18. Estancado en el Verano

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Todo lo que haces me agota
Es lo mismo de siempre, estoy tratando de huir
Siento que sólo me estás desperdiciando
Cuando eliges aterrorizarme
La confianza en mi muere
Me sofocas con las cosas que dices
Estoy mejor por mi cuenta
Estoy mejor cuando no estás tú en mi vida
No eres bueno para mi salud
No eres bueno para mi estado mental
Estoy mejor por mi cuenta.

Better by myself by Hey Violet.



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Pasar una noche encarcelado, era un buen susto para cualquier joven que cometía su primer delito. Y aunque yo seguía sin cometer alguno, ya estaba experimentando el terror de que me quedaría allí de por vida. No obstante, eso definitivamente no sucedió. Para la mañana siguiente, la madre de KyungSoo había pagado mi fianza. Fue la primera y única persona a quien llamé tras lo sucedido. Cuando KyungSoo se largó del pueblo, ella me dio su número telefónico a los pocos días de contarme lo que decía su carta.

A los policías no les interesaba quién había robado realmente el anillo, después de todo, y pese a que se habían denunciado otras joyas, todo estaba desaparecido hacía cuatro años. Recuerdo la visita histérica de mamá, diciendo que tres policías con una orden estaban allanando nuestra casa; obviamente se fueron con las manos vacías, no teníamos nada, excepto mucho que ordenar tras el desastre dejado en cada ambiente.

Luego de eso, mi nombre quedó limpio; la madre de KyungSoo se encargó de arreglar el asunto, no sin ser allanada también su casa, donde tampoco encontraron nada, a excepción de una caja debajo de la cama de KyungSoo, que tenía una vieja colección de huesitos de aves. La señora Do seguía estando horrorizada, sin poder creer las cosas de las que su hijo había sido, y seguía siendo capaz. Tenerlo lejos era lo mejor que le podía pasar, pero a su vez, necesitaba que regresase para poder hablar con él respecto de la vida que llevaba, que ella ignoraba; y de la cual también, pagaba las consecuencias.

Después de lo del anillo, me dijo que probablemente KyungSoo estaría robando aleatoriamente en la ciudad y no tardaría en ser atrapado; entonces, ella tendría que dar la cara, y como la abogada y madre que era: ayudarle, hacerse cargo por las cosas a las que había hecho ojos ciegos durante años, al ignorar su estado en el instituto mental. ¿Se arrepentía de haberlo sacado? Claro que sí. Pero también se había sentido sola. Y creyendo en una posible y milagrosa recuperación casi completa de su hijo, confió en que todo estaría bien. Aunque después de todo lo sucedido, realmente creo que las cabezas psicópatas en conjunto, pocas veces mejoran; la de KyungSoo durante años, sólo pareció haber empeorado junto a mi, o mejor dicho, mejorado en cuanto a sus estrategias manipuladoras...

Y yo,
yo cada vez era más experto en mis auto engaños.
Así que tras un perdido año,
abandoné mis esperanzas,
dejé ir mi sueño de estudiar danza.

Ya no tenía la salida rápida del empeño del anillo, y mamá tampoco me pagaba por trabajar en la florería, así que cada día, consideraba más la idea de hacer como GaIn y largarme con cualquiera que estuviese dispuesto a darme algo de dinero, a cambio de lo que fuese... Pero allí estaba la cuestión, no tenía ni siquiera con quién huir, no habían personas tan adineradas, más que JunMyeon; quien confiaba poco en mis palabras. Él ya no seguía siendo mi amigo, parecíamos apenas un par de conocidos; se había alejado por completo para evitarse rumores y reproches de sus padres. Aún cuando sabíamos que KyungSoo, era la cabeza detrás de todos los desgraciados sucesos en el pueblo, a mi no me daba la cara para pedirle absolutamente nada, ni siquiera disculpas a él o a su familia.

La vergüenza me superaba y me sentía en deuda. En deuda conmigo mismo por haber sido tan ingenuo. Y decepcionado de que ni siquiera él, creyese en mi.

Tenía que arreglármelas solo, y las escasas personas a mi alrededor, tampoco eran ayuda alguna o suficiente, para lo que estaba atravesando. Ni siquiera podía convencer a YiXing, él no tenía dinero, y ni por asomo se le cruzaba la idea de irse a la ciudad. Su familia era todo para él, trabajaban en el campo por un salario mucho inferior a lo normal, así que les ayudaba; esa era su prioridad, prosperar en el pueblo hasta que algún día tuviese suficiente para irse con ellos, o tener algo allí mismo, pero mejor.

Nunca hubiese imaginado que haberme relacionado con KyungSoo, sería la causa de mis culpas y vergüenzas. Estaba seguro que si lo veía, le daría un buen golpe en la cara, para ver si él era capaz de sentir mínimamente algo. Pero cada vez que me imaginaba dándole un puñetazo en su rostro de porcelana, sólo veía una sonrisa sangrienta, carente de sentimientos. Sólo veía grietas irreparables de un ser que jamás sería humano.

Necesitaba encontrar un trabajo pronto, me rehusaba a estudiar las carreras cortas y administrativas del instituto de la municipalidad, y por sobre todo me rehusaba a trabajar en el campo o acabar en otra tienda, así como la mayoría de los de la provincia preferían quedarse. Vivir allí era estar confinados a una realidad que no habíamos elegido, a una realidad impuesta que nos cerraba las puertas a nuestros sueños, que nos hacía vivir por algo más que no era nuestra propia esencia.

Y la propuesta de quien volvía a aparecer ese verano,
con mis diecinueve años quemando,
en mis venas, en mi piel, y ojos brillando,
parecía ser la única salida,
la escapatoria a mis heridas,
unas que aún no se habían curado.

Do KyungSoo estaba de vuelta,
y mi vida también,
una vez más...
dada vuelta estaba.

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Memorias de una Orquídea 🌺 (KaiSoo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora