía que lo que venía y no era nada bueno. Después de asegurarse que tenía una armadura casi perfecta, se fue donde estaba su hermanita para dejarla en la cuna y entretenerla con los juguetes o la televisión.

Aun con los nervios vio como la patrulla se iba, se sintió mal al ver que el jefe Swan la vio desde de la ventana.

Ayuda.

Ayúdame por favor.

Fueron las palabras no dichas ante su amor platónico. Suspiró resignada al saber que nadie la iba a ayudar. Escuchó como unos pasos se acercaban hacia donde estaba ella.

Cuando giró vio ahí al demonio. Ahí estaba con los ojos inyectados de sangre, una mirada llena de furia y los ojos que decían que no sucedería nada bueno para ella pero para él sí.

La jaló de los cabellos mientras su hermana gritaba y empezaba a llorar y daba unos pasitos de impotencia. Shirley sintió como iba llevada hacia el sótano. Su cuerpo ya estaba adolorido de la paliza que le dieron hace dos días, y ahora sentía que las viejas heridas se volvían abrir.

Shirley (Edward Cullen x oc)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora