Conclusión.

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Arrepentida era la palabra que jamás pensó que sentiría cuando su madre murió. Ahora leer las cartas de su madre le dieron vuelco en su mente. Había muchas cosas que jamás iban a tener explicaciones solo un puñado de letras había como prueba.

Ahora se encontraba con remordimiento y el remordimiento fue lo pero para ella. Se sentía hueca y solo recordar desear la muerte de su madre la hacía dudar de su existencia. Muchas cosas cambiaron en el momento que leyó las cartas de su madre, para Shirley no sabía que era lo mejor en este momento de declive emocional.

El rencor que le profesó se había detenido, era como una pausa para definir qué es lo que tenía que hacer. A quien tenía que odiar ahora, tenía que saber porque su madre si merecía morir, pero tan solo de pensarlo y desearlo le provocaba conflicto emocional y eso la hacía que empezara a llorar.

Edward evitó estar más tiempo con ella, había algo que ocultaba pero no sabía que era. Cuando regresó a Forks, ya todo el pueblo sabía del accidente. Shirley de nuevo era el cotilleo de todo Forks.

La historia fabricada, era que Paul, antes de secuestrarla, mató a su ex esposa. Shirley fue torturada hasta llegar al borde de la muerte. Por eso tenía la pierna y la mano rota.

Suspiró de nuevo al estar semi-sentada en la cama mientras la casa estaba vacía. Si no estuviera enojada con Edward, a lo mejor ahorita estarían sus hermanas cuidando de ella. Suspiró de nuevo, al recordar aquella discusión que tuvieron. Solo recordar las palabras de Edward, la hacían dudar que es, o lo que realmente sentía por él.

— ¿Por qué no me dejas entrar a tu vida?

— ¿Qué quieres decir?

— ¡eso! —exclamó con ímpetu.

—sabes que yo no puedo leer mentes para saber que estás pensando. —gruñó un poco molesta por la forma hosca de hablar de Edward.

—Shirley... te estoy hablando de lo que pasó con james. ¿Por qué aceptaste ir casi media noche?

Shirley se golpeó la frente con la mano que estaba bien. ¿Por qué Edward no podía entender lo que ella estaba sintiendo?

—ya te lo dije... yo necesito...

—eso lo sé, pero porque no confías en mí. Me tienes a mí para ayudarte. —dijo con la voz cargada de rabia y dolor casi de súplica.

Shirley por momentos no sabía que responder y este era uno de esos momentos.

—Son mis problemas —musitó evitando ver a Edward.

— ¿es así? —contestó el adolorido.

Ella sintió.

—bueno, cuando puedas poner en orden tus problemas, llámame.

Era así de fácil ignorar una persona. Era así de fácil dejarla, suspiró de nuevo mientras trataba de recostarse. Era inútil, sentía el corazón apretado. Cuidadosamente se levantó y a paso tortuga logró ponerse un impermeable y salir con una muleta hacia la calle.

Apenas había dado como veinte pasos y ya se sentía cansada. Suspiró de nuevo al darse cuenta que fue un error de ella salir en plena llovizna. Se acercó a un árbol para tratar de recargarse ya que su pierna y mano empezaban a doler.

— ¿Qué haces afuera? —dijo una voz grave.

—llorando.

—No te veo llorar —respondió la voz.

Shirley rodó los ojos y decidió enfrentar al tipo.

— ¿Qué quieres? ¿Vienes a comprobar si es cierto que tengo la mano y la pierna rota?

Shirley (Edward Cullen x oc)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora