C-8 "Como conseguir amigos en tres pasos fáciles"

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A la salida del colegio de Kara

— ¡Juliana! ¡Juliana! — Kara salió corriendo hacia la morena y pegó un salto enorme para poder treparse a ella.

— ¡Epa! Vaya salto que has dado mi pequeño cangurito – Juliana atajaba a la niña en el salto y la levantaba, giraba, sacudía, subía y bajaba – pero qué livianita eres. Parece que estuvieras hecha de trapo – Juliana seguía jugando con Kara. Le encantaba hacerla reír.

—Ya, ya, ya – Decía Kara riéndose fuertemente mientras estaba cabeza abajo un poco mareada.

— Bueno y bien ¿nos vamos? — dijo Juliana mientras dejaba en el piso a la niña — Quizás, digo, quizás haya un regalo para ti en mi auto.

— ¿Un regalo? – Kara abría los ojos gigantes — ¿qué estamos esperando entonces? Vamos, vamos – agarró la mano de la morena y la trató de mover con poco éxito hacia donde estaba el coche – hasta Juliana se dejó llevar.

Cuando se aseguró que Kara estuviera bien ubicada y con el cinturón puesto. Saco de la parte de atrás un paquete y se lo dio a la pequeña

— Toma bicho bolita.

Juliana no supo cómo, pero en un abrir y cerrar de ojos, Kara tenía en la mano un hipopótamo violeta un poco más grande que Hipo

– Guau – la niña ya abrazaba a su nuevo juguete – ¡ahora Hipo tiene un amigo!

—Lo sé. Me pareció que no era justo que nosotras nos divirtiéramos mientras Hipo se queda solo toda la tarde. Oye, le tienes que poner nombre – Juliana no podía esconder su sonrisa al mirar a la niña.

— ¡DOS! – anunciaba Kara entusiasmada.

— ¿Dos qué? No, no, es un solo regalo por ahora, si tu madre se entera que el primer día te ando regalando cosas, me va a dar la mirada mortal y ¡Boom! fin del mundo – Juliana se ponía nerviosa sólo de pensar en esa mirada.

Si Valentina fuera un jugador del Mortal Kombat su ficha personal diría: "Arma más poderosa: tiene una mirada mortal que hace que quieras tirarte del piso 50 de un edificio"— la voz de la niña la sacó de sus pensamientos

— Dos, quiero que se llame así. El otro es Hipo uno, este es Dos – explicaba Kara lógicamente.

— ¿Dos? Oye tenemos que empezar a trabajar en tu imaginación. Dos es perfecto pequeña rubia bonita — Juliana le hacía cosquillas – Anda sujeta fuerte a Dos que nos vamos a tomar la media tarde – dijo Juliana encendiendo el Jeep.

En un bar que Juliana solía frecuentar

Juliana agarró a Kara de la mano para cruzar la calle y entrar al bar a pasar la tarde. Era muy gracioso ver a Kara sujetando un peluche casi la mitad de su tamaño. Al mismo tiempo una mujer quería entrar con ellas, pero Juliana se adelantó y abrió la puerta – Adelante señoritas – dijo Juliana dejando pasar a la otra chica y a Kara. Kara la miró y Juliana se agachó y le dijo guiñándole un ojo – siempre hay que ayudar a damiselas en apuros.

Se sentaron en una mesa y se les acercó una chica a atenderlas.

— Hola July. Uy pero veo que hoy tienes muy buena compañía – Dijo la camarera que solía atender a la basquetbolista mientras le daba la mano a la niña.

— Hola Jess ¿cómo estás? – Saludó Juliana – Jess, esta princesita que ves aquí es Kara. Kara, ella es Jess, una amiga del bar.

—Hola —contestó la niña tímidamente

— Bueno, por fin traes a alguien digno de acompañarte – bromeo la camarera que ya se había cansado de ver pasar a Juliana con otras mujeres, obviamente no a pasar la tarde.

Cuando, donde y como diga el amor (Juliantina) CORRIGIENDODonde viven las historias. Descúbrelo ahora