Cuando miro por mi ventana
Me encuentro con muchas vistas
Y cuando miro por mi ventana
Hay tantas personas que puedo ser
Eso es extraño, tan extraño para mi
Tienes que suturar cada hilo
Oh, no... Debe ser la temporada de brujas.
Y cuando miro por encima de mi hombro, ¿qué pasa entonces?
¿Qué crees que veo?
Otro gatito mirándome
Y él es extraño, tan extraño para mi
Oh, no... Debe ser la temporada de brujas.Season of the Witch, cover by Lana del Rey.
🌺🌺🌺
Durante toda la noche, e incluso el resto del día siguiente, me cuestioné seriamente mi capacidad de raciocinio. Sabía que no debía ir a la fiesta de Halloween en la escuela. Ni siquiera tenía un disfraz, y tampoco pensaba en usar uno -aún si eso me convertía en el único disonante entre todos los estudiantes-, porque mis intenciones para ese entonces, ya estaban muy lejos de disfrutar. Yo no me sentía capaz de hacerlo cuando persistía el trauma. Desde la muerte de TaeMin, no me permitía diversión alguna; así que concluí que el remedio, sería pensar más en KyungSoo.
Si quería superar a TaeMin, tenía que convencerme de la inocencia de KyungSoo, en que todo había sido un accidente; porque cuando creía que el dolor menguaba, era cuando más miserable, sucio y culpable me sentía.
Las pocas personas con las que congeniaba en el salón durante ese último año, habían sido JunMyeon y YiXing; éste último extranjero y llegado el año anterior, por lo que había mucha discriminación hacia él todavía y no lograba hacerse amigos más que nosotros. No obstante, ambos coincidían en que pese a que KyungSoo era popular y encantador, les resultaba particularmente inquietante, por lo que no le prestaban atención a su vida como el resto de estudiantes, quienes solían verlo desde nuestro lado del campus en los recreos. Incluso había un grupo de chicas que solían alentarlo en los horarios de deportes, y se notaba que eso a KyungSoo, le encantaba.
Era absurdo, pero el año en que él regresó, se instaló pronto en los corazones de muchos, inclusive se ganaba a los profesores, porque claro que gozaba también de buenas calificaciones. Él en su totalidad, era un enigma, pero tanto en la vida escolar como en el pueblo, su persona se dividía en dos simples pero diferentes reacciones que conformaban dos grupos: los que no confiaban en la charlatanería y el carisma de KyungSoo, y los que caían ante sus encantos, quienes le admiraban y querían estar siempre cerca; quienes pese a los rumores, querían ser como él, como TaeMin, quien en su momento quiso ser su amigo, y no pudo. Y también quienes seguían queriéndolo pese a las desgracias, el más estúpido de todos, era yo.
El instinto de supervivencia, era algo que en cualquiera que quisiese a KyungSoo, no se había desarrollado nada bien.
Sabía que ir a la fiesta,
sería una pérdida de tiempo y también de mi cordura.
Pero lo único que deseaba saber era:
de qué se trataba su sorpresa,
y su locura.
Algo que obviamente no podía ser nada bueno,
y que en mi inútil esfuerzo por redimirme,
quería detenerlo.
Detenerlo de hacer lo que fuese que planeaba.
Pero eso no era algo viable cuando él siempre estaba,
no un paso,
sino cientos de kilómetros delante de mi;
de ti,
de nosotros,
y del resto del maldito mundo.Cuando llegué al gimnasio, donde se celebraba la espantosa noche que nos recordaba a nuestro difunto compañero, donde todos éramos cómplices y víctimas a la vez; vi decenas de adolescentes disfrazados, rostros deformes, máscaras tenebrosas, cuchillos de goma, sangre falsa, vendas manchadas, colmillos de plástico, un par de Frankesteins bebiendo ponche, y también Morticias, bailando al son de una canción hechizante. Los rostros salidos de películas de terror, se cruzaban constantemente delante de mi, gritándome el clásico «aburrido, aguafiestas», ya que claro, yo era el único sin disfraz. Sin embargo, no veía a quien quería, ni oía tales palabras de quien ya no me molestaría en esas instancias; KyungSoo no estaba por ninguna parte, o si lo estaba, no lo distinguía debido a su probable disfraz.
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Memorias de una Orquídea 🌺 (KaiSoo)
Fanfic¿Qué son estos treinta años cuando regreso a los trece y a aquél reencuentro? ¿Qué son estos treinta que tan sólo viéndolo pasar de largo a mi lado, en medio de la calle, en el centro de la ciudad y perdiéndose otra vez, me hace perderme a mi mismo...