6. Dulce Curiosidad

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Imaginarium, es un emporio de sueños
Acaricia sus cuentos y ellos te soñarán de verdad
El juego de un narrador y labios intoxicantes
El núcleo de la vida es un ilimitado cofre de cuentos
Soy la voz de nunca, nunca jamás
La inocencia, los sueños de cada hombre
Soy la cuna vacía de Peter Pan
Un cometa volando alto en contra del cielo azul
Cada chimenea, cada vista brillando por la luz de la luna
Soy el cuento que guarda de verdad
Cada memoria que aprecias.

Storytime by Nightwish.



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Para cuando las vacaciones estaban acabando, apenas podía comprender todo lo que había vivido y presenciado. Dirán que para un niño, seis años no eran nada, pero la forma en que los recuerdos se graban en la memoria de uno, es anacrónica y traumática dependiendo de sus circunstancias. El torbellino de memorias puede resurgir en el momento menos esperado, el más mínimo detalle de la situación menos imaginada, despliega un gran libro en la cabeza que revive todo lo que creíamos haber superado.

Todo lo que en realidad vivimos y creímos que estaba bien, pero a la fuerza tuvimos que avanzar sin siquiera analizarlo.

GaIn no tardó en descubrir que KyungSoo y yo nos hablábamos. Y claro que fue mi culpa, pese a que KyungSoo la invitó a salir con sus amigos, ella luego vino a mi, preguntándome si estaba hablándome con él también, y no pude mentirle. GaIn estaba muy preocupada porque él me hubiese hecho algo malo. Pero yo ya no sabía a qué se podían referir con algo malo, la definición de ello, era confusa.

¿Algo malo era algo que podía hacerte sentir en las nubes, flotando felizmente como si no hubiese nada más de qué preocuparse? ¿Algo malo era sentir que KyungSoo se portaba mal pero luego cuando sonreía y me daba un beso en la mejilla, todo mejoraba y se sentía mágico? Sólo me había bastado verlo cuatro veces en el verano para no olvidarle. La tercera estuve con él en su jardín, bañamos a Nyan pese a que maullaba y nos arañaba de vez en cuando. Y la cuarta, sólo estuve con él en la despensa. Me dijo que Nyan se había escapado y que un auto se había tomado la revancha del inevitable y fatal destino postergado, aunque claro que el único que lloró fui yo. Pensé en que si Nyan ya no estaba, no habrían excusas para seguir viendo a KyungSoo, o ser su amigo...

No obstante, él no demostraba angustia alguna; por el contrario, parecía muy relajado comiendo un chupetín de fresa que pintaba sus labios en un rojo brillante, más de lo que ya eran naturalmente.

—¿Quieres? Algo dulce te ayudará a olvidarlo —me ofreció, pero antes de siquiera poder aceptarlo, lo apartó mirándome desafiante—. Pero a cambio, me tienes que besar.

Tragué con dificultad el nudo en mi garganta, el llanto cesaba con lentitud, pero persistía ante la idea de que no podría jugar más con KyungSoo. Besarle, eso era nuevo, él era quien secretamente me había besado las dos veces anteriores en despedida. Asentí en medio del silencio sepulcral que había en el cuartito, y acerqué mis labios a su abultada mejilla. Algodón, así se sentía tocarla por primera vez, tersa y pálida; podría besarla muchas veces más si me lo pedía. Pero con una vez había bastado. Metió de prepo el dulce en mi boca y la sensación de reposar en una esponjosa nube, velozmente acabó.

—KyungSoo, aquí siempre huele feo —fruncí la nariz al sentir con intensidad el mal olor.

Sin duda provenía del refrigerador debajo de la mesa, y ni siquiera el aroma a fresa opacaba la esencia podrida que sentía ese día.

—Sí, deben haber algunos pájaros muertos por ahí.

—¿Qué? —me quité el dulce de la boca ante el asombro.

Memorias de una Orquídea 🌺 (KaiSoo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora