La guerra de los postres

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Y seguimos en el cumpleaños

- ¿Juliana era necesario regalarle una moto a la niña? – la famosa ceja Carvajal aparecía en la fiesta.

- Es cómo la mía amor, nada más que más pequeña – se defendió – Además si fuera por Nikki le hubiéramos regalado una estúpida cocinita ¿Te imaginas? jajaja– Ay morena, morena si no te entierra Kara te entierras sola. - ¡Auchhh! – Lauren que estaba del otro lado de la morena alcanzó a pegarle un codazo - ¿Por qué me pegas? – miró a la latina que a su vez estaba mirando a Sergio. Cuando Juliana miró al novio de Lucho, pudo notar una espuma blanca que le salía de la boca – Hola Sergio no te había visto – saludo inocentemente pero el tipo no le contestó, al contrario seguía mirándola como si se la quisiera comérsela cruda - ¿Qué le pasa a la perra? – le preguntó susurrando a la latina.

- Ella le regaló una cocinita – lo dijo tan bajo que la morena no lo escuchó.

- ¿Qué? – volvió a preguntar

- Sergio... le regaló...una... cocinita – le repitió palabra por palabra.

- Amor – Juliana se dirigía a su novia esta vez – creo que a Lauren le pasa algo – le susurró.

- Lo que te quiere decir es que YO LE REGALE UNA COCINITA – la perra no se perdía una.

- ¿Pero tu estás loca, drogada o que? – La audiencia estalló de risa – Si la niña sabe cocinar perfectamente... El otro día preparamos unos tacos para morirse ¿O no amor? – Entre la mirada endemoniada de Sergio y la mirada asesina de Valentina, la deportista estaba liquidada. "Finish him" dirían en Mortal Kombat.

Por si fuera poco en ese momento Bella se acercó a Kara que le estaba mostrando a todos sus amigos la mini moto – ¡GUAAUU! ¡Que bueno! – parece que la moto era un imán como Puppy

Kara miró la reacción de su amigovia y recordó "lección número 52: lo que a una damisela le gusta, no se cuestiona, se da". La pequeña sonrío pícaramente y bajándose de la moto, le tendió la mano a la otra niña - ¿Quieres probarla? Yo te ayudo a subir – ofreció

- BUENO, BUENO PORQUE NO SEGUIMOS CON LA FIESTA – Valentina alcanzó a separar a las dos niñas – Coach Robbins – se dirigió la grupo de jugadoras - ubíquense donde quieran que ya mismo les mando gente que las atienda.

-¿Podemos ir al trampolín? – seguro que fue Nikki.

- SI, si Nikki pueden hacer lo que quieran – aseguró la fotógrafa.

- NO SE TE OCURRA TOCAR MIS TARTAS – le advirtió Lauren a la suplente antes de que varias jugadoras salieran como niñas desesperadas hacia el trampolín.

- Valentina – Juliana se acercaba a su novia, después de haber visto la escena – le cortaste el mambo al cangurito. Ya casi la tenía sólo le faltaba... - Ups Juliana no se si te salvas de esta

- ¡Ya mismo a la cocina! – Le señaló el lugar con su dedo – Y tu también – alcanzó a agarrar a su hija que cuando vio que se le venía la noche empezó a caminar sigilosamente hacía sus amigos, pero su madre fue más rápida.

La basquetbolista y su hija caminaban por detrás de la rubia. La dos mirando al piso y con sus manos detrás de la espalda – Estamos en problemas mami – le dijo Kara muy despacio a la morena – Los ojos de mamá están que arden – Y no le pifiaba, Valentina no tenía nada que envidiarle ciclope de los X men.

- Lo se bicho bolita, lo se – aunque esa mirada le causaba otra cosas a Juliana que definitivamente su hija no tenía que saber.

Valentina se paró en la puerta y miró al cocinero y algunos mozos que estaban en el lugar ¿Me pueden dejar un momento a solas por favor? – pidió amablemente.

Cuando, donde y como diga el amor (Juliantina) CORRIGIENDODonde viven las historias. Descúbrelo ahora